CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CC.SS DE JESÚS Y MARÍA
HOMILÍA JULIO 17 DE 2022 – XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C
Gn 18,1-10; Sal 14, Col 1,24-28; Lc 10, 38-42
Queridos hermanos y hermanas:
A lo largo del relato tanto de la primera lectura como del Santo Evangelio de hoy, nos encontramos con un valor que es importante vivirlo, se trata de la HOSPITALIDAD o si se quiere de la ACOGIDA. De una acogida desinteresada, que no espera nada a cambio porque el huésped lo es todo, porque el huésped, el peregrino, representa a ese Jesús que no tiene un lugar dónde reclinar la cabeza, mientras que los pájaros tienen nidos y las ardillas madrigueras.
Posiblemente el lugar donde Jesús deba reclinar la cabeza sea nuestra propia existencia.
En la primera lectura (Gn 18,1-10ª), nos encontramos con Abrahán que acoge, recibe, alimenta y brinda hospitalidad a tres personajes extraños, que son presencia de Dios, los invita a detenerse y los atiende de la mejor manera y al instante, sin peros, sin obstáculos, sin limitaciones.
Abrahán, acoge en su casa al mismo Dios y Dios bendice ese gesto obrando un milagro en Sara, la esposa de Abrahán, quien ya muy avanzada de edad concibe un hijo, un hijo que para ese tiempo como para el nuestro, es don de Dios, signo de fecundidad y prosperidad y cómo no, presencia de vida otorgada por Dios.
Frente a lo anterior es bueno evaluar nuestra vida de fe, en ocasiones el Señor pasa de largo y no lo invitamos a quedarse en nuestra casa, nos ha dado todo y qué poco le hemos dado a él, Abrahán le dio pan, cuajada, leche y el mejor ternero, nosotros al menos ¿le hemos dado un poquito de nuestro tan valioso tiempo?, hemos venido de vacaciones y lástima que Él ha sido el gran ausente de nuestras vidas. Tenemos atenciones, acogida y grandes banquetes para mucha gente y para muchos dioses con minúscula, pero no olvidemos que el Señor ha de ser nuestro principal invitado y que Él no se puede quedar fuera de la gran fiesta de nuestra vida.
Hospitalidad y Acogida valores importantes y enseñanza fundamental de esta primera lectura.
Ahora bien, hablando del evangelio de hoy (Lc 10,38-42), nos encontramos con el Divino caminante, con el Divino huésped, que desea descansar en la Betania de nuestro corazón al lado de Marta y María.
Jesús iba de camino a Jerusalén, y demostrando más su humanidad, que su divinidad, se cansó y sintió la necesidad de descansar, Marta y María lo acogen en su casa y allí el Señor reposa.
Si en la primera lectura Abrahán, acoge al mismo Dios en su hogar, en el Evangelio de hoy éstas dos mujeres hospedan en su casa al Hijo de Dios; y por tanto en este tiempo nosotros hemos de ser los lugares vivientes en donde Jesucristo el Señor deba hospedarse, por eso digámosle hoy y siempre QUEDATE CON NOSOTROS SEÑOR.
Que María Nuestra Madre del cielo, disponga nuestro corazón para ser morada del Hijo de Dios.
P. Ernesto León D. o.cc.ss
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