CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

HOMILÍA PARA EL 5 DE ABRIL DE 2007 JUEVES SANTO

 Misioneros Oblatos de los cc.ss de Jesús y María
Éxodo 12,1-8.11-14; Salmo 115; 1Corintios 11,23-26; Juan 13,1-15
Jueves 05 de Abril de 2007
Jueves Santo

«El que coma mi cuerpo y beba mi sangre tendrá vida en abundancia»

La fiesta de la Santísima Trinidad es la fiesta de la familia humana, el Dios de nosotros los cristianos es ante todo familia y no cualquier familia; es una familia que vive en comunión, comunión fundada en el amor.

La Santísima Trinidad dejará de ser misterio de comunión, cuando al interior de ella haya división, dejará de ser misterio cuando haya dejado de ser familia; la Santísima Trinidad dejará de ser misterio cuando su acción no está ya unificada en el amor.

La Santísima Trinidad Hermanos y Hermanas, ha bajado del cielo y está ahora en medio de nosotros, cuando nuestros ojos observan la belleza de la creación y notan en ella la presencia divina, no están más que afirmando la presencia indubitable de DIOS como PADRE que lo trasciende todo como fuente y principio; cuando en medio de la orfandad y la soledad sentimos el abrigo de Dios que nos consuela y fortalece, ¿no es acaso la Presencia de DIOS PADRE amándonos?;

Cuando nuestro corazón siente y percibe un torrente de bendiciones por las cuales decimos gracias, se corrobora la acción amorosa del HIJO

Cuando en la Eucaristía reconocemos a Jesucristo como el pan vivo bajado del cielo, asentimos con la mente y el corazón que verdaderamente Él es el HIJO de Dios, pues lo hemos reconocido en la fracción del pan; cuando en los momentos aciagos que la vida nos ofrece, encontramos serenidad y sosiego ya en las personas o en la circunstancias, es el ESPIRITU SANTO obrando sin medida; cuando en los momentos de grandes decisiones una luz divina se presenta en nuestro pensamiento, es el Espíritu de Dios actuando en nuestra inteligencia.

Esta fiesta de la Santísima Trinidad nos revela que Dios abandonando su misterio, se manifestó a la humanidad en Jesucristo, cumpliéndose así lo escrito en el evangelio de San Juan, «quien ha visto al Hijo, ha visto al Padre».

En torno a esta Solemnidad pensemos en cuatro asuntos.

1.- El deseo de Dios como Familia trinitaria que vive en la unidad, es que el mundo y de manera especial nuestra Patria, sean familia de Dios, dispuestos a extirpar del corazón de los hombres, las divisiones y todo afán bélico que entorpece contemplar al mundo como la gran familia de Dios.

2.- Si Dios es familia, desea que nuestras familias consanguíneas vivan al interior de sí mismas el amor y la unidad, contenido vital de la familia Trinitaria.

3.- La fiesta de la Santísima Trinidad nos ha de llevar a identificar nuestra fe, dentro de los parámetros del monoteísmo y no del politeísmo, en medio de la cultura de la idolatría que ha absorbido a nuestro pueblo.

4.- El contenido teológico de esta solemnidad, ha de posibilitar la madurez de nuestra fe, pues si conocemos a Dios podremos amarlo y dar testimonio de Él.

Que la Madre de Dios, nos haga comprender que además de la resurrección de su Hijo amado, es la Santísima Trinidad, el centro de la espiritualidad cristiana.

P. Ernesto León D. o.cc.ss

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