AUDIENCIA ABRIL 8 2020
Biblioteca del Palacio Apostólico
Miércoles Santo, 8 de abril de 2020
Queridos hermanos y hermanas:
En este tiempo de preocupación por la pandemia que está afectando al mundo, podríamos pensar que Dios está ausente, que no se interesa por nosotros y por nuestro sufrimiento.
Ante estas preguntas que afligen nuestro corazón, nos ayuda la narración de la Pasión de Jesús, que nos acompaña en estos días. La Pasión nos habla de un Jesús pacífico, indefenso, no de un Mesías potente y vencedor, como se lo imaginaban los seguidores que, confundidos y asustados, lo abandonaron, tenían miedo. Cuando Jesús muere es el centurión romano, que había sido testigo de sus sufrimientos en la cruz, de su perdón y de su amor infinito, precisamente él es quien declara: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios», y con estas palabras manifiesta que, en esa aparente derrota, Dios está presente verdaderamente.
A Dios no es posible conocerlo y alcanzarlo con nuestro esfuerzo personal. Es Él quien ha venido a nuestro encuentro y se nos ha revelado en el misterio pascual de Jesús, en su muerte y resurrección. Contemplando a Jesús en la cruz vemos el rostro de Dios, que se revela como es: Omnipotente, pero en el amor, porque Él es amor; que no condena, sino que abre sus brazos para abrazar nuestra fragilidad, y la transforma dándonos vida nueva.
Saludos:
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación social. En estos días santos en que conmemoramos la Pasión del Señor Jesús, que con su cruz ha vencido a la muerte y nos ha dado vida, pidámosle con fe que convierta nuestro miedo en confianza, nuestra angustia en esperanza y nos haga experimentar la cercanía de su amor infinito. Que el Crucificado nos conceda ser cada vez más hermanos y nos sostenga con su presencia. Que Dios los bendiga.