PARA ESTA SEMANA ABRIL 10 DE 2017
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, de Carmelitas de Cúcuta y de tantas partes del mundo. Para cada uno mi abrazo con los mejores deseos de paz y bien. Que tengamos una semana llena de bendiciones y de santidad.
Hoy hacemos, a través de las lecturas, un recorrido en el que podemos ver lo que sucederá en estos días santos. Es, para muchos, un de nuevo atisbar para luego contemplar, cada uno de los hechos que marcaron definitivamente un amor: el de Dios hacia la humanidad. El amor inicial, el amor redentor de Dios que ha venido a nuestro encuentro, que se ha hecho Palabra, camino, verdad y vida. Amor redentor, misericordioso y paciente que asume nuestra condición humana hasta el final, que nos amó hasta el extremo, que llegó, por la terquedad y obstinación de algunos, hasta la muerte en cruz.
Con la lectura de la pasión y muerte del Señor debemos sentir en el corazón un compromiso sincero de corresponsabilidad frente a alguien que sabiendo que el ser humano lo que necesita es paz, perdón, misericordia, bondad, acogida, respeto; es decir amor, no ahorró nada para que el ser humano lo tenga todo. Jesús que nos ama para que amemos, que se entrega para que nos entreguemos, que perdona para que nos perdonemos y que llega hasta la cruz para que nunca dudemos que en el amor hay que saber llegar hasta el final.
Para el plan de salvación Dios se abajó, no hizo alardes de su categoría de Dios; se sentó a la mesa con los pecadores; anduvo por pueblos y por ciudades. Se hizo agua viva, Pan de vida eterna, buen pastor, luz en las tinieblas. Dios en su plan de salvación se hizo salud para el enfermo, agua para el sediento, pan para el hambriento, luz para el ciego, alegría para el leproso. Dios lo hizo todo y supo que el todo implicaba una lucha también con los líderes religiosos que preferían a Dios en el cielo hecho norma y ley que Dios amor que se abaja y en su amor redime y llena de posibilidades al pecador. Dios con rostro humano sigue interpelando a la humanidad que en su indiferencia frente a su prójimo prefiere la fe de los cielos que la que nace en la tierra, se concreta en la tierra y salva a la humanidad y al planeta.
El plan de Dios se hizo para el ser humano y para que éste, una vez tenida una experiencia de encuentro con el amor de Dios, se hiciera salvador y salvación para los demás desde la acogida, el respeto y el amor. Hoy más que un domingo de ramos es un domingo lleno de retos: invitación real a un amor incondicional que sea capaz de amar hasta el extremo; invitación a asumir a los demás como personas a las que desde el amor debo salvar; invitación a tomar la cruz de cada día con la dignidad de quien, por más que se abaje, no pierde la dignidad de ser amor de Dios. Hoy salimos y con palmas aclamamos a Jesús como nuestro Rey. No lo dejemos solo; que el miedo no nos lleve a negarlo; que no vayamos a gritarle a quien nos ha amado que lo mejor es que muera. No sigamos llevando nuestra dignidad de ser del Señor según el acomodo de las personas a las que queremos complacer. Fieles hasta la cruz como lo hizo quien nos amó hasta el extremo.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.