PARA ESTA SEMANA ENERO 31 DE 2021
El demonio grita y genera miedo, Jesús es sutil y compasivo.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo que lleva los mejores deseos de paz y bien, que Jesús nuestro maestro nos siga instruyendo en la verdad del Padre Dios que en todo busca que nosotros alcancemos la felicidad y la paz del corazón.
Jesús ha venido a anunciar el Evangelio y lo vemos yendo a la Sinagoga con sus discípulos. La Palabra que se hace carne (Jesús) anuncia con la vida y también enseña desde su propia experiencia y así fue como la gente se admiró por su enseñanza, nosotros también debemos admirar las enseñanzas de Jesús y hacerlas vida, sobre todo ahora que sabemos que Él es el Hijo de Dios.
En la Sinagoga de Cafarnaúm nos encontramos con una profesión de fe, no hecha por la gente, sino que el evangelista la pone en boca de los demonios. Y es que mientras las personas se admiran por las enseñanzas de Jesús, los demonios saben que donde está Jesús, a donde llega el Reino, el mal no cabe, ellos sobran. Jesús tiene el poder de destruirlos. Y mientras los demonios atan, encadenan, hacen sufrir, Jesús trae la paz, la libertad, la alegría. Jesús es el que destruye el mal, no es un exorcista, es aquel que destruye el mal; Él es Dios y ante su presencia el mal no tiene poder.
El demonio hace bulla, pero no tiene más fuerza que Dios. El demonio es amigo de gritos y de desorden, Dios es delicado, es amor. El actuar de Dios llena de paz.
Jesús enseña con autoridad porque lo que Él enseña es lo que el Padre revela, conoce al Padre y habla las cosas del Padre. Jesús viene de Dios, es Dios y tiene el poder de Dios. Jesús es la Palabra pronunciada por la que las cosas fueron creadas y en el hacerse carne por nosotros viene a liberarnos de todo aquello que no permite que nuestra vida sea feliz y ahora lo vemos liberando a un hombre y a los demonios salir llenos de miedo ante la presencia del Hijo de Dios. Jesús habla y su único referente es Dios, es decir, Jesús habla en nombre propio.
Acojamos a Jesús y en Él al Padre que nos libera de toda atadura, que nos quiere libres y señores de la creación.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/yNJb50D4tDR
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