1. Canto: El Espíritu de Dios está en éste lugar
2. Visita al Santísimo Sacramento
Jesús mío, Dueño adorado, que escondido en el Sacramento del amor os quedasteis aquí conmigo para endulzar mi destierro. ¿Cómo no consagrarme yo a consolarte en el vuestro?
Ya que tu me das tu Corazón ¿Cómo no entregarte yo el mío?
Te consagro, OH Corazón Eucarístico de Jesús todas las potencias de mi alma y las fuerzas de mi cuerpo; quiero esforzarme en conocerte y amarte más y más cada día para hacerte conocer y amar; no deseo trabajar sino a gloria tuya, para cumplir la voluntad de tu eterno Padre. Ofrezco todos los instantes de mi vida, como otros tantos actos de adoración ante tu real presencia, en acción de gracias por el incomparable beneficio de la Eucaristía, en reparación por nuestra cruel indiferencia y en incesante súplica a fin de que ofrecidas por Vos, sean elevadas nuestra oraciones purificadas y fecundas hasta el trono de la Misericordia Divina para tu eterna Gloria. Amén.
3. Canto:
Hoy perdóname
4. Oración de perdón.
Padre, hoy, en tu presencia, queremos entregarnos y abandonarnos en tus manos. Queremos rendirnos incondicionalmente a Ti. Somos tus hijos en Jesucristo, nuestro Señor. Que bueno, Padre, que enviaste a Jesús como nuestro Salvador. Alabado seas porque aceptaste el sacrificio de Jesús en la cruz y perdonaste nuestros pecados. Que bueno, Padre, que podemos tener paz contigo por causa de Jesús y de su Sangre derramada por nosotros.
Hoy queremos acoger ese perdón. Y por eso, arrepentidos, pedimos que tu sangre generosa venga sobre nosotros y sobre cada miembro de nuestra familia para purificarnos. En este momento nos abrimos a la acción de tu Santo Espíritu. Ven Espíritu Santo, tu que eres luz, amor divino y vida eterna.
Ven Espíritu Santo, tu que eres luz, amor divino y vida eterna.Ven Espíritu Santo y revélanos todas las raíces de muerte instaladas en nosotros por causa del pecado. Danos esa conciencia del pecado, esa convicción profunda de arrepentimiento, para que, ahora mismo, podamos acercarnos a Jesús y recibir su perdón.
¡Perdón, Jesús, Perdón¡ Nosotros te agradecemos y te bendecimos porque tu Sangre redentora, que nos purifica de todo mal, está fluyendo sobre nosotros. Tu perdón está viniendo a nuestro corazón. Estamos siendo renovados por tu amor. Bendito seas Señor, por este momento de gloria en que nos reconcilias con el Padre a través de tu Sangre. Amén.
5. Lectura del santo Evangelio según San Marcos 9, 30-37
En aquel tiempo Jesús y sus discípulos se marcharon de la montaña y atravesaron Galilea; no quería que nadie se enterase, porque iba instruyendo a sus discípulos. Les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres y lo matarán; y, después de muerto, a los tres días resucitará.” Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez en casa, les preguntó: “¿De qué discutíais por el camino?” Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante.
Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: “Quién quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos” Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.
Palabra del Señor.
6. Momentos de Reflexión.
En el evangelio de Marcos, el «camino» representa el itinerario de formación de un buen discípulo. Jesús no quiere un grupo de fanáticos que le entonen vivas a su nombre, sino un grupo de personas responsables que sean capaces de asumir un proyecto. Por esta razón, sus esfuerzos se concentran en la enseñanza de sus seguidores. Pero, la instrucción parte de los desaciertos y de las respuestas erráticas que ellos van dando a lo largo del trayecto hacia Jerusalén.
El «niño» era una de las criaturas mas insignificantes de la cultura antigua. Por su estatura y edad no estaba en condiciones de participar en la guerra, ni en la política ni en la vida religiosa. Jesús coloca a uno de esos pequeños en medio de ellos y muestra cómo el presente y el futuro de la comunidad está en colocar en el centro no las propias ambiciones, sino las personas más postergadas y simples. Sólo así se revierte el sistema social de valores. Y sólo así, la comunidad es una alternativa ante el «mundo», que ya sabe poner en el centro a las personas adineradas. La
novedad de Jesús consiste en hacer grande lo pequeño, lo doméstico e insignificante.
Eso que Jesús revelaba -con una paradoja- era muy serio: Jesús identificaba su propia suerte y la de Dios con la suerte de los niños, los que no tienen derechos ni quien mire por ellos, los últimos, los despreciados, los no tenidos en cuenta. Porque en realidad todo él se identificaba con ellos: se había puesto de su lado, había asumido su causa como propia. Por eso decía que todo servicio hecho a ellos se le hacía a él mismo y, en definitiva, al Padre.
7. Oración de Acción de Gracias
Gracias Señor por traerme a la oración, gracias por la alegría de la entrega, el arrepentimiento y el perdón, gracias por enviarme a Tu Espíritu Santo a enseñarme y a guiarme, gracias por los frutos que Tu Espíritu está trabajando en mí como el amor, la alegría, la paz, la paciencia, la amabilidad, el control de mi mismo, gracias por enviarme personas que necesitan ayuda.
Te doy gracias por romper el dominio de hábitos pasados y traerme a una conversión más profunda, gracias por hacerte presente en todos los momentos de mi vida, por tu Palabra que me da vida y por levantarme cuando caigo, gracias por hacer que las cosas trabajen para mi bien al depositar yo mi confianza en Ti. Gracias por tus ángeles que me protegen en todos mis caminos.
Gracias por guiarme y darme sabiduría, por Tu amor abundante que quita todo temor, gracias por abrirme las puertas del cielo y derramar Tus bendiciones sobre mí.
Te doy gracias por suplir todas mis necesidades con Tu riqueza, gracias por la salud, gracias por abrir mis ojos a las necesidades de mis hermanos. Abre mi corazón para amar a los heridos y a los perdidos, abre mis labios para hablar de Tu amor, gracias por aquellos que me han ayudado en mi camino hacia Ti, bendícelos Señor. Gracias por el regalo de mi vida, así como es, gracias por el mejor regalo de todos, Tu hijo Jesús. Amén.