La vida religiosa en el Instituto comienza con el Noviciado y tiene como objeto la formación del Oblato, la configuración del auténtico hijo de Matovelle.
El Noviciado tiene por nombre “San Juan Evangelista”, por ser el teólogo del amor y tiene como objeto principal hacer que el Novicio profundice en el conocimiento de su vocación, aprenda las exigencias esenciales y primarias de la vida religiosa, se ejercite en la práctica de los consejos evangélicos de obediencia, pobreza y castidad y sea fiel al espíritu, observancias y obras apostólicas del Instituto, en orden a conseguir la perfección de la caridad. El Noviciado durará un año sin interrupción para los formandos que se preparan para el sacerdocio y dos para los hermanos coadjutores, bajo la dirección del Maestro de Novicios.
Se estimulará al Novicio para que vivan las virtudes humanas y cristianas, y se le llevará por un camino de mayor perfección mediante la oración y la abnegación de sí mismo. Se le instruirá en la contemplación del misterio de la salvación y en la lectura y meditación de las Sagradas Escrituras, de la Teología del Sagrado Corazón de Jesús, la Teología de la Vida Consagrada y Vida del Instituto, así como del Padre Fundador. Se le preparará para que celebre el culto de Dios en la Sagrada Liturgia; se le formará para llevar una vida consagrada a Dios y a los hombres en Cristo por medio de los Consejos Evangélicos; se le instruirá sobre el carácter, espíritu, finalidad, disciplina, historia y vida del Instituto; y se procurará impregnarle de amor a la Iglesia y a sus Pastores.