f. Cualidad o condición de independiente.
f. Libertad, especialmente la de un Estado que no es tributario ni depende de otro.
f. Entereza, firmeza de carácter.
Independiente. 1. adj. Que no tiene dependencia, que no depende de otro.
—Diccionario de la Real Academia Española.
Responsable de ti mismo
Como niño que eres, vives rodeado de adultos que se hacen cargo de tus necesidades como alimentación, alojamiento, higiene, salud y educación. Es su deber garantizarte estos aspectos para que te desarrolles sano y feliz. Cuando los niños van creciendo poco a poco se encargan de cubrir esas necesidades por sí mismos. Por ejemplo, los bebés necesitan que les den la papilla en la boca, pero ahora tú ya comes solo; los niños más chicos no pueden bañarse por sí mismos, pero tú ya no necesitas ayuda en la regadera; los pequeños requieren usar un pañal, pero tú sabes ir al baño.
Todos esos logros que has conquistado pueden englobarse con el nombre de “independencia”, todo lo que puedes hacer sin necesidad de pedir ayuda a los demás. Volverse adulto consiste en conquistar cada vez mayor independencia: ganar tu propio dinero, establecer tu casa, fundar tu propia familia. Cuando estés en esas circunstancias serán otros los que dependan de ti: tus hijos o tus padres ancianos que no tengan forma de valerse por sí mismos.
Hasta aquí parece que ser independiente consiste sólo en tener obligaciones… pero la independencia también te da grandes privilegios como la autonomía y la capacidad de expresar al máximo tu creatividad. Tú decides lo que quieres hacer y la forma en que deseas hacerlo, eliges, por ejemplo, la carrera que quieres estudiar. De esta forma la independencia es una mezcla de responsabilidad y libertad.
Reflexiona: Pueblos y personas.
En la escuela has escuchado hablar de la guerra de Independencia, la lucha encabezada por Miguel Hidalgo para que México (que ya podía valerse por sí mismo) se separara de España y pudiera convertirse en un país libre para disfrutar privilegios y cumplir compromisos. Ese proceso que afectó a todo un pueblo es semejante a la búsqueda de la independencia individual. En lo personal, tienes que adquirir fortalezas para valerte por ti solo. Puedes hacerlo preparándote bien en los estudios, cuidando tu salud y alejando de ti todo aquello que ponga en riesgo tu autonomía, como el alcohol y las drogas. Por otra parte, trata de aprender a diario las habilidades necesarias para vivir: observa cómo trabajan tus familiares, pide que te enseñen a limpiar la casa, a cruzar la calle y a preparar alimentos.
Tu búsqueda de independencia tendrá sus batallas que siempre deben ser amistosas y pacíficas. Debes luchar contra las ideas que otros te quieren imponer por la fuerza, debes oponerte a cualquier castigo o maltrato para obligarte a hacer cosas que no quieres. Por otra parte, si tus padres te protegen excesivamente, hazles entender que te gustaría hacer ciertas cosas por tu cuenta y que también puedes cuidarte solo. Eso no significa que tomes distancia de tu familia; aunque en varios asuntos avances solo, nunca olvides pedir ayuda, dar ayuda, pensar en los demás y compartir con ellos tus logros. Ser independiente significa valorar la importancia de los demás pero avanzar por ti mismo en busca de tus metas.
Mini-relato: Fiebre de independencias.
En el siglo XIX los diversos pueblos de América latina decidieron liberarse de los gobiernos europeos y convertirse en naciones capaces de tomar sus decisiones y avanzar rumbo al futuro. Los siguientes países son resultado de una “Declaración de Independencia”, el documento que expresa esa decisión: Ecuador la firmó en 1809, Colombia y Chile en 1810, Paraguay y Venezuela en 1811, México en 1813, Argentina en 1816, Perú, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá en 1821, Brasil en 1822, Bolivia y Uruguay en 1825 y la República Dominicana en 1844. La que más se tardó fue Cuba, en 1895.
PROBLEMAS PARA PENSAR
Uno de los grandes pasos para que te vuelvas independiente consiste en que tengas tus propias ideas. En ocasiones éstas pueden ser semejantes a las de los demás, pero también puedes tener ideas diferentes y muy personales. El objetivo es conquistar un pensamiento libre que permita analizar las ideas de los demás para aceptarlas o rechazarlas y, a la vez, producir ideas propias. Pregúntale a dos personas qué piensan de los siguientes temas. Estudia sus respuestas y después escribe qué piensas tú sobre los mismos temas:
Familia
Disciplina
Escuela
Comunicación
Salud
Paciencia
Felicidad
Naturaleza
Éxito
Sociedad
Recuerda que tus puntos de vista pueden enriquecerse a través de la lectura y la búsqueda de información que te dan mayores elementos para pensar.
Lo que dice la gente
“A mí me gusta hacer las cosas solita y sólo pedir apoyo cuando no puedo.”
—Georgina Camaño, alumna de segundo de primaria, 7 años
“La tarea me la dejan a mí, no a mis papás.”
—Antonio Núñez, alumno de sexto de primaria, 11 años.
“Educar niños independientes es construir adultos felices.”
—Matilde Ruiz, psicóloga, 52 años.
La independencia en símbolos
Un símbolo de independencia empleado en algunas naciones de Sudamérica es un corcel blanco que corre solo, sin ataduras, impulsado por su fuerza y vitalidad. En México, el más importante es el Ángel de la Independencia, una escultura en lo alto de una elevada columna situada en el Paseo de la Reforma de la Ciudad de México. Fue inaugurado en 1910 para celebrar el primer centenario del inicio de la lucha de Independencia en México. No es realmente un ángel, sino una victoria alada.
Lo que dicen los libros
“La única libertad que merece recibir ese nombre es la búsqueda de nuestro propio bien usando nuestros propios medios, siempre y cuando no le quitemos sus bienes a los demás o impidamos sus propios esfuerzos para obtenerlos. Cada quien es el guardián de su propia salud de cuerpo, mente y espíritu. Aunque a veces sea difícil para nosotros, tenemos que aceptar la forma de vida que elige cada persona en vez de obligarla a ajustarse a la forma de vida que han elegido los demás.”
—John Stuart Mill
Actividades: Un laboratorio para la independencia.
Por tu edad hay cosas que no puedes hacer (por ejemplo, mantenerte a ti mismo) y cosas que no debes hacer (por ejemplo, salir de casa sin permiso). Sin embargo, comienza a construir tu independencia a través de varias actividades:
Prepara tu mochila con los materiales que usarás mañana en la escuela. Prepara la ropa o el uniforme que vas a ponerte y lo que llevarás de lunch para el recreo.
No esperes a que tu familia te indique hacer la tarea. Comienza por tu cuenta.
Acostúmbrate a seguir y respetar tus horarios para acostarte y levantarte.
Si tienes algún problema en la escuela trata de arreglarlo con tu maestro, sólo cuando no puedas acude a tus padres.
Cuando no puedas jugar con amigos, aprende a entretenerte solo leyendo un libro, viendo un programa de televisión, haciendo alguna manualidad o visitando sitios de Internet para niños.
Organiza tu plan de actividades (escolares y personales) cada semana.
Si te dan “domingo” divide esa pequeña cantidad para cubrir tus gastos semanales.
Fuente: www.valores.com.mx