CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CC.SS DE JESÚS Y MARÍA
III DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO
Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10; Salmo responsorial: 18; 1Corintios 12, 12-30; Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

Queridos Hermanos y Hermanas:
El Tiempo Ordinario que vive la Iglesia en este 2025 nos ofrece la posibilidad de meditar en torno al Evangelio según San Lucas, un evangelio que según los expertos debería ser llamado el evangelio de la misericordia, pues tal es el rostro de Jesús presente a lo largo de 24 capítulos.

El texto de San Lucas concerniente al Tercer domingo del Tiempo Ordinario se centra en una parte del capítulo 1 que se titula PRÓLOGO y en una parte del capítulo 4 que tiene que ver con el sentido de la presencia de Jesús en el mundo.

Con respecto al prólogo hay que fijar nuestra atención en tres asuntos esenciales; en primer lugar lo que tiene que ver con el DESTINATARIO al que va dirigido el evangelio de San Lucas, es decir TEÓFILO, de quien no se puede decir con claridad si se trata de un cristiano convertido del paganismo o de un alto funcionario romano.

La palabra “Teófilo” significa amigo de Dios y en este sentido esta palabra podría designar a los paganos de procedencia helénica que abrazaron el evangelio de Cristo, que se dejaron amar por Él y que aprendieron a entregar su vida por Él. Ojalá nosotros hoy podamos comprendernos como los nuevos Teófilos, ojalá podamos nosotros reconocernos como destinatarios del evangelio de San Lucas, configurándonos así con el Cristo misericordioso que tanto necesita el mundo de hoy, ojalá nos consideremos ya no siervos de Dios sino sus amigos.

En segundo lugar el prólogo nos ofrece el CONTENIDO del evangelio de San Lucas a saber:

Los dichos y hechos de Jesús, lo que Jesús dijo e hizo, sus obras y sus palabras, todo lo anterior sin desconocer la historia, de lo contrario sería una fantasía y obviamente sin desconocer los testimonios aportados por la tradición, sin los cuales sería una invención o algo simplemente emanado del pensamiento o de los sentimientos de la comunidad lucana.

En tercer lugar, el prólogo habla de la FINALIDAD del Evangelio de San Lucas, expresada en los siguientes términos:

“He resuelto escribirte para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido”, (si Teófilo era un cristiano) o de la información que le había llegado (si Teófilo era un funcionario romano). Nuestra identidad de cristianos no está hecha para recibir información doctrinal acerca de Jesucristo, está hecha para dar testimonio de sus enseñanzas; dar a conocer la solidez de las enseñanzas del Señor es el cometido de este evangelio y es un imperativo para nosotros conocer a Jesucristo, identificarnos con Él y seguir sus pasos.

Hasta aquí lo concerniente al prólogo que se trata de la primera parte del evangelio de este tercer domingo ordinario; hablemos ahora de la segunda parte del evangelio, es decir lo concerniente a una parte del capítulo 4 que plantea el programa mesiánico de Jesús, y que por cierto dista mucho de la propaganda electorera lanzada por los políticos de nuestro tiempo; el programa de Jesús no se centra en promesas, se centra en hechos y esto porque el Señor cuenta con la asistencia del Espíritu Santo. El programa de Jesús anunciado desde el profeta Isaías se expresa de la siguiente manera: “El Espíritu del Señor está sobre mi, me ha enviado para anunciar el evangelio a los pobres, anunciar a los cautivos la libertad, la vista a los ciegos, la libertad a los oprimidos y anunciar el año de gracia”.

Detengámonos en dos partes del programa de Jesús: “he venido a anunciar el evangelio a los pobres” y “he venido a darle libertad a los esclavos”.

No son pobres únicamente los que pasan hambre o los que no tienen un techo para pasar la noche; pobres también son aquellos que no tienen un libro bajo el brazo, pobres son aquellos que se aman a sí mismos sin que haya en su corazón un poco de amor para sus hermanos, pobres son los que no tienen un proyecto de vida que les permita construir su felicidad; pobres son aquellos que depositando su corazón en las riquezas se han olvidado del mismo pobre que los observa. Hermanos y hermanas, por esta clase de pobres vino el Señor para demostrarles su perdón, su amor y su misericordia.

Por otra parte los esclavos a quienes ha venido a liberar el Señor son aquellos que han hecho de las ideologías sus propios dioses, sin saber que éstas son las que esclavizan; ha venido a liberar a los constructores de la guerra, del odio y la violencia, esclavos de su propios caprichos; ha venido el Señor a liberarnos de las estructuras del mal que nos acechan, ha venido el Señor a liberarnos de nuestras palabras y de nuestros actos que son garantes de división y de discordia; en una palabra, el Señor ha venido a darnos salvación, pues tal es el sinónimo de la libertad de los hijos de Dios.

Hermanos y hermanas que el evangelio de San Lucas por intercesión de nuestra Madre María, nos ayude a descubrirnos más humanos, mostrando a los demás el rostro de Cristo que ante todo es misericordia y compasión.

P. Ernesto León D. o.cc.ss