El Santuario de Maipú será santuario donde conozcamos y honremos mejor a María y la descubramos como una verdadera Estrella para Chile.
El Santuario de Nuestra Señora del Carmen en Maipú, que se levanta en el cruce de los caminos del norte y del sur, del océano y de la nieve, y que crece de la misma tierra que hizo erguirse incontenible el árbol del Chile Independiente, santuario que es Casa de Dios Vivo para la patria, lugar en donde se han encontrado la gracia de Dios y la fe del pueblo chileno.
La construcción del santuario comenzó en el año 1944 y se terminó en 1974
Como cumplimiento a un voto de las autoridades civiles y eclesiásticas en sufragio de la libertad de Chile, pues la Virgen del Carmen era la Patrona del Ejército Libertador de los Andes. Existe la conciencia de que fue la fe y el amor a la Madre común lo que los hermanó a todos.
En 1968 los obispos de Chile lo describieron de esta manera: «El Santuario de Maipú será santuario donde conozcamos y honremos mejor a María y la descubramos como una verdadera Estrella para Chile… Estrella donde resplandecen las virtudes que hacen posible y fecunda la convivencia: respeto, confianza, amor responsable. Estrella que guía, que exige caminar, desarrollarse, porque Ella misma no se detuvo nunca en el crecimiento de su gran servicio histórico: ser enteramente Madre del Señor que divide los tiempos. Será lugar de oración y ofrecimiento, donde los católicos agradezcan, pidan filialmente, hagan penitencia, alaben a nombre de ellos y de Chile entero.»
La devoción a la Virgen del Carmen en Maipú se conserva viva y operante
Cada año, en las proximidades de la fiesta de Nuestra Señora del Carmen, el 16 de julio, se escoge un lema que capta el momento que está viviendo el país y las inquietudes actuales de los peregrinos; se lo refiere a la Virgen María y se colocan estas intenciones en sus manos maternales; este mismo lema ocupa el centro de la novena de preparación a la fiesta y se conserva para todo el año como motivación.
Resulta verdaderamente ejemplar, y digna de imitar la devoción del pueblo chileno a la Virgen María.
Para que la América Latina sea capaz de convertir sus dolores en crecimiento hacia una sociedad verdaderamente participada y fraternal, en Maipú se trata de asumir el desafío de educar hombres capaces de forjar la historia según la praxis de Jesús; especialmente capaces de asumir su propio dolor y el de nuestros pueblos, y convertirlos, con su espíritu pascual, en exigencia de conversión personal, en fuente de solidaridad con todos los que comparten este sufrimiento y en desafío para la iniciativa y la imaginación creadora.
Ejemplo de la Santísima Virgen
Para todo ello se hace necesario el ejemplo de la Santísima Virgen, quien está presente en el misterio de la Iglesia como modelo; modelo de relación de plena comunión con Cristo, desde la aceptación en el momento de la Anunciación, a través de toda su existencia, hasta la muerte de su Hijo en la cruz; fue María fiel acompañante del Señor, mediante una total entrega de su persona, mediante un don generoso y permanente que culmina en la gloria. Así toda la existencia de María está referida a Cristo y toda depende de Él. Y en esto María es nuestro modelo.
El Papa Juan Pablo II visitó a la Virgen del Carmen en abril de 1987, visita en la cual le encomendó el continente Americano, para que conservara siempre su fidelidad a Cristo; pues como él lo dice es la fidelidad a la persona y a la doctrina de Cristo Jesús el punto clave de la Nueva Evangelización.
La peregrinación espiritual por el Santuario de Nuestra Señora del Carmen en Maipú haya servido para crecer en el amor y devoción a la Santísima Virgen María.
Fuente: https://es.catholic.net/