PARA ESTA SEMANA DICIEMBRE 29 DE 2019
La Sagrada Familia.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un abrazo lleno de alegría y para todos los mejores deseos en el Señor para el año que llega. Que Jesús recién nacido sea nuestra compañía y razón de esperanza para vivir con intensidad el próximo año.
Este domingo después del nacimiento del Señor, la Iglesia celebra la fiesta de la Sagrada Familia. Jesús, José y María. Jesús asume la condición humana, tiene familia, unos padres creyentes y dispuestos para Dios. Padres que le cuidarán, que lo educarán y que le acompañarán en su proceso de crecimiento, de maduración y de formación en la fe. Padres que en todo le estarán recordando su misión en la tierra y lo prepararán para asumir cada circunstancia con la novedad que implica el dar la vida a Dios, vivir en Dios, ser Dios.
La familia cumple ordenes de Dios. Son de Dios. El uno está dispuesto para el otro, José y María que cuidan a Dios y Jesús que cuida en sus padres a la humanidad. La tarea de José es dar nombre, descendencia humana, cultura; enseñar las tradiciones, las normas y preceptos. Orar y enseñarle a orar a su hijo. José es la puerta de la tradición religiosa judía, de la fe los judíos. Introduce cultural y religiosamente en la historia al Hijo de Dios.
José obedece, protege y cuida del niño.
José está atento a la voluntad de Dios y María acoge con amor cada cosa que el Señor va haciendo en bien de su Hijo y de ellos mismos.
Un gran ejemplo para las familias en este día tan especial está en que seamos de Dios, tratemos en todo de hacer su voluntad y al centro de nuestras obras pongamos a Jesús. Que desde Él las familias se amen como Él quiere. Desde Jesús vivamos en fidelidad inclusive en los momentos más complicados y que como José y María nos hagamos defensores de la vida y tomemos a tiempo las decisiones que tengamos que tomar.
La historia de la Sagrada Familia es de ires y venires.
Alegrías, tristezas; hay peligros y amenazas, toca huir, marginarse un poco de los que quieren hacer daño. Después hay que regresar. Así es la historia de Israel la que Dios quiere rescatar. Así se escribe la salvación. Cada familia para por sus propios problemas y asume, desde la realidad de cada uno, las cosas siempre con la intención que todo salga bien.
En este acontecer o caminar como familia debemos también entender que la familia es la escuela de la fe, es donde comienza a ponerse en práctica la religión. Donde se aprende a amar, donde se entiende lo que significa ser padre y en donde el respeto, la misericordia y la bondad son las facetas que más ayudan a familias para alcanzar la armonía de vida que se pretende vivir.
Abrir espacios de confianza, hacernos responsables de la salvación y del bienestar del otro. Respetar la dignidad y la grandeza de los demás entendiendo que somos un regalo de Dios para las otras personas. Callar en tantos momentos que no entendemos los por qué, vivir en fe y con esperanza los momentos difíciles y apostarle a la pareja hasta el final hacen de nuestra familia el lugar digno y sagrado que Dios quiere y la sociedad necesita.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd
Fuente: http://ow.ly/dDXu50xJrwK