Conciencia. 2. f. Conocimiento interior del bien y del mal. 3. f. Conocimiento reflexivo de las cosas. Reflexionar. 1. intr. Considerar nueva o detenidamente algo.
—Diccionario de la Real Academia Española.
Una Guía para tus acciones
A diario desarrollamos actividades prácticas que no requieren pensarse mucho. A diferencia de ellas, las “acciones morales”, que están relacionadas con valores como la gratitud, la empatía y la sinceridad y nos conectan con otras personas, exigen nuestra capacidad de diferenciar lo bueno y lo malo. Podemos lograrlo mediante la reflexión y el pensamiento que fortalecen la conciencia moral para revisar constantemente nuestras acciones y orientarlas hacia el bien.
En el mejor caso antes de realizar cualquier acción ponemos a trabajar la conciencia. Supongamos que estás enojado porque alguien contó una mentira sobre ti. Una persona que no usa su conciencia busca la venganza. Una persona con conciencia se detiene a reflexionar si es correcto vengarse. Fácilmente puede concluir que no porque, además de perjudicar a quien contó la mentira, la venganza daña a la propia persona porque le impide aplicar valores como el perdón, la autonomía y la bondad que enriquecen la vida. La conciencia moral también conecta nuestros valores con lo que pasa en el mundo y nos sirve de refugio frente a las cosas que rechazamos. Por ejemplo, podemos ver noticias y películas sobre guerras y crímenes, pero nuestra conciencia moral nos asegura que nunca participaremos algo así porque va contra nuestros principios.
Reflexiona: Los buenos duermen bien
El primer beneficio que puedes obtener de planear tus acciones es una “conciencia tranquila”. Cuando actúas de acuerdo con tus valores sabes que cada día te estás esforzando por ser una mejor persona. El otro gran beneficio es para el mundo a tu alrededor: aparte de demostrar respeto por los demás y ponerles el ejemplo, puedes andar tranquilo ya que quien obra según su buena conciencia puede realizar todas sus actividades con seguridad durante el día y descansar tranquilo por la noche.
Pero recuerda, el trabajo de la conciencia nunca se detiene y no se limita a la planeación, también se trata de revisar tus acciones. Esta revisión consiste en hacerte preguntas a ti mismo para ver qué dirección le estás dando a tu vida, por ejemplo: “¿Estoy realizando mi mejor nivel de esfuerzo en la escuela?”, “¿Soy comprensivo con la situación y los problemas de mi familia?”, “¿Ayudo a las personas que lo necesitan?” ¡La lista podría ser mucho más larga! Estas reflexiones te dan una idea de tus logros y te sirven para reconocer cuáles acciones o actitudes no son buenas. Si de repente notas que has cometido errores o malas acciones no te preocupes: hay miles de oportunidades para corregir tus defectos y reorientar tu vida.
El trabajo de la conciencia nunca se termina porque el mundo y nosotros mismos cambiamos a diario y siempre son necesarias nuevas respuestas. Por otro lado, toma en cuenta que aunque las personas perfectas no existen, la conciencia y el uso del razonamiento nos permiten ser cada día un poco mejores.
Problemas para pensar
Una de las mejores formas de fortalecer tu conciencia consiste en examinar tus acciones y pensamientos. Aquí te proponemos algunas afirmaciones como guía. Escribe “sí” cuando te identifiques con ellas y “no” cuando no te identifiques. No se vale mentir, pues este ejercicio sólo busca que te conozcas mejor.
“Odio a alguien.” SI____ NO____
“Me dejo llevar por la furia.” SI____ NO____
“Maltrato a los demás.” SI____ NO____
“Me gustan sólo las cosas fáciles.” SI____ NO____
“Me da flojera cumplir mis obligaciones.” SI____ NO____
“Acostumbro decir mentiras.” SI____ NO____
“Me importa poco lo que le pase a los otros.” SI____ NO____
“Ambiciono tener mucho dinero.” SI____ NO____
“Envidio las cosas de los otros.” SI____ NO____
“Rechazo a quienes son diferentes a mí.” SI____ NO____
Si respondiste No a todo, ¡felicidades!, has trabajado bien con tu conciencia. En los casos en que hayas respondido “sí” piensa en la situación que originó esos sentimientos y proponte soluciones para cambiar de conducta. Comparte tus respuestas con personas de confianza e invítalas a responder.
Lo que dice la gente
“¿Buena conciencia? Pues es algo así como ‘el que nada debe nada teme.»
—José Tejada, conductor de microbús, 34 años.
“A mí me gusta pensar bien lo que voy a hacer para luego no arrepentirme.”
—Valeria Aguilar, alumna de sexto de primaria, 11 años.
“Tener cargo de conciencia es saber que he actuado mal, por ejemplo, que he sido cruel con alguien a quien quiero.”
—Marilú Vivar, secretaria, 27 años.
Lo que dicen los libros
“La conciencia hace posible ser responsables de nuestros actos. El ser humano tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad para tomar personalmente las decisiones morales. No podemos obligar a nadie a actuar contra de su conciencia, ni se le debe impedir que actúe según su conciencia, porque es un derecho universal de todo ser humano. El ser humano debe hacer caso siempre a su conciencia”
—Rafael Acosta, La conciencia moral, 2000.
Actividades: Un laboratorio para la conciencia moral
El trabajo con tu propia conciencia te permite analizar las acciones de los demás y formarte una opinión de ellas. Incluso puedes evaluar acciones del pasado y los episodios importantes del mundo. Aquí te proponemos dos y algunas actividades con base en ellas:
6 de diciembre de 1810. Miguel Hidalgo y Costilla determina que todos los esclavos de la Nueva España queden libres en 10 días.
6 de agosto de 1945. Los soldados de un avión estadounidense dejan caer una bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima. Mueren 120,000 personas.
Consigue información sobre estos acontecimientos en Internet y léela con atención. Trata de identificar los valores o anti-valores relacionados con cada uno. ¿Qué opinas de esas acciones? ¿Fueron buenas o malas? ¿Qué crees que pensaron los protagonistas de estos hechos después de llevarlos a cabo? ¿Tenían la conciencia tranquila después?
Mini-relato: Pinocho y su conciencia
Pinocho era un muñeco de madera que elaboró el carpintero Gepeto. Un hada madrina le dio vida y conciencia a través de “Pepe Grillo”. Éste siempre le aconsejaba qué debía hacer; pero Pinocho no lo escuchaba, decía mentiras y hacía maldades. Por no oír la “voz de su conciencia” Pinocho estuvo en peligro de morir; sin embargo corrigió su camino y se convirtió en niño de carne y hueso. Feliz con su vida reconoció: “Cuando los muchachos se vuelven buenos, dan un aspecto nuevo y mejor a lo que los rodea.”
Fuente: www.valores.com.mx