En Cristo está la plenitud de la vida.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor. Entramos a la última semana del tiempo ordinario y de alguna manera, desde ahora, nos preparamos para la vivencia del Adviento, este tiempo que nos dispone para la Navidad. La puerta de entrada al Adviento y de salida del tiempo ordinario es la solemnidad de Cristo Rey. Fiesta que nos recuerda que en Cristo está la plenitud de la vida y todo lo que el ser humano necesita para ser verdaderamente feliz. Jesús es Rey, es el Mesías. El reinado de Jesús que se ejerce desde la cruz y el servicio. El reinado de Jesús tiene que ver con el pastoreo.
El Rey es pastor del pueblo.
El Evangelio de este domingo (Mt. 25,31-46) nos habla del regreso de Jesús, del juicio final. En este Evangelio se recogen los frutos ya que el Reino ha sido predicado a todas las naciones y por lo tanto Jesús, por la predicación, ha sido conocido. Por eso se habla de que el juicio es a todas las naciones. El Rey, Cristo, es Pastor. El Pastor cuida, acompaña, protege.
Todo lo que la oveja necesita para no perderse es el pastor. El Pastor conoce a las ovejas, las ama. El regreso del Pastor es plenitud del amor; en el juicio se establece cuál es el verdadero rebaño. Las ovejas de Jesús siempre serán llamadas a la plenitud. La historia de la salvación, en esta fiesta cobra toda su plenitud. El regreso del Señor, del Pastor es una renovación de las cosas desde el amor, es el ejercicio de la liberación a través de nuestro compromiso con los más necesitados.
Todos nosotros debemos estar atentos y preparados para cuando el Señor regrese
Que ese día se ponga en evidencia que el haberlo conocido y aceptado en el corazón transformó totalmente nuestro ser y la manera de relacionarnos con los demás. La experiencia de Dios, el anuncio del Reino, la predicación del Evangelio siempre nos pondrá en referencia con los demás, con el prójimo y con la dignidad que éste tiene.
En el otro y de manera especial en los marginados, está Jesús. Y así como nos habita los habita a ellos y así como en nuestro corazón reside, reside en ellos y así como a nosotros ama así desde nosotros ama a los demás. Jesús tiene que ver con obras, el amor tiene que ver con obras y las obras nuestras tienen que ver con el servicio, la acogida, el respeto a los demás. Jesús es Rey porque lo es tuyo y para los demás. Es Pastor porque te cuide y en ti a los demás.
La experiencia de Dios se expresa en la generosidad, en el amor a los demás, en la apertura hacía ellos.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd
Lo más leído: Las 20 oraciones destacadas en www.oblatos.com
3. 15 minutos en compañía de Jesús sacramentado
4. Oración de una mujer por la salud de su esposo
7. Oración para antes de leer la biblia
8. Oración para antes de un viaje
9. Oración por los padres difuntos
11. Nueve domingos al divino niño Jesús
16. Oración antes de la confesión
18. Oración para antes de tomar una decisión
19. Ave María en varios idiomas
20. Coronilla de la divina misericordia
Fuente: P. Jaime Palacio
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd.