PARA ESTA SEMANA DICIEMBRE 1 DE 2019
Adviento tiempo de salir al encuentro.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor Jesús que en su amor infinito sale a nuestro encuentro para ofrecernos la salvación y la posibilidad de vivir en la plenitud del amor.
Comenzamos el Adviento, una gran oportunidad para despertarnos del sueño y tomar conciencia del tiempo presente.
Evaluar y mirar aquello en lo que hemos fallado y en lo que tenemos que crecer, madurar, cambiar. Adviento es tiempo de conversión, de allanar caminos, de volver al amor; tiempo para estar atentos a las llamadas, a las invitaciones que nos hace Dios. Adviento es el camino propuesto por la Iglesia que nos lleva a un encuentro que seguramente colmará nuestra esperanza, nos llenará fe fuerzas y nos dará mucha paz y alegría. Hay que estar atentos, mirar más allá de lo cotidiano y de lo material.
El Evangelio con el que nos encontramos este primer domingo de Adviento (Mt. 24, 37-44) nos invita a estar preparados. Nadie se sienta seguro, nada está garantizado. Estemos atentos, viviendo fielmente el proyecto de Dios. Que estemos siempre listos. De un momento a otro la vida nos cambia. La vida terrena es temporal, la vida pasa; la muerte de un momento a otro nos visitará y no sabemos ni el cuándo ni las circunstancias. La muerte será la que marca nuestro regreso a la eternidad, a la resurrección, a la presencia de Dios. Para la muerte hay que estar preparados; la muerte se prepara viviendo, haciendo las cosas bien, amando, cumpliendo la misión para la que nacimos, siendo el “pedazo” de Dios que somos, santificando y plenificando las cosas.
Estar en vela es estar viviendo de la manera que tenemos que vivir, hay que estar despiertos, el Señor está llegando.
Para morir, para vivir eternamente, tenemos que ir renunciando, tenemos que ir gastándonos, tenemos que vivir de tal manera que esta vida valga la pena y nos quedemos en los corazones de las personas con las que pudimos compartir, pero especialmente en el corazón de las personas que hemos amado. De un momento a otro nuestra vida no será la misma, la rutina se acabará. Despertemos del sueño, es hora de levantarnos. Ya llevamos mucho tiempo viviendo como si Dios no existiera.
No sabemos cuándo será nuestro encuentro con Jesús, pero sabemos que ha de suceder. Es importante que estemos vigilantes, en vela; no nos durmamos con tanto para hacer, para dar, para amar. Somos hechos responsables de la seguridad de nuestra casa, que no se nos meta el ladrón; no dejemos obrar al malo, procuremos en todo el bien. Seamos garantes de paz, de tranquilad. Es importante que nos detengamos en el camino de la vida, es tiempo de proponer alternativas para la paz, para la unidad, es hora de comenzar a construir.
Nosotros estamos en las manos de quien nos ama, en Dios que con amor nos abraza y nos acoge, siendo Él mismo la propia seguridad que necesitamos mientras estamos en la vida.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
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Fuente: http://ow.ly/kSEh50xoDpa