PARA ESTA SEMANA: ABRIL 18 DE 2016.
Jesús el buen Pastor.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito y de tantas partes del mundo. En esta día del buen Pastor mi saludo cordial cargado de bendiciones y de buenos deseos. Que la voz de Jesús siga resonando en nuestro interior para que nosotros guiados por Él alcancemos pastos abundantes y rediles llenos de amor. Que el perdón y el respeto a la vida sean la expresión de saberse en las manos de Dios y de Jesús el buen Pastor.
Ser de Jesús, estar con Él, permanecer en Él, escuchar su voz, seguirlo, refugiarse en Él, sentir en Él la seguridad que nos hace capaces de vivir sin miedos: es el ideal del creyente.
Y es desde esta verdad que nosotros nos podríamos hacer un examen de conciencia sobre nuestro ser de discípulos, ser miembros del rebaño. De nada vale un Jesús que en el amor se entrega, nos cuida, nos protege, si consideramos que la felicidad no está en Él, si queremos otras seguridades y si de nada nos importa que Él sea la vida y la resurrección. Jesús es la decisión de amor de Dios pero ya nosotros tendremos que tomar la decisión de amarlo o no, de seguirlo o no, de estarnos con Él o no, de escuchar su voz o seguir otras voces.
Jesús tiene una tarea: cuidar de su rebaño. Nosotros fuimos creados por Él y para Él y Él asume la misión de salvarnos, de mostrarnos el querer del Padre y el darnos la buena Noticia del amor fiel de Dios; nosotros somos regalo del Padre para su Hijo y es el Padre el que quiere que nosotros nos estemos con Jesús, vivamos en Él y hagamos de este mundo un lugar en el que la voz de Jesús siga siendo el faro que ilumina nuestras vidas. Jesús hace todo lo suyo para que ninguno de nosotros nos perdamos. Y si es necesario dar la vida, la entrega; si es necesario salir a buscar la oveja perdida sale y la encuentra; si es necesario cargar a quien es débil, perdonar a la que falla; se cargará y se perdonará todas las veces que sea necesario.
En esta semana cada uno de nosotros también está siendo invitado a ser un auténtico discípulo del Señor escuchando su Palabra. Jesús nos conoce, nos ama; de nosotros es ser capaces de seguirle; Jesús nos da la vida eterna, de nosotros es saber morir a todo aquello que nos está impidiendo ser felices o que nos tiene alejados del rebaño; Jesús está dispuesto a llegar en fidelidad hasta donde sea necesario, de nosotros es responder a esos cuidados. Lo que hace Jesús es porque el Padre se lo ha mandado. El amor viene de Dios y ese amor hacia nosotros pasa por Jesús que concreta en gestos, en sanaciones, en perdón y en acogida toda la bondad y la misericordia; toda la ternura y paciencia de Dios.
Que nosotros no perdamos la sencillez de sabernos de Dios y que procuremos no perdernos en voces que nos seducen pero que en lugar de vida dan muerte.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd