CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana junio 19 de 2022

Cuerpo y Sangre de Cristo

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo, mi saludo cordial y los mejores deseos de paz y bien en el Señor.

Celebramos la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, recordamos y además hacemos presente, el misterio de un amor que es para siempre, que se hace presente y llena de vida, de fuerza y de eternidad a quien le recibe porque “el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna. Hoy celebramos la Solemnidad que nos habla de una vida que se entrega en amor, nos habla de Dios que sigue “abajándose”, que se despoja para abrigarse en nuestro ser, que deja el cielo para hacer de nuestro corazón su morada.

Cada vez que comemos del Cuerpo del Señor no sólo recordamos su pasión y muerte, sino también su resurrección y su presencia entre nosotros

Al comulgar dejamos que Jesús (Dios) entre en lo más profundo del ser, nos transforme en Él y nos haga presencia suya, trinitaria, en el mundo. Cada Eucaristía es el misterio de la encarnación de Jesús en el misterio de la humanidad de quien con amor y fe comulga.

En cada Eucaristía Dios se acerca y camina con nosotros; nos llena de cielo y nos brinda la oportunidad de vivir inmersos en la eternidad. Basta, después de cada comunión, entrar en lo más íntimo, silenciar el ser y dejar que la presencia de Dios fluya y su Palabra se haga vida.

La Eucaristía es expresión de un amor compasivo y bondadoso, que contando con nuestra ayuda, puede saciar una multitud como lo hizo Jesús en el milagro que se nos narra en san Lucas (9,11-17).

En el compartir el Pan, en el sentarse y comerlo en comunidad y comunión, en el dar lo que se tiene a Dios para que Él con nuestro todo que es poco, pueda hacer todo y darlo todo, está el sentido pleno de la Eucaristía.

Dios es solidario, distribuye, por medio de sus discípulos, la gracia de la vida en la Eucaristía. El Pan que se distribuye se comparte, viene de las manos de Dios que se hace cercano y desde nosotros alimenta al pueblo que tiene hambre. Dios nos sacia en Jesús. Jesús nos hace Eucaristía, al darnos el Pan vivo nos hace panes vivos.

Después de cada comunión nos hacemos presencia de Dios para los demás. El que se nos dona nos hace ofrenda en Él, su vida se ofrece con la nuestra al Padre. Dios nos habita para que nosotros habitemos también, por medio de Él, en los demás.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Para esta semana junio 19 de 2022

Fuente: https://parroquiacarmelitascucuta.com

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