L. «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios, mi Salvador.
T. Porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava,
L. Por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada.
L. Porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre.
T. Y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen.
L. Desplegó la fuerza de su brazo, disperso a los que son soberbios en su propio corazón.
T. Derribó a los potentados de sus tronos y axaltó a los humildes.
L. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada.
T. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia.
L. Como había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su linaje por los siglos» (Lc. 1, 46b-55).
T. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
L. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
L. Corazón Sacratísimo de Jesús, salvad a nuestra República.
T. Y a sus gobernantes.
T. Te adoramos, Cristo, y te bendecimos.
T. Porque con tu santa Cruz redimiste al mundo.
L. Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que a eso del mediodía subiste al patíbulo de la Cruz, para la redención del mundo, derramaste tu preciosa sangre en remisión de los pecados, humildemente te rogamos nos concedas gozar de la visión de tu rostro en el paraíso. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.
T. Amén.
Fuente: Manual de Piedad Misioneros Oblatos
PROVERBIOS
Capítulo 14, 1-3
La Sabiduría edifica su casa; le Necedad con sus manos la destruye.
Quien anda en rectitud, teme a Yahveh; el de torcido camino le desprecia.
En la boca del necio hay una raíz de orgullo, pero los labios de los sabios los protegen.
Capítulo 14, 4-7
Donde no hay bueyes, pesebre vacío; cosecha abundante con la fuerza del toro.
Testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras.
Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia le es fácil.
Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos.
Capítulo 14, 8-11
Sabiduría del cauto es atender a su conducta, la necedad de los tontos es engaño.
De los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos se encuentra el favor de Dios.
El corazón conoce su propia amargura, y con ningún extraño comparte su alegría.
La casa de los malos será destruida, la tienda de los rectos florecerá.
Capítulo 14, 12-15
Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de muerte.
También en el reír padece el corazón, y al cabo la alegría es dolor.
El perverso de corazón está satisfecho de su conducta, y el hombre de bien, de sus obras.
El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos.
Capítulo 14, 16-19
El sabio teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y confiado.
El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado.
La herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados de ciencia.
Los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de los justos.
Capítulo 14, 20-23
Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos del rico.
Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene piedad de los pobres.
¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a los que planean el bien.
Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia.
Capítulo 14, 24-27
Corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es necedad.
Salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un impostor.
El temor de Yahveh es seguridad inexpugnable; sus hijos tendrán en él refugio.
El temor de Yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas de la muerte.
Capítulo 14, 28-31
Pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del príncipe.
El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de manifiesto su necedad
El corazón manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los huesos.
Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada del pobre, le da gloria.
Capítulo 14, 32-35
El malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad halla refugio.
En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los necios no es conocida.
La justicia eleva a las naciones, el pecado es la vergüenza de los pueblos.
El favor del rey para el siervo prudente; y su cólera para el que le avergüenza.