CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Joel

JOEL

JOEL

«Joel», (Yo’el), significa «El Señor es Dios», ¡El Señor del mundo y de la historia»!, el del «día del Señor», el del Armagedon…

… es el «profeta de los últimos tiempos», ¡el de la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés! … uno de los más importantes de toda la Biblia.
… Es el segundo de los profetas menores, y profetizó en el Reino del Sur, en Judá, en el siglo de oro, el siglo Vlll; aunque algunos piensan que lo hizo durante el reinado Persa, en la cautividad de Babilonia. Presenta a Jesucristo,
como el Señor del mundo y de la historia, nuestro restaurador.

JOEL: fue un profeta que vivió en el siglo V antes de Cristo. Su mensaje es un llamado a hacer penitencia y a arrepentirse de los pecados, y es tan impresionante que la Iglesia Católica lo hace leer cada año en todos los templos en la misa del miércoles de ceniza.

Mensaje Religioso: Dos grandes temas religiosos presiden cada una de las partes en que puede dividirse el libro de Joel:

La invitación a la penitencia (J1,1-2) y el

Anuncio del «día del Señor»(J1,3-4)

Marco histórico:

1:  Langostas y sequía.
2: Contenido simbólico: El ataque de los ejércitos del norte.
3: El día de : Juicios y bendiciones.

De Joel, profeta de Judá e hijo de Fatuel, nada sabemos fuera de los tres capítulos de profecías que llevan su nombre. El tiempo de su actividad ha de ser calculado después de separarse de la casa de David las diez tribus, pero antes del destierro. El hecho de que solamente se mencionen los sacerdotes, y no los reyes, hace conjeturar que Joel haya escrito en tiempos del rey Joás de Judá (836-797) cuando el Sumo Sacerdote Joiadá en nombre del rey niño manejaba las riendas del gobierno (IV Rey. 11). Una minoría de exégetas ubican a Joel en el periodo después del destierro, fundándose especialmente en 3, 6, donde se mencionan los griegos (cf. Nácar-Colunga). Su anuncio, como dice este mismo autor, es escatológico, cosa que no debe olvidarse al interpretarlo.

En el primer discurso profético describe Joel una plaga terrible de langostas, fenómeno conocido en Judea, como figura del oprobio de Israel por parte de las naciones.

Ello da ocasión al profeta, en el segundo discurso (2,18;3-21), para exhortar a Israel a la contrición y anunciar el «día del Señor» y el juicio de las naciones o castigo de los enemigos del pueblo santo, y el reino mesiánico, siendo especialmente de notar la aplicación que San Pedro hizo de esta profecía (Hech. 2, 28-31) el día de Pentecostés, a los carismas traídos por el Divino Espíritu.

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