Innovación.
f. Acción y efecto de innovar.
f. Creación o modificación de un producto, y su introducción en un mercado.
Imaginación.
f. Facultad del alma que representa las imágenes de las cosas reales o ideales.
f. Imagen formada por la fantasía.
f. Facilidad para formar nuevas ideas, nuevos proyectos, etcétera.
Inventiva.
f. Capacidad y disposición para inventar.
Inventar.
tr. Hallar o descubrir algo nuevo o no conocido.
—Diccionario de la Lengua Española, Vigésimo segunda edición.
Una aportación única
El mundo que observas a tu alrededor es resultado de la creatividad acumulada de millones de hombres a lo largo de los milenios. En un inicio sólo existían la naturaleza y los seres humanos y fueron éstos quienes la adaptaron poco a poco para vivir cada vez mejor. Los hombres y las mujeres crearon la ropa y la agricultura, las casas y las herramientas, la forma de preparar la comida y el modo de combatir las enfermedades. Poco a poco desarrollaron su capacidad de producir cosas nuevas. El primer paso para realizarlas fue darles forma en la imaginación: verlas y ajustarlas en la mente antes de llevarlas a la práctica. Y cuando las llevaron, los modelos se fueron perfeccionando hasta llegar a ser lo que son ahora.
Aparte de crear esas cosas nuevas, la creatividad permite encontrar ideas distintas a las que se piensan comúnmente, hallar soluciones a los problemas, sorprender a los demás con un recurso imprevisto que no esperaban, conseguir cosas útiles con las ideas u objetos que otros desecharon y, en general, hacer una aportación al mundo. Si no te gusta algo de lo que hay a tu alrededor, tu deber es usar tu talento y tus conocimientos para transformarlo a tu gusto, como cuando adaptas un objeto común de tu hogar para que sea más cómodo.
Mini-sección
Extremos contrarios
Quien no diseña nuevas estrategias vive agobiado por viejos problemas.
Los que limitan su imaginación se quedan encerrados en las ideas de siempre.
Quienes no inventan algo nuevo, por simple que sea, no aportan nada al mundo.
Reflexiona
El viejo alquimista
Hace tres siglos, en el antiguo reino de Birmania, se casó una pareja de enamorados. Wong, el chico, cumplía de sobra con los requisitos impuestos por Míster Wu, el padre de la novia, llamada Su-Yi. El matrimonio era muy feliz, pero a los dos años todo cambió. Wong se encerraba días enteros en su taller, junto al granero. Además cada día gastaba más dinero sin que Su-Yi supiera en qué. Como ambos habían prometido siempre ser sinceros, un día se decidió a preguntarle qué ocurría.
—¿En qué gastas tanto dinero Wong? ¿Por qué siempre andas desvelado?
—Soy alquimista, querida —respondió Wong.
—¿Y qué es eso? —preguntó la esposa— nunca oí hablar de algo así.
—Estoy indagando la fórmula para convertir cualquier material en oro. He gastado nuestros ahorros para montar un laboratorio y paso las noches leyendo antiguos manuales.
Su-Yi se quedó muy pensativa y, al día siguiente, fue a visitar a su padre para contarle lo ocurrido.
—¿Conque alquimista… hmmm? Dile que venga a verme porque de joven yo también fui alquimista y hallé el ingrediente secreto para obtener oro —aconsejó el señor.
Intrigado cuando su esposa le narró esto, Wong fue corriendo a ver a su suegro.
—¿Cuál es el ingrediente, Míster Wu? Ándele, dígame dígame dígame —le suplicó.
—El ingrediente secreto —dijo el señor Wu— es el polvito plateado que cubre las hojas de los árboles que dan plátanos. Se necesitan dos kilogramos.
—¡Imposible: eso exige cientos de plantas! —exclamó Wong.
—Por eso yo no pude lograrlo, pero tú sí podrás —lo animó Míster Wu.
Wong gastó el último dinero que le quedaba en un terreno. Labró la tierra, y sembró las plantitas de plátano, que cuidaba a diario. Les quitaba los bichos y las hojas secas. Con un fino pincel retiraba el polvillo plateado; pero era tan escaso, que Wong tuvo que comprar más tierras y sembrar más plátanos. Así pasaron años hasta que reunió los dos kilos.
—¡Lo tengo, lo tengo, lo tengo! —le anunció Wong.
—Te calmas, te calmas, te calmas. Para enseñarte el método ve corriendo por tu esposa. Los alquimistas necesitan la ayuda de una mujer —le pidió Míster Wu.
La hermosa Su-Yi hizo su entrada a escena.
—¿Para qué me mandaste llamar don Míster padre? —preguntó ella.
—Para que le cuentes a tu don Míster marido Wong qué has estado haciendo con los plátanos de sus árboles —explicó papá.
—Pues los voy vendiendo y de eso vivimos —aclaró la chica.
—¿Y guardaste algo de dinero? —quiso saber el padre.
—Pues claro que sí.
—¿Y puedo verlo?
—Desde luego. Pero ni se te ocurra pedirme prestado, porque no eres buen pagador.
Su-Yi fue a la habitación de al lado y regresó con una docena de pesadas bolsas llenas de monedas de oro. Míster Wu las fue dejando caer sobre el piso. Luego trajo un costal de tierra, lo vació y comparó los dos montones.
—¿Lo ves? —preguntó a Wong— lograste convertir la tierra en oro.
Todos se quedaron callados y luego estallaron en carcajadas al reconocer la inteligencia de Míster Wu. La familia fue próspera y feliz gracias al ingenio de don Míster viejo alquimista que, por cierto, halló la fórmula de recuperar y conservar la juventud (a base de ricos licuados con el polvito plateado) y vive hasta la fecha: él nos contó esta historia.
—Cuento tradicional de Myanmar.
Para reflexionar
¿Cuál recurso tiene más poder? ¿La magia o el ingenio?
¿Qué te pareció el plan de Míster Wu? ¿Piensas que fue inteligente su forma de alecciona a Wong?
¿Cuál fue la importancia de Su-Yi en esta historia?
¿Por qué crees que los hombres necesitan siempre la ayuda de una mujer?
Mini-relato
Acciones que transforman
Las personas creativas no se aburren nunca: su inteligencia siempre está produciendo conocimientos y planean nuevos experimentos y proyectos, como los científicos (locos y normales) que ves en las caricaturas. Mientras hacen eso, también transforman su personalidad. Se enseñan a esforzarse más en las obras y los pensamientos; tienen gran capacidad para concentrarse en un asunto especial; los distingue su iniciativa, pues hacen algo que nadie se había animado a hacer; construyen una forma independiente de pensar (no se conforman con lo que leen o dicen otros); además, poco a poco se sienten más contentos con ellos mismos, porque están ofreciendo algo único al mundo: ¡están rompiendo los moldes que siempre se han usado!
La creatividad, sin embargo, no nace de la nada y necesita como base los conocimientos que se han generado en los distintos campos. Los científicos revisan los trabajos de su área especial que se hicieron antes de ellos; los compositores analizan con cuidado las obras escritas siglos atrás y los pintores aprenden la técnica de los grandes maestros antiguos. Así que los elementos centrales para impulsar tu creatividad son el estudio y el aprendizaje que te dan herramientas para imaginar y construir nuevas ideas. Lo más importante es que la inventiva te ayuda a crear un mundo a tu medida. No se trata siempre de conseguir el gran hallazgo que modifique la historia, sino de ir aplicando cambios a tus actividades y relaciones para sentirte mejor. No dejes pasar más tiempo: ¡echa a volar tu imaginación!
Mini-sección
¿Ya lo sabías?
Un aspecto esencial de la innovación consiste en experimentar y probar alternativas. El autor Stefan Thomke de la Escuela de Negocios de Harvard distingue seis aspectos necesarios en ese campo:
Anticipar y aprovechar la información disponible;
Experimentar en forma controlada;
Integrar conocimientos previos y conocimientos nuevos;
Diseñar experimentos rápidos;
Permitirse fallas pequeñas y evitar grandes errores;
Considerar los nuevos proyectos como experimentos.
Problemas para pensar
Un mensaje para los padres
La creatividad y la innovación son los factores que pueden marcar una diferencia a favor de nuestros hijos y hacer de ellos personas extraordinarias en su vida adulta. Para impulsarlas existen dos factores de excepcional importancia: a)Permitirles que se expresen libremente, e indaguen los aspectos del mundo que les interesan; y b) Estimular su imaginación a través de recursos interesantes pero no necesariamente costosos. La adecuada combinación de ambos factores, estimulados en casa y en la escuela por los padres y los maestros, puede despertar talentos e ideas que nos sorprenderán.
Acciones a seguir
Estimule al pequeño si muestra deseos de cantar, bailar, pintar o escribir un cuento. Inhibir esos talentos naturales puede dañar irreversiblemente su personalidad.
Si está en posibilidades de comprarle algún juguete, prefiera los que requieren la constante atención y el despliegue de recursos del pequeño: bloques para construir, rompecabezas, juguetes científicos o que le enseñen técnicas artesanales.
Complemente las actividades dentro de casa con actividades al aire libre que le permitan conocer y vincularse con la comunidad.
Limite las horas que el chico pasa viendo televisión y prefiera los programas de interés cultural a las caricaturas.
Un mensaje para los maestros
La escuela está ordenada por programas y objetivos concretos a veces demasiado rigurosos; por otra parte, el apretado temario del currículo deja poco tiempo para actividades de desarrollo más libre que impulsen la creatividad. Sin embargo ello no significa que renunciemos a fomentarla, y nuestro objetivo puede estructurarse a través de cuatro puntos centrales:
Acciones a seguir
Promueva la fluidez. Invite a los chicos a que generen nuevas ideas y respuestas a los planteamientos establecidos. ¿Qué formas de evaluación pueden usarse aparte de los exámenes? ¿Cómo puede organizarse mejor la cooperativa escolar?
Impulse la flexibilidad. Al abordar temas como los problemas ambientales o sociales no dé a los alumnos respuestas hechas. Solicite que aporten sus puntos de vista en mecánicas como la “lluvia de ideas” o el debate.
Respete la originalidad. Observe con atención a los alumnos que resuelven los problemas matemáticos o las tareas escolares de modo alternativo. No los limite. Exponga ante el salón su forma diferente de trabajo y compárela con el camino habitual.
Incite la elaboración, es decir, agregar nuevos elementos a conceptos o esquemas ya hechos. ¿Cómo diseñarían de nuevo los pupitres? ¿Cómo les gustaría decorar el salón?
El valor en el mundo
El Palacio ideal del señor Cheval
Ciertos personajes de la historia han logrado realizar sus sueños más grandes y plasmar en el mundo lo que nace en su imaginación. Muchos han sido grandes artistas o científicos, por ejemplo Leonardo Da Vinci (1452-1519) o Albert Einstein (1879-1955) pero también hay figuras comunes (como tú y yo) dispuestas a dar todo para hacer innovaciones en el mundo. Ese es el caso del cartero francés Ferdinand Cheval (1836-1924).
Cheval nació en una familia de agricultores muy pobres. Comenzó a estudiar, aprendió a leer y escribir pero dejó la escuela cuando apenas tenía trece años. Desde niño siempre había soñado con construir algo mágico, pero no sabía cómo darle forma. A los 31 años logró dejar las pesadas faenas agrícolas y empezó a trabajar como cartero. Para ese oficio no se requerían grandes conocimientos, pero sí una enorme resistencia, pues era necesario recorrer grandes distancias a pie por caminos de tierra que avanzaban por la cordillera de los Alpes.
Nuestro cartero iba de una granja a otra repartiendo la correspondencia en una ruta que a veces le tomaba dos días completar. En ocasiones debía dormir a la intemperie o refugiarse en los graneros de los cosechadores. Su trabajo era cansado y aburrido y lo único que le distraía un poco era volver a los sueños de su infancia: “Al andar una y otra vez por la misma ruta, sólo me quedaba soñar. Para llenar mis pensamientos empecé a construir, en mi imaginación, un palacio mágico”.
A los 43 años, en su ruta, se tropezó con una piedra que había a medio camino.
Él rodó varios metros, pero regresó al lugar del accidente para observar la roca que lo había ocasionado. Le llamó la atención su forma caprichosa, labrada por el tiempo y las aguas del río Ródano, situado cerca de allí. A pocos metros vio algunas más, las recogió y las envolvió en un pedazo de tela.
A partir de entonces su ruta diaria dejó de ser aburrida. Con la mirada buscaba piedras especiales, las recogía y las guardaba en su mochila. Cheval tenía un pequeño terreno en la aldea de Hauterives. Por las noches, durante sus días de descanso, comenzó a construir allí el palacio que había soñado.
No era escultor ni arquitecto, pero logró dar forma a una curiosa estructura con formas muy variadas y originales detalles decorativos basados en la naturaleza que contemplaba día con día. Constantemente acarreaba nuevas piedras y pasaba horas uniéndolas con cemento. Su obra fue creciendo con el paso de los años hasta ser un edificio único que cuenta con cuevas, torres, grutas, formas hindúes y figuras de plantas y animales.
Los lugareños pensaban que estaba loco, pues esa construcción carecía de utilidad práctica, pero a él no le importaba lo que opinaban los demás. A fines del siglo XIX, cuando la obra se hallaba a la mitad, le puso por nombre el “Palacio ideal”. Aunque la edad le había quitado fuerzas y se cansaba fácilmente, el cartero nunca dejó de trabajar en su edificio que concluyó en 1912. Antes de morir, en 1924, dejó instrucciones para que lo enterraran en su palacio. Como las autoridades negaron el permiso dispuso que por lo menos se sepultaran allí todas sus herramientas de construcción.
Su gran herencia fue el Palacio ideal.
A muchos les parecía un edificio horrible sin sentido. Sin embargo, artistas importantes como Pablo Picasso, reconocieron su originalidad y libertad creativa. Su obra está protegida como parte del patrimonio cultural francés y recibe al año la visita de 120 mil turistas. Unos creen que el palacio tiene una belleza particular, otros lo critican duramente. En realidad esas opiniones no son importantes, lo interesante es que el humilde cartero nos enseñó el camino que conduce a nuestros sueños.
Recuadro: El mundo de Hans Christian Andersen
Entre todos los escritores de libros infantiles el más brillante e imaginativo fue el danés Hans Christian Andersen (1805-1875). De niño era tan pobre que pedía limosna, pero tenía una imaginación sobresaliente. De joven quiso ser actor y cantante de ópera, pero no tuvo mucho éxito. Comenzó a viajar y a escribir novelas, poemas y obras de teatro. Su fama, sin embargo, partió de los cuentos para niños que publicó a partir de 1835. Los lectores de Europa quedaron fascinados con historias como El soldadito de plomo, La pequeña vendedora de fósforos, El patito feo, El nuevo traje del emperador y Las zapatillas rojas que siguen encantando a los niños como tú. Andersen es un ejemplo de la creatividad y el poder constructivo de la imaginación. ¡Sal corriendo a la biblioteca para leer sus libros!
Lo que dicen los libros
Elogio de la innovación
“El hombre, lentamente, ha ido tomando conciencia de su capacidad de inventar como algo propio. Frente a la visión de los inventos como algo excepcional, como un don recibido o el privilegio de una raza heroica que parece ir más allá de lo humano, se ha ido viendo que en el fondo de nosotros late dormida la asombrosa posibilidad de inventar. Hemos salido al espacio libre, a un viento y sol duros, en que el hombre tiene que enfrentarse con todo lo que le rodea para romperlo, superarlo y llegar más lejos. Estamos obligados a construir un universo que lleve nuestro sello. Nuestras manos levantarán orgullosas una casa que tenga nuestro estilo y el esfuerzo de nuestros brazos plantará nuevos bosques.”
—Carlos París, Ciencia, tecnología y transformación social
Actividades
Mi valor
Lo acabas de ver. Una increíble forma de realizarte como persona es dar rienda suelta a tu imaginación e inventiva, buscar nuevas soluciones a viejos problemas y desarrollar tu capacidad creativa. Esa es la manera de construir el palacio de tus sueños, convertir la tierra en oro y crear cuentos fantásticos que cautivan a pequeños y adultos. Dale poder a tu mente, impulsa tu imaginación, inventa algo que a nadie se le ha ocurrido y aprópiate de estos valores que transforman el mundo.
Escribe una historia de amor o aventuras en algún escenario atractivo. Con tus colores dibuja a los personajes y las situaciones más importantes.
Compra dos bloques de plastilina y construye la maqueta de tu “palacio ideal” con formas y figuras. Puedes agregarle botones, pasta para sopa, pequeñas monedas o palillos de dientes. El único límite es tu imaginación.
Ve una vez más tu película favorita. Propón tres finales diferentes a los que ésta tiene en realidad y explica por qué te parecerían mejores.
Con el permiso (y la supervisión) de mamá, ponte creativo en la cocina de casa: ¿Qué figuras puedes hacer con un nopalito asado? ¿Cuál rico ingrediente puedes agregarle a tu sándwich? ¿Qué combinación puedes probar para el agua de frutas?
Experiencias que valen
Escribe qué aprendiste en este capítulo. ¿Qué te llamó más la atención?
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Escribe una experiencia que tuviste con los valores de innovación, imaginación, inventiva y búsqueda de soluciones después de leer este capítulo.
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Frases
“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo.”
—Albert Einstein
“Desechar las innovaciones es descartar el progreso y la mejora.”
—Jeremy Bentham
“La innovación sistemática exige que veamos en todos los cambios una oportunidad.”
—Peter Drucker
“La creatividad está hecha de atención y respeto por los pequeños hechos de la vida.”
—Francesco Alberoni
“El espíritu, como la madera, requiere un elemento que lo caliente, que haga nacer en él un impulso inventivo y lo conduzca en dirección a la verdad.”
—Manuel Anzures
“La imaginación ayuda mucho a la inteligencia.”
—Jacques Bénigne Bossuet
“El pensamiento creativo es el bien más valioso y rentable para cualquier individuo, corporación o país. Tiene el poder de cambiar al individuo, a su empresa y al mundo.”
—Robert. P. Crawford
“Si le hubiera preguntado a la gente qué quería, me hubieran dicho que un caballo más rápido. Fue mejor inventar el automóvil.”
—Henry Ford
“Nuestra imaginación nos conduce a lugares mucho más lejanos que nuestra vista.”
—Baltasar Gracián
Fuente: www.valores.com.mx