Al término de los ejercicios espirituales que tuvimos los Padres Oblatos al inicio de 2009, el P. Alcalde S.J., encargado de orientarlos, nos recomendó leer una obra del Cardenal Vietnamita Francois-Xavier Nguyen van Thuan que se titula “Testigos de esperanza”, con el ánimo de encontrar en su contenido elementos esenciales y esperanzadores para continuar con nuestro seguimiento a Aquél que es el camino la verdad y la vida: JESUCRISTO, el primer Oblato.
Preparando los ejercicios espirituales para el noviciado oblato que tuve a mi cargo dirigirlos en este mes de julio que está terminando, recordé la tarea dejada hacía seis meses por el P. Alcalde S.J., con el ánimo de enriquecer las predicaciones y me propuse entonces leer la obra de Van Thuan, que al mismo tiempo está siendo estudiada por las personas que hacen parte del club de lectura oblato, y entre las muchas cosas valiosas encontré en los defectos de Jesús planteados por el Cardenal, un buen tema para tratarlo con los novicios, tema que a continuación lo expongo de manera literal, no sin antes mencionar brevemente el contexto triste en el cual surgió la reflexión acerca de los defectos del Señor.
Contexto
El Cardenal en mención el 15 de agosto de 1975, en la fiesta de la Asunción de la Virgen María, estando en la ciudad de Ho Chi Minh, fue invitado a ir a Palacio de la Presidencia, allí lo detuvieron, y de camino a la prisión dejó de ser por orden de los captores el OBISPO o el PADRE, para convertirse en el SEÑOR Van Thuan, fue el primer aviso para volver a los esencial, abandonando dignidades.
En esta experiencia de cautiverio que se extendió por 13 años, carceleros y amigos prisioneros le preguntaban: ¿Por qué usted lo ha abandonado todo: familia, poder, riqueza para seguir a Jesús?, debe haber un motivo muy especial; otros le preguntaban ¿existe Dios verdaderamente? y ¿Jesús? ¿Es una superstición? ¿Es una inventiva de la clase opresora?; frente a estas preguntas y abandonando toda terminología técnica propia de la teología y de la escolástica, encontró el Cardenal un medio especial para explicarles y les dijo: “Lo he abandonado todo para seguir a Jesús porque amo sus defectos”.
Este cardenal que celebraba la eucaristía en prisión haciendo de su mano el cáliz sobre la cual mezclaba tres gotas de vino y una de agua, nos hace caer en la cuenta a través de su obra cómo es que debemos amar a Jesús y esperar en él por encima de las dificultades.
Los defectos de Jesús que fueron predicados a la Curia Romana en 1999 en presencia del Santo Padre Juan Pablo II son:
1.- JESUS NO TIENE BUENA MEMORIA
En la cruz, durante su agonía, Jesús oyó la voz del ladrón de su derecha: “Jesús, acuérdate de mi cuando vengas con tu Reino”; Jesús le dice: “Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Él olvida todos los pecados de aquel hombre.
Algo semejante ocurre con la pecadora que derramó perfume en sus pies: Jesús no le pregunta nada sobre su pecado escandaloso, sino que dice simplemente: “Quedan perdonados sus muchos pecados porque ha mostrado mucho amor”.
En el caso el Hijo pródigo de vuelta a su casa paterna, prepara en su corazón un discurso para pedirle perdón a su padre, pero al llegar se le había olvidado todo, el padre no le dejó hablar y dijo: “traed el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies, traed el novillo cebado y hagamos una fiesta porque este hijo estaba perdido y lo hemos encontrado, estaba muerto y ha resucitado”.
Jesús no tiene memoria para recordar los pecados de nadie, perdona a todos e incluso se olvida que ha perdonado.
2.- JESUS NO SABE MATEMATICAS
En la parábola de la oveja perdida lo demuestra. Un pastor tenía cien ovejas, una de ellas se descarría, y él, inmediatamente, va a buscarla dejando las otras noventa y nueve en el redil. Cuando la encuentra la carga sobre sus hombros.
Para Jesús, uno equivale a noventa y nueve, y quizá incluso más. ¿Quién acepta esto?. Pero su misericordia se extiende de generación en generación.
Cuando se trata de salvar una oveja descarriada, Jesús no se deja desanimar por ningún riesgo, por ningún esfuerzo.
Cuando Jesús se sienta junto a la samaritana en el pozo; cuando Jesús se detiene a comer en la casa de Zaqueo no mide, no calcula, solamente ama, es la sencillez sin cálculo, sin interés; es la sencillez del amor.
3.- JESUS NO SABE DE LOGICA
Una mujer que tiene diez dracmas pierde una. Entonces enciende la lámpara para buscarla. Cuando la encuentra, llama a sus vecinas y les dice: “Alegraos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.
En este contexto es realmente ilógico molestar a sus amigas sólo por una dracma y luego hacer una fiesta para celebrar el hallazgo. Y además, al invitar a sus amigas gasta más de una dracma. Ni diez dracmas serían suficientes para cubrir los gastos.
Jesús como conclusión de aquella parábola, desvela la extraña lógica de su corazón: “Os digo que, del mismo modo, hay alegría entre los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierta”.
4.- JESUS ES UN AVENTURERO
El responsable de publicidad de una compañía o el que se presenta como candidato a las elecciones prepara un programa detallado, con muchas promesas.
Nada semejante en Jesús: Su propaganda, si se juzga con ojos humanos, está destinada al fracaso.
Él promete a quienes lo siguen procesos y persecuciones.
A sus discípulos, que lo han dejado todo por él, no les asegura ni la comida ni el alojamiento, sino sólo compartir su mismo modo de vida.
A un escriba deseoso de unirse a los suyos, le responde: “Las zorras tienen guaridas y las aves del cielo nidos; pero el hijo del Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”.
Las bienaventuranzas es el discurso del aventurero del amor del Padre: Jesús. Este discurso es de principio a fin una paradoja:
¡Bienaventurados los pobres de espíritu
Bienaventurados los que lloran
Los perseguidos, bienaventurados seréis cuando os injurien y os persigan, alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos!
Pero los discípulos confiaban en aquel aventurero. Desde hace dos mil años y hasta el fin del mundo no se agota el grupo de los que han seguido a Jesús. Basta mirar a los santos de todos los tiempos. Muchos de ellos forman parte de esa bendita asociación de aventureros, sin dirección, sin teléfono, sin fax.
5.- JESUS NO ENTIENDE NI DE FINANZAS NI DE ECONOMIA
Recordemos la parábola de los obreros de la viña: el Reino de lo Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Salió luego hacia las nueve y hacia mediodía y hacia las tres y hacia las cinco, y los envió a sus viñas. Al atardecer empezando por los últimos y acabando por los primeros, pagó un denario a cada uno.
Si Jesús fuera nombrado administrador de una comunidad o director de una empresa, esas instituciones quebrarían e irían a la bancarrota: ¿Cómo es posible pagar a quien empieza a trabajar a la cinco de la tarde un salario igual al de quien trabaja desde el alba? ¿Se trata de un despiste, o Jesús ha hecho mal las cuentas? No. Lo hace a propósito, porque explica: ¿es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero?
Pero todo lo anterior sugiere una pregunta: ¿Por qué Jesús tiene esos defectos? La respuesta es porque Jesús es AMOR, el amor auténtico no razona, no mide, no levanta barreras, no calcula, no recuerda las ofensas y no pone condiciones. De esta forma explicó el Cardenal Van Thuan su opción incondicional por Cristo, y terminó diciendo: amo los defectos de Jesús y gracias a Dios son incorregibles.
Hermanos y hermanas, lo expresado anteriormente habla de la experiencia de un hombre preso que aprendió a amar y a esperar en Jesús en medio de su cautiverio viviendo situaciones inhumanas; de nuestra parte ¿Cómo no amar a Jesús, a María Santísima y a nuestros hermanos, cuando todos los días tenemos la ocasión de respirar el aroma de la libertad?
P. Ernesto León D. o.cc.ss
Superior Viceprovincial de Oblatos
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