Vietnam tiene una larga historia de persecución contra la Iglesia. Durante gran parte del siglo XVIII, la nación se vio aguerrida por constantes luchas por el poder. La región del norte del reino cayó bajo la autoridad de los lores de la familia Trinh, mientras que en el sur la familia Nguyen se hizo del poder. A medida que el siglo XVIII se acercaba a su final, ambos regentes eran abatidos y amenazados por insurrecciones campesinas y nacientes fuerzas rebeldes.
La más poderosa entre todas las insurrecciones fue guiada por tres hermanos Tay Son. En corto tiempo estos depusieron tanto a los lores Nguyen como a los Trinh, para restablecer la unidad nacional por primera vez desde la caída de la dinastía Le. Uno de los hermanos Tay Son fue coronado Rey Quang Trung. En 1792 murió y su hijo, el Rey Canh Thinh, ascendió al trono.
Mientras tanto, Nguyen Anh continuaba la lucha insurgente en el reclamo de su trono. Años antes, en 1777, él pudo escapar de las fuerzas rebeldes de Tay Son y encontró refugio en la isla de Phu Quoc, donde Monseñor Pierre Pigneau de Behaine, de la Sociedad de Misiones Extranjeras, dirigía un seminario para jóvenes de países vecinos. El obispo le persuadió a buscar ayuda del rey Luis XVI de Francia.
Persecución de católicos vietnamitas
El Rey Canh Thinh conocedor de que Nguyen Anh recibía apoyo del misionero francés y preocupado que los católicos vietnameses ratificaran ese reinado, comenzó a restringir la práctica de los católicos en el país. El 17 de agosto de 1798, el Rey Canh Thinh emitió un edicto anti-católico y una orden para destruir todos los seminarios e iglesias católicas. Una gravísima persecución de católicos vietnamitas comenzó y duró hasta 1886.
La persecución continuó aun después de que Nguyen Anh triunfó en la reclamación del trono. Continuó también durante el Rey Gia Long (1802-1820), Rey Ming Mang (1820-1840), Rey Thieu Tri (1841-1847) y el Rey Tu Duc (1847-1884). El último emperador Nguyen continuó su vehemente campaña contra los católicos, ordenando castigos que se extendían, desde marcarle las caras como si fueran ganado hasta la pena de muerte usando variados métodos de crueldad para los vietnamitas católicos y para los sacerdotes misioneros.
Fue en este contexto de gran sufrimiento que Ntra. Sra. de La Vang vino al pueblo de Vietnam. El nombre La Vang se cree se origina por el nombre de una remota foresta en la región central de Vietnam (ahora conocida como Ciudad de Quang Tri) donde abunda un tipo de árbol que lleva el nombre: La’ Vang. También se dice que su nombre viene de la palabra vietnamita que significa «Súplica», por los desesperados gritos de auxilio de ese pueblo católico en persecución.
Primera aparición
La primera aparición de Ntra. Sra. de La Vang fue conocida en 1798, cuando la persecución de los vietnamitas católicos comenzó. Muchos católicos del cercano pueblo de Quang Tri buscaron refugio en las profundidades de la foresta de La Vang. Un gran número de estas gentes sufrieron del frío, del acecho de las bestias salvajes, enfermedades de la selva y hambruna. Por las noches se congregaban en pequeños grupos para rezar el Santo Rosario y para orar. Inesperadamente, una noche fueron visitados por la aparición de una bella Señora que vestía un largo manto, sostenía un niño en sus brazos y tenía dos ángeles a su lado. Reconocieron a la Señora como a Nuestra Santísima Madre.
Nuestra Santísima Madre los confortó y les enseño como hervir las hojas de los árboles a su alrededor para usarlos como medicina. También les dijo que desde ese día en adelante, todo aquel que viniese a ese lugar para orar, sus oraciones serían escuchadas. Esto tomó lugar en un área de prado cerca de un viejo árbol baniano donde los refugiados oraban. Todos los presentes testimoniaron el milagro.
Católicos vietnamitas quemados
Después de esta aparición, la Santísima Madre continuó apareciéndosele muchas veces a los fieles en el mismo lugar por casi un siglo de persecución religiosa. Entre los muchos grupos de católicos vietnamitas que fueron quemados vivos por su fe se encuentra un grupo de 30 fieles que fueron apresados después de salir de su refugio en la foresta de La Vang. Haciendo caso a su súplica fueron llevados a la pequeña capilla de La Vang donde fueron inmolados. La Vang es así tierra de mártires.
Desde el tiempo en que Ntra. Sra. de La Vang apareció por primera vez, el pueblo que tomó refugio allí levantó una pequeña y desolada capilla en su honor. Durante los años siguientes, su nombre se esparció entre la gente de la región y otros lugares. A pesar de su retirada localidad en las altas montañas, grupos de fieles entraban en las profundidades y los peligros de la selva para honrar a Ntra. Sra. de La Vang. Al principio peregrinos iban con hachas, lanzas, cañas y tambores para ahuyentar a las bestias salvajes. Más tarde eran más visibles los estandartes, flores y rosarios. Las peregrinaciones sucedían todos los años a pesar de la continua campaña de persecución.
Construcción de la iglesia en honor a Ntra. Sra. de La Vang.
En 1886, después que la persecución oficialmente cesó, el obispo Gaspar ordenó edificar una iglesia en honor a Ntra. Sra. de La Vang. A consecuencia de su remota localidad y la limitación de fondos tomó 15 años en completar la iglesia de La Vang. Fue inaugurada por el obispo Gaspar en una ceremonia solemne donde participaron más de 12,000 personas y duró desde agosto 6 a agosto 8 de 1901. El obispo proclamó a Ntra. Sra. de La Vang como Protectora de los Católicos.
En el año de 1928 una mayor iglesia se construyó para recibir a un mayor número de peregrinos.
En abril de 1961 el Concejo de Obispos Vietnamitas seleccionó a la santa iglesia de La Vang como:
Centro Mariano Nacional Sagrado.
En agosto de 1962 el papa Juan XXIII elevó la iglesia de La Vang a Basílica de La Vang.
En 1972, durante la Guerra de Vietnam esta basílica fue destruida.
El 19 de junio de 1988, S.S. Juan Pablo II en la ceremonia de canonización de 117 mártires vietnamitas de forma pública y repetida reconoció la importancia y significación de Ntra. Sra. de La Vang y expresó su deseo por ver la reconstrucción de la Basílica.
El 27 de Noviembre del 2000, el santuario de Nuestra Señora de La Vang frente al Seminario de San Juan Vianney fue bendecido por el arzobispo Thomas C. Kelly.
Fuente: www.corazones.org