Dios y creador nuestro permíteme practicar de forma correcta y aplicada la medicina veterinaria.
Inspírame caridad y amor para todos mis enfermos y dame la paciencia de entender su sufrimiento, aun cuando ellos no puedan expresarlo en palabras.
No me des la oportunidad de sentirme superior a ellos, más bien dame la oportunidad de serles útil.
Señor aligera mi sueño para poder atender los llamados de aquel poseedor de una mascota en peligro de morir.
Toca mi corazón para que comprenda la preocupación de aquella persona angustiada por salvar aquella mascota que tanto ama.
Señor dame entereza para atender con la misma vocación de servicio a aquel que te niega, como al que todo espera de ti.
Enséñame señor que el servicio esta primero, ante toda aquella vanidad de lujo.
No permitas que la envidia hacia mis compañeros de profesión me invada, sino más bien me sirva como un estímulo de superación.
Dame la capacidad de dar el mismo servicio a quien pueda pagar con largueza mi trabajo, como a quien apenas pueda dar de comer a su mascota.
No des más de lo que como médico pueda manejar, para que siempre este presto al llamado del deber.
Y tu señor como el médico del mundo infunde en mi toda tu sabiduría, mas no dejes que me sienta dios.
Permite señor que al extender una receta todos mis sentidos estén alertas para prescribir lo que verdaderamente sea útil para devolver la salud a mis pacientes.
Te pido que evites que cometa errores en mi trabajo y haz que pueda devolver la salud a quien tus designios así lo permitan.
Permite que la fe que tú nos has enseñado sea quien cumpla con tu promesa.
Haz que confíen en mí y sigan mis instrucciones y no hagan caso de charlatanes, amigos y parientes que dan consejos erróneos que dañan la salud de mis pacientes.
Señor permíteme el tiempo de ejercer mi profesión hacerlo con prontitud y amor para recibir el justo pago a mi esfuerzo y dedicación.