PARA ESTA SEMANA FEBRERO 5 DE 2018
Es bueno decirle a Jesús, contarle sobre nuestros amigos y seres queridos.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, de Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un buen inicio de semana, todas las bendiciones para los días que llegan y mi oración por cada una de sus intenciones. Llega Jesús a nuestra casa y viene a curar nuestras dolencias, que esa sea la alegría que nos acompañe, la de saber que Dios cercano y amigo llega para quedarse con nosotros.
El Evangelio de este domingo (Mc. 1, 29-39) pienso, nos va presentando un itinerario del día a día de Jesús. Jesús hace a Dios cercano, Jesús trabaja todo el tiempo por aliviar el dolor, sanar a los enfermos, liberar a los endemoniados. Jesús no olvida que su Padre está ahí y los dos se encuentran en la oración. Orar es lo primero que hace, en la madrugada. De ahí le viene la luz, la fuerza, el amor para dar a los demás. Orar sin desfallecer; trabajar por el bien de la humanidad, sanar a los enfermos, levantar a los que ya no tienen fuerza: esa es la vida de Jesús nuestro Dios y Señor.
Nunca perdamos de vista la importancia que tiene interceder por los demás.
Es bueno decirle a Jesús que nuestros amigos, familiares están ahí, pero algunos enfermos, otros con dificultades. Jesús ha venido para dar salud, para que nos levantemos y nos pongamos al servicio. Jesús es vida y llena de alegría cada momento de nuestra existencia. Y no es que, porque seguimos a Jesús y creemos en Él, no nos vayamos a enfermar o tener problemas lo que sucede es que con Jesús podemos sobre llevar con paz, con serenidad, con alegría cualquiera de esas realidades que la vida por ser vida trae consigo. Somos historia, somos sangre, somos realidad histórica marcada por el amor y por la unión. Con Jesús cobramos ánimo y nos llenamos de fuerza para seguir dando lo mejor de cada uno.
Jesús, ante el dolor, el sufrimiento, el abandono, la marginación se conmueve y además tiene detalles que nosotros deberíamos aprender y practicar: se acerca, toca, habla. Jesús tiene una fuerza que nace del amor y que transforma realidades difíciles en momentos de alegría y de paz. El encuentro con Jesús cambia la vida; la suegra de Pedro una vez sanada se pone a servirles.
Jesús llenó de esperanza y de salud a las personas. Les llevaban a los enfermos, a los afligidos por el demonio.
Jesús tiene poder, libera, sana. Los demonios saben quién es Él, la gente aún lo desconoce. Es la multitud la que debe descubrir que Jesús es el Hijo de Dios, que en Él Dios ha cumplido sus promesas y que el Reino es ya una realidad presente.
Jesús ha venido a predicar y no se deja seducir porque mucha gente le sigue; Él sabe lo que buscan y le entristece que sea más milagros que la Palabra. La gente no debe creer por los milagros sino por la enseñanza que sale de su corazón conocedor del Padre, debe escuchar el mensaje de salvación, el Evangelio. La gente debe saber que Dios les ama y que la presencia de Jesús es la manifestación más grande de este amor.
Busquemos a Jesús, entreguémosle nuestra vida y la de los demás y escuchemos su enseñanza que es la que realmente nos hace libres y salvos.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd
Fuente: http://ow.ly/OChR30moXQS