PAPA FRANCISCO
AUDIENCIA GENERAL
Plaza de San Pedro
Miércoles 15 de enero de 2014
Queridos hermanos y hermanas:
En la catequesis de hoy, continúo la reflexión sobre el bautismo. Y me detengo en este aspecto: el bautismo nos hace miembros del Cuerpo de Cristo, miembros del Pueblo de Dios. El Vaticano II expresaba esta verdad insistiendo en que este sacramento nos incorpora al Pueblo de Dios; nos hace miembros de un Pueblo que camina a lo largo de la historia.
A través de la fuente bautismal, la gracia se transmite y el Pueblo de Dios camina en el tiempo, difundiendo la bendición de Dios. Cada uno de nosotros se convierte en un discípulo misionero. Por un lado, nunca dejamos de ser discípulos, de aprender, de recibir; por otro, estamos llamados a la misión, a compartir lo que hemos recibido, lo que vivimos: la experiencia de amor, de fe en la Trinidad. Estamos llamados a transmitir la fe. Nadie se salva por sí solo, y todos estamos llamados, a pesar de nuestras limitaciones, nuestros defectos, y nuestros pecados a anunciar a los demás la gracia recibida en el bautismo. Somos una comunidad, y vivir juntos nuestra fe no es un adorno, sino algo esencial de la vida cristiana, algo esencial del nuestro ser de Pueblo que camina en la historia y que da testimonio de que Jesús está vivo.
________________________________________
Saludos
Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los Padres Agustinos Recoletos y a las Religiosas de María Inmaculada, así como a los demás grupos venidos de España, Uruguay, Argentina, México y otros países latinoamericanos. Invito a todos a tomar en serio su bautismo, siendo discípulos y misioneros del Evangelio, con la palabra y con el propio ejemplo. Que Jesús os bendiga y la Virgen Santa os cuide. Muchas gracias.