Aprobada por el obispo el 31 de mayo del 2002. Desde 1945 a 1959, la Stma. Virgen se apareció en Ámsterdam (Holanda) a la vidente Ida Peerdeman. El 11 de febrero de 1951 se presentó bajo su nuevo título: «Yo soy la Señora, María, Madre de todos los Pueblos.»
La vidente, Isje Johanna Peerdeman, («Ida») murió en 1996 a la edad de 90 años.
1 de mayo de 1996, el Obispo de Harlem-Ámsterdam, Mons. Bomers, y su auxiliar, Mons. Punt, autorizaron en una declaración oficial la veneración de la Virgen María, con el título de «SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS». En esa misma declaración subrayan que cada uno es libre de tener una opinión personal de los mensajes, siguiendo su propia conciencia.
Aprobada como de «origen sobrenatural» por el obispo José María Punt de Haarlem-Ámsterdam (Holanda) el 31 de mayo del 2002.
El obispo dijo que la aparición es una «ayuda para entender los signos de los tiempos y vivir más fielmente el Evangelio… y los signos de nuestros tiempos son dramáticos. La devoción a nuestra Señora de Todos los Pueblos puede ayudarnos, en mi sincera convicción, a guiarnos en el camino correcto durante el presente serio drama de nuestros tiempos, el camino hacia un nuevo y especial derramamiento del Espíritu Santo, el único que puede sanar las grandes heridas de nuestro tiempo»
El obispo dijo que en el proceso de estudio, «muchas experiencias de conversión y reconciliación, como también curaciones y protección especial, también se me reportaron.»
«Señor Jesucristo, Hijo del Padre, manda ahora tu Espíritu sobre la tierra.
Haz que el Espíritu Santo habite en el corazón de todos los pueblos, para que sean preservados de la corrupción, de las calamidades y de la guerra.
Que la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS, sea nuestra Abogada. Amén.»
Relevancia Teológica de Nuestra Señora de Todos los Pueblos y las Apariciones en Ámsterdam.
– Principales mensajes de Nuestra Señor a de Todos los Pueblos.
«El dogma que dará al mundo la verdadera paz.»
Los mensajes de Ámsterdam tienen un lugar único en la historia de las apariciones marianas, precisamente porque en nuestra época moderna María viene con su nuevo título de «SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS», y pide que sea llamado el último dogma mariano, que comprende una triple verdad:
«El Padre y el Hijo quieren enviar en este tiempo a María, la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS, como Corredentora, Medianera y Abogada» (31.05.1951)
«Cuando el dogma… sea proclamado, entonces la Señora de todos los Pueblos dará la verdadera paz al mundo.» (31.05.1954)
La oración «para que venga el Espíritu Santo.»
Esta nueva oración «… ha sido dada para pedir que el verdadero Espíritu venga al mundo.» (20.09.1951)
María insiste: «No eres capaz de comprender la importancia de esta oración. Tú no sabes lo que el futuro reserva.» (15.04.1951)
Ella incluso llega a prometer: «Por medio de esta oración la Señora salvará el mundo. Una vez más repito la promesa.» (10.05.1953)
«No sabes qué gran valor y fuerza esta oración tendrá ante Dios.» (31.05.1955)
Dirigiéndose al Papa, la Stma. Virgen dijo que había sido «mandada por su Señor y Creador, para que, mediante esta oración y este título, pueda salvar el mundo de una gran catástrofe mundial.» (10.05.1953)
“Cuida que se haga conocer esta oración a todo el mundo, a todos las naciones. Todos tienen derecho. Te aseguro que el mundo cambiará.” (29.04.1951)
Viendo que se duda en difundir esta oración, la Stma. Virgen anima diciendo: «Que los hombres digan cada día esta sencilla oración. Es tan sencilla y breve, que todos pueden recitarla en este mundo moderno. Ha sido dada para pedir que el verdadero Espíritu venga al mundo» (20.09.195 l).
La imagen: la interpretación e ilustración del dogma.
Durante varias visiones, la Stma. Virgen describe a la vidente la milagrosa imagen que representa el triple dogma y por eso la imagen «…ha de preceder un dogma, un nuevo dogma.» (15.04.1951)
La Corredentora está de pie sobre el globo terrestre delante de la Cruz luminosa de la Redención de su Hijo. Alrededor de Ella está reunido el rebaño de Cristo, iluminado por tres rayos, la Gracia, la Redención y la Paz, provenientes de las manos de la Medianera de todas las Gracias.
El 15 de noviembre de 1951 la Madre de Dios pide directamente a la vidente: «Diles a todos que difundan la oración y la imagen en el mundo». El 29 de abril de ese año la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS había prometido: «Te aseguro que el mundo cambiará.»
La acción mundial: la imagen y la oración han de llevarnos al dogma.
Muchos escucharon la oración de Ámsterdam por primera vez durante la Primera Jornada Internacional de Oración, que tuvo lugar el 31 de mayo de 1997. En su corazón comprendieron la ansiedad de María por difundir ahora esta potente oración en muchas lenguas, juntamente con su imagen milagrosa. María expresamente llama a una acción de redención y de paz (a 01.04.1951) a la difusión de su oración, juntamente con su imagen, a la que deberían tomar parte todos los hombres. «Esta acción no tiene que ver sólo con un país, sino con todos los pueblos.» (11.10.1953)
La SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS hace una consoladora promesa para esta acción: «¿Tienes miedo? ¡Yo te ayudo! Ya verás cómo la difusión se hará por sí sola.» (15.04.1951)
«María se asume toda la responsabilidad.» (04.04.1954)
Hace ya casi cincuenta años que la vidente vio caer la nieve como un símbolo del maravilloso efecto de la acción: «Al igual que los copos de nieve caen sobre la tierra, cubriéndola con una capa espesa, así se extenderá la oración y la imagen por todo el mundo y penetrará en el corazón de todos los pueblos.» (01.04.1951)
María hace una promesa magnífica: «Comiencen esta obra de redención y de paz con ardor y celo y verán el milagro.» (0 1.04.195 l)
¿Qué podemos hacer por esta acción mundial de la Señora de Todos los Pueblos?
¡El tiempo apremia! Dios desea que todas las naciones conozcan a María como su Madre. Por tanto, todos debemos colaborar ahora en esta Acción mundial. Es sencillo y al alcance de todos.
El primer paso, el más sencillo, es dar con amor la estampita de la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS con su oración a todas las personas que conozcamos y también a quienes no conocemos.
«Así se llevará la SEÑORA DE TODOS LOS PUEBLOS al mundo entero, de nación en nación, de ciudad en ciudad. El mundo llegará a ser una unidad mediante esa sencilla oración.» (17.02.1952)
Fuente: https://es.catholic.net/