Es un personaje bíblico, considerado por algunos exégetas autor del libro que lleva su nombre. Perteneció probablemente a la tribu de Judá, y su familia debe haber sido natural de Jerusalén. Vivió durante la dominación persa de Judea, y fue copero del rey Artajerjes I, de quien obtuvo permiso para gobernar el país hebreo a fin de solucionar el grave estado del culto. Completó las obras del escriba Esdras antes de regresar a prestar servicio en la corte persa.
División del libro original
En su origen, los libros de Esdras y Nehemías eran una sola obra que fue dividida artificialmente en tiempos posteriores. Ambos libros forman una unidad temática y estilística con I y II Crónicas.
Su autor y fecha
La tradición atribuye la autoría del libro al propio Nehemías, gobernador de Judea, aunque esta teoría no puede comprobarse por medios técnicos. Es casi seguro que en su origen haya sido escrito por la misma mano que Esdras, aunque cambios de orden, adiciones y sustracciones han desordenado a ambos libros de tal modo que este aserto es también muy difícil de demostrar. Hay partes del libro escritas en primera persona como si las hubiese redactado el propio Nehemías (Neh. 1-7, 12:27-47 y 13), pero también hay capítulos enteros en que se lo menciona en tercera persona (Neh. 8, 9 y 10),
Se dice tradicionalmente (lo que significa sin evidencia alguna) que Nehemías escribió en primera persona, y que Esdras completó algunos fragmentos (los que hablan de aquel en tercera persona). Admitiendo esto, se sigue especulando que si los redactores fueron ambos, el «coordinador de redacción» fue el mismo Nehemías y se lo reputa responsable del libro completo, salvo Neh. 12:11 y Neh. 12:22-23, de autor y origen desconocido (posiblemente adiciones posteriores). Sí se sabe que el ordenamiento, revisión y corrección del texto ocurrieron en tiempos posteriores a la redacción del libro.
Si en verdad el autor fue Nehemías, entonces el libro fue redactado entre 431 y 430 a.C., cuando el hombre real había regresado por segunda vez a Jerusalén después de su visita a Persia.
Cronología y temas tratados
Como queda dicho, I Crónicas, II Crónicas, Esdras y Nehemías constituyen una unidad temática. El autor de los dos primeros no corresponde con el o los de los dos últimos, aunque sí pertenecían a la misma escuela literaria y casi con seguridad formaban parte del personal de servicio del Templo.
Concretamente, Esdras y Nehemías relatan los hechos acaecidos en un siglo entero, desde 538 a.C. (decreto de Ciro el Grande) hasta el fin de la actividad de Nehemías (432).
La parte que corresponde a Nehemías trata especialmente de la reconstrucción de Jerusalén (Neh. 1-13).
En 445 Nehemías llega a la ciudad y se ocupa de reconstruir las murallas. Su mandato como gobernador dura hasta el año 433. Más o menos alrededor de 424 se desarrolla la segunda misión de Nehemías.
A pesar de la prolijidad de ambos libros y el largo período que ocupan, no contienen ni la más mínima mención al lapso comprendido entre 516 y 448 a.C.
Argumento
El libro de Nehemías consta de cuatro partes, a saber:
1) La narración de la reconstrucción de las murallas de Jerusalén y el hecho de que Nehemías había encontrado a aquellos que habían regresado de Babilonia (caps. 1 a 7).
2) Una descripción de las prácticas religiosas entre los judíos durante este periodo (8-10).
3) Un censo del crecimiento demográfico de Jerusalén, un recuento de la población adulta masculina, un registro de los nombres de los jefes de familia y las listas de sacerdotes y levitas (11 y 12:1-26).
4) La dedicación del muro de Jerusalén, el arreglo del templo y las reformas llevadas a cabo por Nehemías (12:27 a 13).
Este libro concluye la parte de narración histórica estricta del Antiguo Testamento, si es que no se considera al libro de Ester en esta sección. El profeta Malaquías fue posiblemente contemporáneo de Nehemías.
Valor histórico
El valor histórico de Nehemías es innegable. El autor es un historiador competente y honesto en lo que respecta a la historia de su pueblo, y las fuentes de que echó mano continúan siendo válidas en la actualidad. Si bien tergiversa ligeramente ciertos acontecimientos, ello se debe a su evidente adscripción al partido de los davídicos, pero ello no quita la certeza con que elabora un retrato histórico del período considerado.
Objetivos del libro
Como empleado del Templo de Jerusalén, el autor de Nehemías intenta demostrar que la única forma lógica de gobierno para Israel es la teocracia.
Sigue, por tanto, el canon conocido como «Historia deuteronómica» —que ya estaba terminado cuando él comienza a componer Nehemías—, formado por los libros del Deuteronomio, Josué, Jueces, I y II Samuel y I y II Reyes.
Nehemías pretende perfeccionar y profundizar en la historia deuteronómica subrayando los designios y actividades de Dios en los sucesos que narra. Así, convierte a David en la figura más importante de toda la Biblia, porque lo considera el perfeccionador de las leyes del legislador Moisés.
Deja el autor sin efecto las distinciones raciales y religiosas entre Israel y las tribus del norte, a las que llama en conjunto con un único nombre («Israel») para simbolizar con ello la unidad davídica y mesiánica, y remarca la homogeneidad lingüística, histórica y cultural que cohesiona al pueblo de Dios.
Los aspectos señalados son especialmente visibles en Neh. 11,4 y 12,44.
Aspectos religiosos
Nehemías es un libro mesiánico, y por lo tanto sigue a los reformadores religiosos judíos que entendían que Dios propone un nuevo paso hacia el Mesías.
Ninguno de los protagonistas conseguirá restaurar a la Casa real de David, pero se hace evidente que van en la dirección correcta. La autonomía política judía se ha perdido, porque los personajes son fervientes judíos pero también funcionarios leales a sus jefes persas.
Aquellos que han sido liberados por Ciro de Babilonia donde estaban cautivos, se aglutinan ahora alrededor del Templo y adoptan una actitud aislacionista y legalista. Existe el peligro de caer en el esoterismo, pero los profetas mantendrán el orden y la esperanza
Se observa en Nehemías un radical ascenso intelectual del pueblo hebreo:
Mientras los perezosos y mediocres se quejan de la difícil situación, la nobleza judía se acercará a Dios, se abrirán muchas sinagogas, escuelas de escribas que siguen las enseñanzas de los profetas Ezequiel y Esdras y el Sanedrín o consejo de ancianos establecerá una evolucionada reforma judicial.
Es, desde todo punto de vista, el canto de gloria y unidad de un pueblo que se había visto al borde de la aniquilación por el Helenismo (ver I Macabeos).
Más libros del Antiguo Testamento