Cuando esta costumbre pasó a Europa en el siglo XIV se adaptó a las celebraciones de Pascua. El primer domingo se convirtió en “Domingo de piñata.
De Italia pasa a España y los conquistadores la traen consigo al Nuevo Mundo. Los catequistas aprovecharon esta costumbre depurándola y adornándola con símbolos bíblicos como la lira de David, la estrella de Belén o la rosa de Jericó, todo con vistosos colores.
Las piñatas tienen su origen en China
Al inicio del año chino cada primavera, se llevaba a cabo una ceremonia en la cual los chinos elaboraban con papel la figura de un animal, la cubrían con papeles de colores y le colgaban herramientas agrícolas. Los colores de la figura simbolizaban las condiciones en que se desarrollaría el año con respecto a la agricultura. Se rellenaban con cinco clases de semillas que caían cuando los reyes mandarines le pegaban a la piñata con varas de diferentes colores. Cuando ya estaba vacía, se quemaba y la gente trataba de obtener parte de las cenizas, pues consideraban que daba buena suerte para todo el año. Esta costumbre china llegó a Europa y en Italia fue donde le dieron un sentido religioso. Primero las utilizaron para las fiestas de Cuaresma, que concuerdan con el inicio de la primavera.
La piñata está hecha con una olla de barro cubierta con papel de colores brillantes y representa al demonio, que suele presentar al mal como algo llamativo para que cautive al hombre y ceda a la tentación. La piñata clásica es como una estrella de siete picos que representan a los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza. Pegarle a la piñata con los ojos vendados representa la fe, virtud que nos permite creer sin tener que ver.
El palo con el que se le pega a la piñata representa a la fuerza de la virtud que rompe con los falsos y engañosos deleites del mundo.
Se le daban 33 vueltas al participante vendado, en alusión a la edad de Cristo. Las virtudes que hay que cultivar para vencer los pecados capitales son: contra la soberbia, la humildad; contra la avaricia, la magnanimidad; en contra de la ira, la paciencia; contra la envidia, la generosidad; contra la lujuria, la castidad; en contra de la gula, la templanza; contra la pereza, la diligencia. Con la ayuda de Dios, se destruye al mal y así se descubren los frutos que hay dentro de la piñata , que representan las gracias de Dios. El relleno de la piñata es símbolo del amor de Dios porque al romper con el mal, se obtienen los bienes anhelados.
De Italia, la costumbre de romper piñatas en Cuaresma llegó a España. Los españoles instauraron una fiesta cada primer domingo de Cuaresma y la llamaron «El baile de la piñata».
Romper la piñata al inicio de la Cuaresma simbolizaba el deseo de acabar con el mal en la propia vida, de convertir el corazón para volver a Dios y de recibir los bienes eternos.
A principios del siglo XVI esta tradición era desconocida en América. Sin embargo en México, los indios mayas, que gustaban mucho del deporte, tenían un juego en el que trataban de romper con los ojos vendados una olla de barro llena de chocolate que se balanceaba detenida de una cuerda. A los frailes evangelizadores se les ocurrió que serviría de catequesis dar un sentido religioso al juego de la olla, enseñándoles el significado religioso de las piñatas y promoviendo que se rompieran durante el tiempo de Adviento como un complemento a las fiestas de las Posadas y con el mismo sentido de conversión que le daban los europeos.
Los «aguinaldos» son bolsitas o canastas con dulces y galletas que se les entregan a las personas que, por su edad o por su salud, no pueden acercarse a recoger los dulces y las frutas de las piñatas, con la idea de que nadie se quede sin recibir los beneficios de la piñata y sin participar de la alegría de la fiesta. Al repartir los aguinaldos debemos pensar en que todos llevamos dentro nuestro propio «relleno», es decir, una serie de cualidades, de dones que debemos descubrir y desarrollar para compartir con los demás. Cuando compartimos, nos llenamos de felicidad tanto al dar como al recibir.
Autor: Redacción Church Forum
Fuente: www.churchforum.org