Actitud.
- f. Postura del cuerpo humano, especialmente cuando es determinada por los movimientos del ánimo, o expresa algo con eficacia.
- f. Disposición de ánimo manifestada de algún modo.
—Diccionario de la Real Academia Española.
Una sonrisa en tu rostro
Las cosas que vives día a día ponen en relación dos elementos. Por un lado están los acontecimientos, tareas y actividades. Por otro lado, la forma en que tú los llevas a cabo, los enfrentas o respondes a ellos. La variedad de reacciones que puedes tener es muy amplia y ese conjunto es lo que llamamos actitudes. Veamos un ejemplo cercano: el salón de clases. El ambiente es el mismo para ti y tus compañeros. La maestra o el maestro imparten la misma clase para todos; incluso, por el uniforme, tú y tus compañeros parecen semejantes. Sin embargo cada uno tiene actitudes distintas con respecto a la situación: algunos participan constantemente y otros nunca; unos son muy disciplinados y otros siempre están distraídos; otros son amigables y simpáticos, otros son callados y peleoneros; algunos son generosos y otros egoístas; algunos son bondadosos y otros no.
Las experiencias que viven dependen de condiciones que comparten todos, pero también de su propia forma de manejarlas. Esa forma marca la diferencia. Si un alumno llega de mal humor a la escuela, lo que podemos llamar una “actitud negativa”, el día será difícil para él y los compañeros. Pero si llega contento y ofrece una sonrisa, un día común se vuelve extraordinario. Esa es una “actitud positiva”, por los beneficios que significa.
Reflexiona: La hora de las grandes pruebas
En las actividades normales los efectos de una buena actitud son inmediatos: una actitud comprensiva te ayuda a conseguir amigos, una actitud amable permite que los otros te ayuden, una actitud valiente te apoya para superar los obstáculos. A la larga esta suma de buenas actitudes da forma a una vida buena y positiva. En contraste, las actitudes descorteses, incomprensivas y groseras hacen que las personas vivan tristes y solas.
La importancia de las actitudes se vuelve aún mayor cuando enfrentamos cosas que no pueden cambiarse, como un acontecimiento triste, una falla que hemos cometido o la muerte de una persona querida. En estos casos la actitud negativa sería sólo llorar y enojarte. La actitud positiva consiste en comprender que si esos problemas no tienen remedio, tú puedes cambiar la forma en que los miras y convertirlos en oportunidades de crecimiento.
Por ejemplo: dos alumnas reprueban una materia. Una de ellas se queda amargada por lo que le ocurrió y da todo por perdido. La otra sabe que tiene una nueva posibilidad y se empeña en no repetir los errores del año pasado. ¿Quién sale ganando? La segunda alumna, pues con su actitud convirtió el hecho de reprobar en un aprendizaje. Recuérdalo siempre: de tu actitud depende el éxito o el fracaso en tu vida.
Hechos de la vida real
Actitudes que salvan
El doctor Viktor E. Frankl (1905-1997) fue encerrado junto con decenas de otros compañeros en un campo de concentración por el simple hecho de ser judíos.
Aunque no tenían ninguna esperanza de sobrevivir a diario hablaba con ellos para convencerlos de que su única oportunidad era tener una actitud valiente ante el problema. El doctor Frankl sobrevivió y ayudó a cientos de personas.
Problemas para pensar
¿Cómo transformo mi actitud?
Generalmente creemos que los acontecimientos producen una reacción automática en nosotros. Pero eso es un error: la actitud es responsabilidad nuestra, debe partir de un pensamiento y una decisión, no del primer impulso. Analiza las siguientes situaciones y las actitudes negativas con que la gente suele enfrentarlas. Comenta con tus amigos por qué son negativas y propón una actitud positiva:
Situación 1. El partido de futbol del recreo termina en discusión. Uno de los jugadores te insulta y te reta a golpes. La actitud negativa. Regresarle los insultos y aceptar la pelea. La actitud positiva:
Situación 2. Se te perdió tu juguete favorito que cuidaste por muchos años. La actitud negativa. Llorar y acusar a cualquier persona de habértelo quitado. La actitud positiva:
Recuerda el secreto: las actitudes negativas te convierten en una persona peor; las actitudes positivas te convierten en una persona mejor.
Lo que dice la gente
“Cuando veo que está lloviendo y mi ropa del tendedero se moja pienso que cuando se seque va a oler más rico”.
—Luz Reyes, lavandera, 56 años.
“El otro día troné un vidrio con un balonazo. Lo pagué con mi domingo y pensé que tengo que mejorar mi control de la pelota”.
—Reynaldo Escobar, alumno de sexto, 11 años.
“Una vez que estaba limpiando rompí sin querer un adorno que tenía desde recién casada. Primero lloré un poco pero luego me dio gusto porque ya me había cansado de cuidarlo.”
—Manuela Dávila, jubilada, 70 años.
La actitud positiva en símbolos
En calcomanías para ventanas, paredes, libretas y automóviles la imagen de la “carita feliz” es una señal de buen ánimo ante las circunstancias.
El pulgar hacia arriba es un signo que puedes usar para comunicar ánimo a los demás.
Lo que dicen los libros
“El hombre puede dar forma a los materiales que le brinda el destino: a veces le toca ser creativo, a veces sólo vivir y a veces sufrir. Tiene que esforzarse para transformarlos en valores de creatividad, vivencia o actitud”.
—Viktor E. Frankl, Psicoanálisis y existencialismo.
Un laboratorio para las actitudes positivas
- Toma el ejemplo de un día cualquiera. Por la noche haz una lista de todos sus aspectos negativos y otra de todos sus aspectos positivos. ¿Cuál lista te hace sentir mejor? ¿Cuál te parece más útil?
- Pide a algún familiar cercano que te cuente cuál es su mayor pena. Conversa con él ¿cómo podría beneficiarlo un cambio de actitud?
- Sorprende a los demás: cuando esperen que estés triste, demuestra tu alegría; cuando sean agresivos contigo, responde con paz; cuando no esperen tu ayuda, acércate a ellos para ayudarlos.
Frases
«Con el puño cerrado no se puede intercambiar un apretón de manos»
– Indira Gandhi
«Las actitudes son más importantes que las aptitudes»
– Winston Churchill
«Casi todas las cosas buenas que suceden en el mundo, nacen de una actitud de aprecio por lo demás»
– Dalai Lama
«Cada hombre puede mejorar su vida mejorando su actitud»
– Hector Tassinari
«Cuando nos sentimos positivos en nuestra actitud, esperando e imaginando el placer, la satisfacción y la felicidad, tendemos a atraer y a crear personas, situaciones y acontecimientos que se adecuan a estas expectativas»
– Shakti Gawain
Fuente: www.valores.com.mx