«Nuestra Señora de las Lajas es una Advocación mariana venerada en el santuario de su mismo nombre en el sur de Colombia desde el siglo XVIII.
La imagen está pintada en una piedra laja que tiene 3,20 m. de alto por 2,03 m. de ancho ubicada en un hueco de 0,58 m. de fondo en la pared del cañón del río Guaítara. El conjunto iconográfico tiene 1,80 m. por 1,22 m. La figura principal corresponde a la de la virgen del Rosario, de pie sobre una media luna, llevando a Jesús Niño sobre su brazo izquierdo mientras que con el derecho ofrece el rosario a una de las figuras que la acompañan en cada lado y que son las de dos frailes santos en actitud orante y que han sido identificados como Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asis.
El estilo pictórico de la imagen es el de la escuela quiteña de los siglos XVI y XVII y con el tiempo los devotos la han adornado con alhajas como testimonio de su agradecimiento por los favores recibidos, incluyendo coronas para la Virgen y el Niño Jesús y estrellas de oro y plata que adornan su manto.
Historia
La tradición cuenta que la imagen fue descubierta en el siglo XVIII por una indígena llamada María Mueses de Quiñonez cuando transitaba entre la ciudad de Ipiales y su casa situada en la población cercana de Potosí en territorio de la Real Audiencia de Quito del aquel entonces Virreinato de la Nueva Granada en el sur de la actual Colombia.
Con el aval de las autoridades eclesiásticas de la región que declararon el hecho como un prodigio el día 15 de septiembre de 1754, muy pronto la imagen comenzó a ser venerada con gran fervor.
Alrededor de la imagen los fieles devotos le han erigido cuatro templos sucesivamente cada vez más grandes, hasta culminar en el actual santuario cuya construcción duró 30 años siendo terminado en 1949.
En 1952 el Papa Pío XII le otorgó a la imagen la coronación canónica y al santuario el título de basílica menor en 1954.
Autor
El pintor es desconocido. En el manto de la Virgen se ven dos letras: P y B, que algunos autores han propuesto que corresponden a las iniciales de el fraile Pedro Bedón (1555-1621), provincial de la Orden de los dominicos entre 1618 a 1621, pintor, misionero caminante y viajero por esas tierras.
Otros autores señalan la imposibilidad de dicha autoría por su improbable conservación de aproximadamente 150 años a la intemperie hasta que fue descubierta en la mitad del siglo XVIII y se propone también la teoria de su factura milagrosa no humana, con base en sus características físicas como su colorido mate y el hecho de que no la dañen el humo de los cirios o las defecciones de los insectos y palomas.
Situación geográfica
El santuario esta situado en el cañón del río Guaítara, en el corregimiento de Las Lajas del municipio de Ipiales, a siete kilómetros de la ciudad cabecera municipal, en el departamento de Nariño al sur de Colombia y a 10 km de la frontera con el Ecuador
Aspectos arquitectónicos
La edificación actual, (la cuarta desde el siglo XVIII), sustituyó una capilla que databa del Siglo XIX y es una iglesia de piedra gris y blanca de estilo gótico tardío del siglo XIV, compuesta de tres naves construidas sobre un puente de dos arcos que cruza sobre el río y que hace de atrio o plaza de la basílica uniéndola con el otro lado del cañón.
La altura del templo desde su base hasta la torre es de 100 metros y el puente mide 50 metros de alto por 17 metros de ancho y 20 metros de largo.
El edificio principal mide 27.50 m de fondo por 15 m de ancho. En el interior, las tres naves están cubiertas con bóvedas de crucería. Tiene mosaicos en fibra de vidrio y en el día su iluminación la da la luz que se filtra por los vitrales hechos por el italiano Walter Wolf. El fondo o ábside de las tres naves es el muro de piedra natural del cañón y en la nave central se aprecia destacada la imagen de la Virgen del Rosario pintada por un autor desconocido en una piedra laja. El basamento del templo propiamente dicho, además de los dos arcos de medio punto del puente, es una cripta de estilo románico, de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón de estructura en piedra sillar y que está dedicada al Sagrado Corazón de Jesús.
En el exterior se destacan tres torres que terminan en agujas decoradas con grumos y frondas; ventanales, rosetones, arbotantes, contrafuertes y pináculos.
Los muros que flanquean los accesos al santuario característicamente escalonados por la topografía del terreno, están llenos de exvotos y placas con agradecimientos por los favores recibidos, así como con aparatos ortopédicos para dar testimonio de curaciones.
Historia
El franciscano Fray Juan de Santa Gertrudis, en su crónica del viaje entre 1756- 1762 por el sur del Reino de Nueva Granada, publicada en cuatro tomos con el título de “Maravillas de la naturaleza”, menciona el santuario en el libro III, siendo posiblemente la referencia más antigua de su existencia.
Posteriormente, Monseñor Justino Mejia y Mejia, capellán del santuario entre 1944 y 1977 e historiador, nos refiere la historia actualmente aceptada y que cuenta que alrededor de 1754 la imagen de la Virgen del Rosario fue descubierta por una indígena llamada María Mueses con Rosa, su pequeña hija, cuando se dirigían a su casa; al verse sorprendidas por una tormenta, María y su hija buscaron refugio a la vera del camino entre las oquedades formadas por las piedras planas y anchas o losas naturales (lajas) inmensas que caracterizan esa zona del cañón del río. Para sorpresa de la madre, la niña que hasta ese momento era considerada sordomuda llama su atención con las palabras: «La mestiza me llama…» señalando la pintura seguramente iluminada en forma sugestiva por los relámpagos.
Después de que las autoridades y los habitantes de la región comprobaran la verdad de los hechos, que fueron calificados como prodigio por las autoridades eclesiásticas el 15 de septiembre de 1754, el lugar fue convertido en una referencia para toda la comarca incluyendo el norte del Ecuador y se procedió a edificar el santuario cuya historia tiene cinco épocas bien definidas.
Etapas del Santuario
Primera etapa
Abarca la construcción de una choza de madera y paja, con una duración de 40 años.
Segunda etapa
Lla construcción de una capilla con materiales de ladrillo y cal, con terminación en cúpula.
«El primero de enero de 1795 se comenzó a trabajar la piedra de cantería para la Capilla de Nuestra Señora de Las Lajas y en ese día se gastaron veinticinco pesos en socorrer los indios canteros que vinieron de la villa (Ibarra). Seguramente, a principios de 1796, se dio de lleno a la mencionada construcción y, de allí en adelante, siguió el curso de la obra con generosidad, diligencia y constancia, poniendo al servicio de ella los escasos ingresos que percibía la parroquia, el trabajo de las propias manos de los habitantes y la amplia cooperación de varios arquitectos ecuatorianos. Después de siete años de constantes esfuerzos, se construyó la capilla que contaba con 7 m de largo por 6 m de ancho».
Tercera etapa
Es el ensanchamiento del edificio en dirección suroccidente, con la intervención del arquitecto ecuatoriano Mariano Aulestia, edificación que duró más de un siglo causando admiración por su atrevida construcción.
El escritor, y luego presidente de Colombia, Santiago Pérez Manosalva en su crónica titulada «Apuntes de un viaje por el sur de la Nueva Granada, en 1853» describe: «Adelantando hacia el sur y descendiendo como por una espiral de piedra, de repente halla el viajero, en medio de peñascos y como labrada en el corazón de ellos, una capilla, cuya parte externa se asoma atrevida y graciosamente sobre el precipicio. Esta parte es de mampostería; el interior es todo formado por la roca misma, cortada en lajas, y en una de éstas se ve dibujada al óleo la imagen de la Virgen, a quien ha levantado la naturaleza y el hombre completado este altar en las entrañas de la peña. Las aguas corren cuarenta pies abajo; las murallas se destacan agrias y rocallosas; el bosque se tupe alrededor, y todos los contornos se presentan con silvestre majestad».
Cuarta etapa
Es el proyecto de una plazoleta y puente de dos arcos.
Quinta etapa
Está relacionada con la edificación del actual santuario. Su construcción fue iniciada el 1 de enero de 1916 con la bendición de la primera piedra; la obra estuvo a cargo del ingeniero ecuatoriano J. Gualberto Pérez y del pastuso Lucindo Espinosa, y se terminó en agosto de 1949. Se calcula que su costo fue de 1.850.000 pesos de la época conseguidos por los aportes de los numerosos y fieles devotos especialmente de Colombia y Ecuador.
Hitos destacados
1951: el Vaticano decretó la coronación canónica de Nuestra Señora de Las Lajas y el santuario es basílica menor desde 1954.
1984: el santuario es declarado monumento parte del patrimonio cultural del país mediante Resolución 007 del 28-12-1984 del gobierno colombiano.
2006: mediante Resolución 1592 de octubre de 2006, se declara la Iglesia Nuestra Señora de Las Lajas, ubicada en el municipio de Ipiales, departamento de Nariño, como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, y se delimita su área de influencia.
2007: el Santuario de las Lajas es considerado una de las 7 maravillas de Colombia al obtener la segunda votación más alta; solo superada por la Catedral de Sal de Zipaquirá, en un concurso convocado por el periódico colombiano «El tiempo»
Aspectos religiosos
La parroquia de Las Lajas hace parte de la Diócesis de Ipiales.
El Santuario está bajo el cuidado en lo doméstico y en lo pastoral, de las hermanas Franciscanas de María Inmaculada.
El peregrinaje de los devotos al santuario es permanente pero se incrementa en dos épocas del año: en septiembre cuando se celebran las fiestas oficiales, sobre todo los días 15 y 16 de septiembre, y el Jueves Santo cuando, los peregrinos, especialmente desde la ciudad de Pasto, llegan a pie después de una travesía de más de 12 horas.»
Fuente: www.wikipedia.org