CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana diciembre 1 de 2024

Ha comenzado el Adviento, es tiempo de ponernos en camino para que encontremos a aquel que viene a encontrarnos.

Es tiempo para disponer el corazón y reconocer que el Señor que llega cumple sus promesas, por eso las expectativas deben ser grandes. Dios se nos revelará y nos mostrará todo su amor en Jesús, el Salvador que llega. Adviento es la espera de la promesa de Dios que tiene que ver con el nacimiento del Enmanuel. Adviento implica que nos pongamos en camino, levantemos la cabeza y preparemos con ilusión la conmemoración del nacimiento del Señor.
 
En Adviento nosotros no solo conmemoramos la primera venida del Señor que llega a salvarnos también en este tiempo nos disponemos para la segunda venida del Señor. Esperamos que Él venga con ilusión, alegría y profundo deseo de conversión. Que nada nos distraiga mientras estamos en camino, mientras vamos al encuentro del Señor.
 
El escenario del Evangelio (Lc. 21, 25-28.34-36) nos habla del Hijo del hombre que llegará, será un regreso grande, cargado de poder y es en esta esperanza que los cristianos vivimos la cotidianidad de la vida.

El regreso de Jesús tiene que ver con salvación, redención.

Para nosotros el fin es paz, alegría, triunfo. Levantar la cabeza y vivir en expectativa resume la actitud del creyente. Estemos alertas, para no caer; velemos para que escapemos de lo que ha de suceder. Esperamos la venida del Señor estando atentos, atentos a nosotros mismos. Debemos cuidar el corazón, la propia vida. Que los vicios no entorpezcan nuestra mente, andemos livianos para llegar con más espacio para acoger al Señor que viene lleno de dones. Comencemos a trabajar y que el Señor nos encuentre preparados, listos para el servicio y la entrega a los demás. Que nada nos pese en el corazón, cuidémonos de los excesos en todo lo que hacemos y nos distraer.

Esas tentaciones que nos llevan a que el corazón se llene de peso.

Este tiempo del Adviento nos recuerda la promesa que siempre se renueva, una promesa de amor, de fidelidad, de entrega. En los tiempos difíciles, cuando todo se derrumba, cuando la noche es oscura, llega el Señor a quitar nuestros miedos, a restaurar lo caído, a anunciar el año de gracia. Llega la luz, el día, el sol que viene de lo alto. El Señor llega a restaurar la historia personal y comunitaria. Ha llegado y seguirá viniendo porque su amor es fiel y sanador. Su amor nos llena de esperanza y nos proyecta a la eternidad.
El Adviento es partir para poder llegar al fin, el encuentro del Señor. Que las preocupaciones no nos amarren, aprendamos a confiar en el Señor, tomemos la decisión de encontrarlo, ya Él se encargará de todo lo demás.
 
No durmamos, no dejemos que el corazón se vuelva pesado, oremos que eso nos ayudará y así podremos estar de pie, junto a Él cuando llegue. Que la desesperanza en los tiempos difíciles, que la impaciencia, que los pensamientos desoladores no hagan pesado nuestro corazón. Estemos atentos, reforcemos nuestra relación con Dios y que nunca falte el deseo de seguir caminando el encuentro del Señor.
 
Con mi bendición:
 
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
 
Para esta semana diciembre 1 de 2024

Fuente: P. Jaime Palacio

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