Diversidad:
f. Variedad, desemejanza, diferencia.
f. Abundancia, gran cantidad de varias cosas distintas
—Diccionario de la Real Academia Española.
Reflexiona
La puntada y la costura
La diversidad es un fenómeno característico de la historia y las culturas del mundo, pero también se encuentra en el presente de nuestra sociedad. ¿En qué consiste? Simplemente en que todos somos distintos: existen diferencias de sexo (hombres y mujeres), de edad (niños y ancianos), de creencias (religiosos y no religiosos), de características físicas, orígenes familiares, proyectos e ideas… Sin embargo, a pesar de las diferentes puntadas tenemos una costura común: somos personas y miembros del género humano. En esa medida nos corresponden los mismos derechos y oportunidades de desarrollo, y las ventajas sólo deben obtenerse mediante el esfuerzo y el mérito individual.
Pero en la realidad las cosas no son así, unos se creen superiores a otros, piensan que sólo ellos valen. Es común que traten de imponer, a veces con fuerza y violencia, sus ideas, creencias y puntos de vista a los demás, a quienes consideran inferiores. Ese peligro se contrarresta con el valor de la tolerancia que significa aceptar a personas o grupos que no son semejantes a nosotros y respetar sus diferencias. Cuando se vive a fondo no consiste sólo en respetarlos, sino en comprenderlos, enriquecernos con sus experiencias y compartir con ellos las nuestras.
¿Ya lo pensaste?
Una de las luchas más importantes en nuestro presente histórico es la construcción de una sociedad democrática, en la que el poder no radica en un individuo, sino en todos los habitantes que participan en la dirección del país. En una sociedad democrática todas las personas que conviven son libres e iguales y establecen sus relaciones de una manera respetuosa y voluntaria. Para construir una sociedad democrática es indispensable reconocer y respetar la diversidad, promover la tolerancia. Cuando no se edifica una verdadera democracia corremos el riesgo de que el poder quede en manos de un grupo que someta y presione a los demás.
Mini-relato
Estos relatos que te ayudarán a obtener una definición sobre este valor.
La niña del arroyo hondo
La pequeña Irenea nació dos meses antes de lo esperado en el rancho El Zacatón, cerca de El Triunfo, un pueblo de Zacatecas famoso por sus minas de plata. Sus padres eran de avanzada edad y a ambos les sorprendió su llegada. Él era ex combatiente de las filas de Don Panchito Madero. Ella había sido maestra escolar por muchos años. Aunque ya tenían varios hijos (el menor, de quince años) la llegada de la niña dio nueva luz a sus días. Cuando “Neya” —como le decían— cumplió un año ya parecía de tres. Hablaba a la perfección, declamaba y cantaba con gracia, caminaba y corría sin que se doblaran sus piernas. Además era muy bonita: pelirroja, de ojos verdes brillantes y piel blanca como la leche fresca.
Los habitantes de El Triunfo eran personas chismosas e ignorantes que difundieron rumores y habladurías sobre la niña. Con respecto a su apariencia, distinta a la de los demás (morenos y de cabello negro), y su inteligencia tan despierta se habían tejido leyendas extravagantes. Contaban que era la encarnación del Chamuco (así le decían al Diablo), y cuando ella y sus padres iban al pueblo la gente se escondía o sacaba sus amuletos. Todos les prohibían a sus hijos juntarse o compartir sus juguetes con la niña. Pero a Neya no le importaba: siempre los saludaba, entrecerraba los párpados como señal de simpatía y les ofrecía sus muñecas.
Cuando Neya tenía dos años sus padres fueron con todos sus hijos a la fiesta del pueblo que se celebraba el 12 de diciembre en un antiguo salón del palacio municipal.
En éste se hallaba reunida mucha gente, pero nadie quería acercarse a la familia. Cuando el presidente del municipio dirigía unas palabras a los allí presentes, Neya comenzó a jalarle el rebozo a su mamá. “¿Qué te pasa, hija?” le preguntó la señora. “Ma, el techo está a punto de caerse” le respondió Neya, quien había visto unas vigas rotas.
Aunque al momento de salir advirtieron a los demás del peligro, nadie quiso hacerles caso. Neya y sus familiares cruzaron corriendo la calle y desde la plaza principal vieron que el techo del salón caía a pedazos mientras se escuchaba un ruido tremendo. El accidente provocó la muerte de doce personas y dejó heridas a decenas más.
La noche siguiente la comunidad se reunió en el cementerio para sepultar a los muertos. Cuando la familia de Neya llegó una mujer gritó que ellos habían tenido la culpa de la desgracia porque eran brujos y comenzaron a perseguirlos con palos y antorchas. Asustados por la violencia de la multitud, los padres de Neya juntaron a todos sus hijos y huyeron tomando un atajo secreto de la sierra. Nunca más volvió a saberse de ellos.
—Adaptación de una leyenda zacatecana.
Para reflexionar
¿Crees que los habitantes de El Zacatón tenían alguna razón real para desconfiar de Neya?
¿Qué explicaciones pueden darse a su aspecto y su inteligencia?
¿Piensas que vale la pena escuchar los rumores y los chismes sobre una persona?
Si fueras Neya ¿Qué pensarías de los demás? ¿Cómo actuarías con ellos?
¿Qué crees que pasó con ella y su familia?
De la sabiduría popular
No te fijes en lo ancho de la puntada, sino en lo fuerte de la costura.
No debemos prestar atención a las diferencias superficiales de las personas, sino a su fuerza y solidez.
Las castas en la Nueva España
A lo largo de la historia dentro de una misma sociedad se han establecido clases, castas y categorías para organizar a sus miembros. Ello ha tenido consecuencias muy negativas pues los privilegios y oportunidades se reparten de acuerdo con el origen de las personas y no según sus méritos o esfuerzos. En la Nueva España, en especial a fines de la época virreinal (es decir, poco antes de la Guerra de Independencia), se realizó una clasificación racista de ese tipo con diferencias y criterios muy estrictos.
El grupo principal que gozaba de todos los beneficios eran los peninsulares, es decir, los españoles nacidos en la península Ibérica que controlaban la administración, la riqueza y la política de la colonia. Luego seguían los criollos, hijos de matrimonios españoles, pero nacidos en la Nueva España, a quienes se impedía el acceso a cargos públicos y a la toma de decisiones políticas, lo que motivó que organizaran la Guerra de Independencia. El sector más bajo y desfavorecido de este esquema eran los indígenas. Pero entre éstos y los criollos estaban las castas, mezclas de diferentes grupos y orígenes.
La clasificación por castas coincidía con escalas económicas y sociales.
Aquí tenemos algunos ejemplos con sus nombres. El hijo de español e indígena se llamaba mestizo; hijo de española y mestizo, castizo; el de español y negra, mulato; hijo de español y mulata, morisco; el de español y morisca, chino o albino; el de español y albina, salta atrás; hijo de indio y salta atrás, lobo; el de lobo y china, jíbaro; el de lobo e india, zambaigo y el de zambaigo e india, cambujo.
¡Pero había más! El hijo de zambaigo y loba se llamaba calpamulato; el de cambujo y mulato, albarazado; el de calpalmulato y cambuja, tente en el aire; del de albarazado y mulata, barcino; el de tente en el aire y mulata, no te entiendo; hijo de barcino y mulata, coyote; el de no te entiendo e india, torna atrás; hijo de albarazado y mestiza, barnocino; el de india y mestizo, coyote; hijo de coyote e india, chamizo, y el de chamizo y mestizo, allí te estás.
Lo bueno es que muy pronto esa lista se hizo inútil. En el siglo XIX, gracias a la Independencia y la Reforma del presidente Juárez, estas categorías desaparecieron. Hoy sólo podemos decir que, en términos generales, los actuales pobladores de México somos mestizos, resultado del encuentro entre el mundo europeo y el mundo de los indígenas que habitaban el territorio.
¿Lo sabías?
Después de la Revolución de 1910 nuestro país es mucho más justo e igualitario gracias a los derechos universales de educación, alimentación, salud y trabajo y al reconocimiento de su origen multicultural basado en la riqueza y diversidad de sus pueblos indígenas, pero también al impacto de las culturas extranjeras. A pesar de eso sigue habiendo grandes distinciones de acuerdo con la condición social y económica de los habitantes. Los indígenas, como en la época colonial, siguen viviendo en desventaja y sufren problemas de desnutrición, analfabetismo y carencia de servicios de salud. Lograr que los superen es una deuda pendiente con esa parte de nuestro origen.
Genio y figura
Gilberto Rincón Gallardo: luchador contra la discriminación
Uno de los grupos que ha tenido mayores dificultades para integrarse a la sociedad es el de las personas discapacitadas. Don Gilberto Rincón Gallardo (1939-2008) logró importantes avances en ese sentido. Nació afectado por una malformación: carecía de brazos, pero superó su propia condición y se dedicó a la actividad política en busca de un México justo e igualitario. Por sus actividades fue apresado en 32 ocasiones, pero no se rindió. De 1991 a 1994 trabajó como diputado y en el año 2000 fue candidato a la presidencia de la república. En la última etapa de su vida fundó y presidió el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación que garantiza el derecho de los mexicanos a la igualdad y los protege de las distinciones basadas en criterios como origen, recursos económicos, edad, religión, opiniones, lengua, estado civil o condiciones de salud.
Para la vida diaria
En las escuelas existe un problema llamado bullying o acoso escolar. Haciendo uso de la fuerza algún alumno o grupo de alumnos molesta, ofende y le dificulta la vida a ciertos compañeros. Por lo general toman como pretexto sus diferencias: el color de la piel, una discapacidad física, modales femeninos en el caso de los varones, o varoniles en el caso de las mujeres… Esas actitudes proceden de la ignorancia, la intolerancia y la injusticia. Detecta los casos de tu escuela; con la ayuda de padres y maestros diseña un plan para resolverlos, proteger a los niños que los sufren y modificar la conducta de quienes los molestan. Todos saldrán ganando.
Evita toda discriminación a tu alrededor, especialmente contra las personas que, por algún motivo, se encuentran en situación de desventaja. Uno de los casos más difíciles es el de las mujeres que viven en una sociedad donde se sigue creyendo que los hombres son superiores: son víctimas frecuentes de la violencia doméstica y de la falta de oportunidades. Si eres niño, trata con respeto y consideración a tus hermanas y tus compañeras, tienen las mismas capacidades y potencial que tú. Si eres niña no aceptes maltratos o abusos por parte de los varones. Compartan sus experiencias y enriquezcan su vida común.
El extremo opuesto
La intolerancia es la incapacidad de aceptar y reconocer la diversidad de las personas, las culturas y las naciones, la falta de respeto contra quienes son distintos a nosotros o piensan de otra manera. Su consecuencia es la discriminación que consiste en separarlos, quitarles oportunidades o agredirlos. Estos fenómenos han estado presentes en grandes episodios históricos, cuando un grupo persigue o intenta exterminar a otro. También aparecen en nuestra vida diaria, cuando atacamos a quienes no se parecen a nosotros. Aparte de hacerles daño, perdemos la oportunidad de conocer otras formas de pensar que pueden enriquecer nuestra imagen del mundo.
Frases
Si no podemos poner fin a nuestras diferencias, contribuyamos a que el mundo sea un lugar apto para ellas
– John F. Kennedy
Nadie es como otro. Ni mejor ni peor. Es otro. Y si dos están de acuerdo, es por un malentendido
– Jean-Paul Sartre
Un mismo texto admite infinito número de interpretaciones
– Friedrich Nietzsche
La uniformidad es la muerte; la diversidad es la vida
– Mijail A. Bakunin
Generalizar siempre es equivocarse
– Hermann von Keyserling
Menester es que unos caminen y otros naveguen; unos rían y otros lloren; unos sean buenos y otros malos; que por esta variedad es la naturaleza más hermosa
– Jerónimo de Contreras
El gran manantial del placer es la variedad
– Samuel Johnson
Cuando no se conoce personalmente a individuos de otros grupos étnicos, religiosos o culturales, es muy fácil creer cosas horribles de ellos y tenerles miedo
– Michael Levine
La vida se extingue allí donde existe el empeño de borrar las diferencias y las particularidades por la vía de la violencia
– Vasili Grossman
La diferencia entre paisaje y paisaje es poca, pero hay una gran diferencia entre los que lo miran
– Ralph W. Emerson
Nosotros hervimos a distintos grados
– Ralph W. Emerson
Fuente: www.valores.com.mx