Uno de los temas apasionantes en el evangelio según San Marcos, es el planteado hoy en el capítulo 8: «EL SECRETO MESIANICO» manifestado en el mandato : «no se lo digan a nadie». El Señor con este imperativo quería posibilitar el hecho de que todo aquél que deseara seguirlo, lo hiciera no movido por una simple información exterior o por la fuerza de los comentarios; sino, por el gozo de haber experimentado en carne propia su presencia.
Ningún creyente puede decir a la manera de Pedro que Jesús es el Mesías, si antes no ha sostenido un encuentro personal con él, pues una cosa es saber contenidos acerca de Jesucristo y de su doctrina y otra cosa es sentir su presencia y haberlo descubierto en las personas y en los acontecimientos.
La columna vertebral del Evangelio de San Marcos es lograr en los creyentes la respuesta certera a la pregunta acerca de la identidad de Jesús: ¿ Quién es Jesús?, y la respuesta ha de ser: Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios; pero sólo está en capacidad de responder así, quien encontrándose con Jesucristo, se ha dejado transformar por él; se ha dejado amar por él, en último término quien ha permitido que su corazón fuera cautivado por el amor del Señor.
Hermanos y hermanas, que por la intercesión del Corazón Inmaculado de María, todos los días haciendo nuestro mayor esfuerzo, intentemos conocer y encontrarnos con Jesús, para luego reconocerlo, amarlo y seguirlo.
«Ob amorem Dei».
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