¡Felices Pascuas de resurrección!
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo que lleva la alegría del corazón por la resurrección del Señor Jesús. La esperanza se ve colmada, la plenitud y la fe se llenan de razones para seguir adelante plenos de confianza en que Dios nunca nos abandonará. Les deseo una semana colmada de amor, de paz y que el gozo que nos da la resurrección se prolongue en nuestras vidas y las personas que nos rodean, que nos acompañan en el caminar de la vida y que se alegren de nuestra alegría y vean en la resurrección de Jesús una razón fuerte para dejar el pecado y comenzar a vivir la vida nueva y plena que trae el Señor después de su muerte y resurrección.
En este día de la Pascua debe llenarse nuestro corazón de deseos para amar y para cambiar.
Con la resurrección se nos ofrece una nueva vida que nos viene por el Espíritu Santo y que nos hace capaces de ser luz en medio de un mundo de tinieblas, de ser paz en medio de tantas guerras, odios y discordias, ser amor en lugar del rencor. Con la resurrección del Señor se madura todo lo que fue su proyecto de vida, el proyecto del Reino; después de la resurrección seremos nosotros los protagonistas de la historia que Dios está escribiendo con la humanidad: historia cargada de amor y de compasión. Hoy nada ni nadie nos puede quitar el gozo. Estamos felices el Señor está vivo, camina con nosotros y nos regala su Espíritu que nos hace fuertes.
Los invito a acoger la Buena Nueva de la resurrección, a que corramos ante el anuncio que sugiere la resurrección al sepulcro y allí podamos constatar como Juan y Pedro lo hicieron que todo es verdad. Pascua es tiempo para entender todo lo que Jesús enseñó, tiempo para creer y llenarse de fuerzas; tiempo para que el amor se llene de paz ante la presencia del amado. Jesús ha resucitado y esto hace que nos movamos, que no estemos quietos esperando apariciones. Basta creer en los que han visto para que seamos dichosos por creer sin haber visto. Pascua es el tiempo de la fe crecida, fortalecida y esperanzadora que nos hace realmente apóstoles, mensajeros, testigos de un amor que pase lo que pase sigue ahí, intacto y esperando la respuesta.
Felices Pascuas y que se nos note que el amor vive para siempre.
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: https://parroquiacarmelitascucuta.com
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