CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA ABRIL 29 DE 2018

PARA ESTA SEMANA ABRIL 29 DE 2018

“Permanezcan en mí y yo en ustedes”
“Amemos de verdad y con obras”, que no nos condene nuestro corazón. Estar en paz con nosotros mismos nos permitirá establecer una relación confiada con Dios. El que ama a Dios cumple sus mandamientos, es decir, cree en Jesús y ama a los demás; Los ama como así mismo, como al Dios que lo habita en lo más íntimo y que le permite que el amor de Dios que está en el corazón se desborde en cada gesto y palabra; el que ama a Dios hace lo que a Dios le agrada y persevera, permanece en Él, lucha por el proyecto del Reino, se deja conducir por el Espíritu Santo.

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, de Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Saludo cordial lleno de esperanza en el proceso de conversión que vamos haciendo para crecer día a día en experiencia de amor, de entrega, de contemplación del misterio de Dios que resucitando a su Hijo nos ha redimido y resucitado con Él a la vida nueva. Que en esta semana cada día se llene, desde la experiencia de Dios, de posibilidades en las que cada uno de nosotros demos lo mejor.

Somos los sarmientos que, nacidos en Jesús, la Vid verdadera, debe dar frutos de amor; frutos dulces llenos de ternura; frutos que sacien el hambre y la sed de los demás.

Si realmente estamos asidos a la Vid, si bebemos de su savia y dejamos que ésta llene cada célula de nuestro ser, entonces los frutos están garantizados; pero si estamos en Cristo y los frutos son amargos y tienen el sabor del desprecio, la soberbia, la indiferencia entonces es que no estamos en Cristo como lo creemos estar o no dejamos que su savia sea la que recorra nuestra sangre y por eso los frutos son amargos. Y esas ramas, esos que no dan frutos o que los dan amargos, son las que el Padre Dios corta y tira al fuego.

El ser de Cristo es para ser amigo de la verdad y para vivir una vida que endulce a los demás de todo lo que el Señor es: gozo y Pascua; alegría y paz; amor y misericordia. De hecho, ha sido el mismo Jesús el que ha dicho que por los frutos nos conocerán.

La invitación concreta de Jesús es a permanecer en Él porque solo desde Él podremos dar frutos.

Ya estamos limpios, ya somos nuevos, ya Dios nos ha hecho dignos y nos ha puesto a dar frutos en y desde su Hijo. Que nuestros frutos sean abundantes. El mundo, mi país, mi familia, los que amo directamente; ellos todos, necesitan de mis frutos llenos de dulzura, de paciencia y de amor. Jesús nos ha alimentado para que los frutos perduren, sean abundantes y Dios pueda seguir contando con cada uno para que el mundo se llene de su amor, de su alimento y de su Palabra y esto se hará, después de la resurrección, gracias al Espíritu Santo que se nos ha dado para poder ser testigos del amor de Dios, para que demos frutos abundantes y para que seamos felices en el proyecto de vida que cada uno ha escogido.

Seamos fieles a la opción de vida, dejemos que Jesús siga alimentando nuestra y vida y nosotros seamos testigos comprometidos con el Evangelio dando abundantes frutos, llenado cada espacio de lo que circula en nuestro ser que es el amor de Dios.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA ABRIL 29 DE 2018

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

Fuente: http://ow.ly/56oT30moXqR

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