PARA ESTA SEMANA JULIO 18 DE 2021
Jesús compasivo.
Mis queridos amigos de santa Teresita, del San José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo acompañado de un abrazo para esta semana en la que pedimos a Dios que nos de la fuerza para dar lo mejor de cada uno y para seguir obrando, en su nombre, todo el bien que necesita el mundo para emprender el camino hacia la construcción de un reino de justicia y verdad como lo quiere Dios.
En el Evangelio propuesto para este domingo 16 del tiempo Ordinario (Mc.6, 30-34) el evangelista nos cuenta que al regresar de la misión los apóstoles se reunieron con Jesús. Ellos regresan a la fuente, al origen del apostolado; lo que han hecho ha sido con el poder que el mismo Jesús les dio y lo que han predicado y enseñado ha sido la palabra y la enseñanza, asimilada por ellos, del mismo Jesús. Era importante que ellos regresaran y contaran lo sucedido. Hablaron de lo que hicieron, de lo que enseñaron; hicieron dos cosas fundamentales, dos cosas que la una sustenta a la otra: la palabra, la enseñanza y las obras. Eso muestra que hubo una misión coherente.
Enseñar y obrar es el gran reto que tenemos en la misión.
Y Jesús sabe lo que extenuante que puede resultar la misión sobre todo en aquellos lugares en los que, habiendo tanta necesidad de sanación, liberación… Tanta necesidad de Dios, la gente acoge, responde al llamado a la conversión y a la apertura del corazón al proyecto de Dios. Los discípulos necesitan descansar, comer algo, estar a solas con el maestro.
Cuando todo estaba dispuesto para el descanso aparece una multitud, llegan de muchas partes y todos cargados de necesidades, con hambre, con ganas de sentirse seguros, acompañados. Una multitud de la que Jesús siente compasión, un dolor profundo que se siente en las entrañas y que hace mover el corazón al obrar. Y esa multitud somos todos, cada uno de nosotros que salimos con frecuencia al encuentro del Señor. Una multitud que no es mucha gente, somos tú y yo; somos no uno entre muchos sino la oveja que el Señor ha venido a encontrar, la oveja que quiere cuidar y si es necesario llevar en sus hombros para que descanse en Él.
La gente anda desorientada y Jesús se pone a enseñarles, esa es la prioridad, que la gente entienda quién es Jesús, que tengan claro el plan de Dios y que entren en la dinámica del reino.
El reino tiene como fundamento la dignidad del ser humano, creado por Dios a imagen y semejanza, el ser humano es digno de amor, es potencia de amor, es presencia de amor; el ser humano está llamado a ser amado, comprendido; la compasión por el débil, por el pecador, por el hambriento, sediento, enfermo, encarcelado, es expresión de un amor que llevamos dentro, de un amor con el que somos amados. Jesús es compasivo, es amor.
Aprendamos de Jesús y usemos la compasión de una expresión, de las bellas, del amor.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González ocd.
Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz
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