LECTIO DIVINA PARA EL 12 DE JUNIO DE 2016
Domingo 11º Durante el Año Ciclo C
Tú palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino
TEXTO BÍBLICO: Lucas 7, 36-50; 8,1-3
Simón el fariseo
36 Un fariseo llamado Simón invitó a Jesús a comer en su casa. Jesús aceptó y se sentó a la mesa.
37 Una mujer de mala fama, que vivía en aquel pueblo, supo que Jesús estaba comiendo en casa de Simón. Tomó entonces un frasco de perfume muy fino, y fue a ver a Jesús.
38 La mujer entró y se arrodilló detrás de Jesús, y tanto lloraba que sus lágrimas caían sobre los pies de Jesús. Después le secó los pies con sus propios cabellos, se los besó y les puso el perfume que llevaba.
39 Al ver esto, Simón pensó: «Si de veras este hombre fuera profeta, sabría que lo está tocando una mujer de mala fama.»
40 Jesús dijo:
—Simón, tengo algo que decirte.
—Te escucho, Maestro —dijo él.
41 Jesús le puso este ejemplo:
—Dos hombres le debían dinero a alguien. Uno de ellos le debía quinientas monedas de plata, y el otro sólo cincuenta.
42 Como ninguno de los dos tenía con qué pagar, ese hombre les perdonó a los dos la deuda. ¿Qué opinas tú? ¿Cuál de los dos estará más agradecido con ese hombre?
43 Simón contestó:
—El que le debía más.
—¡Muy bien! —dijo Jesús.
44 Luego Jesús miró a la mujer y le dijo a Simón:
—¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, tú no me diste agua para lavarme los pies. Ella, en cambio, me los ha lavado con sus lágrimas y los ha secado con sus cabellos. 45 Tú no me saludaste con un beso. Ella, en cambio, desde que llegué a tu casa no ha dejado de besarme los pies.
46 Tú no me pusiste aceite sobre la cabeza. Ella, en cambio, me ha perfumado los pies.
47 Me ama mucho porque sabe que sus muchos pecados ya están perdonados. En cambio, al que se le perdonan pocos pecados, ama poco.
48 Después Jesús le dijo a la mujer: «Tus pecados están perdonados.»
49 Los otros invitados comenzaron a preguntarse: «¿Cómo se atreve este a perdonar pecados?»
50 Pero Jesús le dijo a la mujer: «Tú confías en mí, y por eso te has salvado. Vete tranquila.»
Algunas mujeres ayudan a Jesús
1 Los días siguientes, Jesús fue por muchos pueblos y ciudades anunciando las buenas noticias del reino de Dios. Con Jesús andaban también sus doce discípulos 2-3 y muchas mujeres. Estas mujeres ayudaban con dinero a Jesús y a sus discípulos. A algunas de ellas, Jesús las había sanado de diferentes enfermedades y de los espíritus malos. Entre esas mujeres estaba María, a la que llamaban Magdalena, que antes había tenido siete demonios. También estaban Juana y Susana. Juana era la esposa de Cuza, el administrador del rey Herodes Antipa
TRADUCCION EN LENGUAJE ACTUAL.
1 – LECTURA
¿Qué dice el texto?
Pistas para la lectura
Queridos lectores:
El texto evangélico que ofrece la Liturgia de la Iglesia para este fin de semana está tomado del final del capítulo 7 y el comienzo del capítulo 8 del Evangelio Según San Lucas.
Se puede decir que tiene dos partes diferenciadas pero conectadas entres sí:
· El largo relato del perdón de la pecadora en casa de Simón el Fariseo (7,36-50).
· El relato sumario de los que acompañan a Jesús en su misión (8,1-3).
El texto de la pecadora perdonada es sumamente interesante. Todo parte con la invitación a comer que le hace a Jesús un fariseo llamado Simón. En ese contexto aparece una mujer de mala vida que tiene con Jesús gestos de suma delicadeza. Esto lleva a la sospecha del fariseo con respecto a Jesús. Pero el Señor reacciona contándole una parábola que está al centro del relato. Al terminar la narración Jesús le hace una pregunta que Simón responde acertadamente pero que desnuda su actitud: el deudor que más debía y quedó absuelto será el que ame más. Esa es la realidad de la mujer de mala vida que contrasta con la supuesta sabiduría y conocimiento de un fariseo. Jesús realiza el gesto mesiánico de perdonar los pecados revelando que Él es Dios y despiden en paz a la mujer. Los demás invitados no entienden el gesto del Señor. La mujer, a pesar de sus pecados, tiene fe… Fe en el Señor que puede realmente quitar su pecado y despedirla en paz.
En el relato sumario vemos que Jesús deja que lo acompañen los Doce y también algunas mujeres. No solo dignifica a la mujer pecadora sino que aquí se deja acompañar y ayudar por los bienes de las mismas. El Señor no solo tuvo discípulos varones sino que también permitió que hubiera discípulas mujeres.
Preguntas para la lectura
· ¿Cuántos personajes aparecen en la primera parte del texto?
· ¿Cuáles son los aspectos más destacados de los personajes del relato?
· ¿Qué hace Jesús al comienzo?
· ¿Cómo reacciona Simón el fariseo?
· ¿Qué hace la mujer pecadora?
· ¿Cuál es la dinámica de la parábola que introduce Jesús?
· ¿Cómo se presenta Jesús ante el “pre-juicio” de Simón?
· ¿Qué es lo que Jesús destaca de la mujer?
· ¿Qué piensan los otros invitados?
· ¿Cuál es la actitud final de Jesús con la mujer?
· ¿Qué nos narra la parte final del texto de hoy?
2 – MEDITACIÓN
¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?
Preguntas para la meditación
· ¿Tengo la apertura de Jesús para acercarme a “pecadores” como la mujer de este texto, o a los “soberbios” y falsamente seguros de sí mismo como Simón el fariseo?
· ¿Tengo pre-juicios con las personas como los tiene Simón el fariseo con la mujer pecadora y con el mismo Jesús?
· Ante mi propio pecado: ¿me acerco a Jesús como esta mujer o sucumbo a la tentación de alejarme más de Dios?
· ¿Soy capaz de “dolerme” y “llorar” por mis pecados?
· ¿Qué pienso de la parábola que Jesús le cuenta a Simón? ¿En qué me interpela hoy a mí?
· ¿Encuentro en Dios al primero y al principal que puede darme la paz?
· ¿Dejo realmente que me perdone los pecados y que me otorgue su paz?
3 – ORACIÓN
¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?
Como siempre, la oración es algo muy personal, pero dado la temática del relato meditado podemos sugerir algunos versículos del Salmo 51(50).
Este hermoso salmo penitencial puede ser en tu corazón de creyente un auténtico momento de acción de gracias por el perdón y la compasión del Señor para con todos y cada uno de nosotros. ¡Vamos con el Salmo!
1 (3) Dios mío,
tú eres todo bondad,
ten compasión de mí;
tú eres muy compasivo,
no tomes en cuenta mis pecados.
2 (4) ¡Quítame toda mi maldad!
¡Quítame todo mi pecado!
3 (5) Sé muy bien que soy pecador,
y sé muy bien que he pecado.
4 (6) A ti, y sólo a ti
te he ofendido;
he hecho lo malo,
en tu propia cara.
Tienes toda la razón
al declararme culpable;
no puedo alegar
que soy inocente.
5 (7) Tengo que admitir
que soy malo de nacimiento,
y que desde antes de nacer
ya era un pecador.
6 (8) Tú quieres que yo sea sincero;
por eso me diste sabiduría.
7 (9) Quítame la mancha del pecado,
y quedaré limpio.
Lava todo mi ser,
y quedaré más blanco que la nieve.
8 (10) Ya me hiciste sufrir mucho;
¡devuélveme la felicidad!
9 (11) No te fijes en mi maldad
ni tomes en cuenta mis pecados.
10 (12) Dios mío,
no me dejes tener
malos pensamientos;
cambia todo mi ser.
11 (13) No me apartes de ti;
¡no me quites tu santo espíritu!
12 (14) Dame tu ayuda y tu apoyo;
enséñame a ser obediente,
y así volveré a ser feliz.
13 (15) A los pecadores les diré
que deben obedecerte
y cambiar su manera de vivir.
14-15 (16-17) Señor y Dios mío,
Dios de mi salvación,
líbrame de la muerte,
y entre gritos de alegría
te daré gracias
por declararme inocente.
Abre mis labios
y te cantaré alabanzas.
16 (18) Yo con gusto te ofrecería
animales para ser sacrificados,
pero eso no es lo que quieres;
eso no te complace.
17 (19) Para ti,
la mejor ofrenda es la humildad.
Tú, mi Dios, no desprecias
a quien con sinceridad
se humilla y se arrepiente.
18 (20) Trata con bondad a Jerusalén;
vuelve a levantar sus murallas.
19 (21) Entonces recibirás con gusto
las ofrendas que mereces,
y en tu altar se presentarán
toros en tu honor.
4 – CONTEMPLACIÓN
¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?
Sabiendo que Dios es rico en misericordia y perdón como queda claramente revelado en este relato, hagamos nuestro momento de contemplación recordando y contemplando una de las fórmulas del texto de la Absolución Sacramental del Sacramento de la Reconciliación propio de la Iglesia Católica:
Dios, Padre Misericordioso, que reconcilió consigo al mundo por la muerte y la resurrección de su Hijo y derramó el Espíritu Santo para la remisión de los pecados, te conceda, por el ministerio de la Iglesia, el perdón y la paz.
Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS
EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO
Y DEL ESPÍRITU SANTO
Léelo con detenimiento, saboreando su contenido y, preparándote, para celebrar este sacramento en tu vida…
5 – ACCIÓN
¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?
Propuesta personal
· Realizar un saludable examen de conciencia para detectar mis pecados más habituales y pedirle perdón al Señor.
Propuesta comunitaria
· Dialogar con otros jóvenes para ver en qué medida se pueden superar los pre-juicios que ustedes mismos detectan como los más habituales en sus ambientes.
Pbro. Lic. Gabriel MESTRE
CELAM/CEBIPAL-SEJ – SOCIEDADES BIBLICAS UNIDAS