PARA ESTA SEMANA FEBRERO 16 DE 2020
Jesús es la plenitud de la ley.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor. Una semana de bendiciones y que Dios nos guarde a todos en su amor para que desde Él podamos amar y dar lo mejor de cada uno.
Jesús es la plenitud de la Ley, todo el Antiguo Testamento tiene sentido en Él. La idea está en que la Ley tiene valor en la medida que brinda un manual de convivencia que además da identidad al pueblo que las cumple.
Por la vivencia de la Ley se puede alcanzar la paz que tanto se busca y la justicia en la que todos anhelamos vivir.
La Ley es manifestación del querer de Dios, que quiere que nos respetemos, nos perdonemos las ofensas, acojamos a los demás y vivamos con alegría el don de la vida que se regala cada día. Quien pone en práctica la ley por medio de ella se santifica y el que la enseña y pone en práctica cumple el querer de Dios. Jesús no ha venido a abolir la ley, Él es la plenitud, el querer de Dios, el que mejor conoce la voluntad del Padre sobre la humanidad, por eso nada quitará de la misma, pero sí la humanizará, la llenará de amor y le dará el sentido original con la que fue escrita. La ley que se perdió en tradiciones y en preceptos es la que debe ser rescatada y acogida desde el amor.
Los que aceptamos a Jesús entendemos que la santidad es el reto que debemos vivir cada día.
La santidad (justicia) debe ponerse en práctica porque es de nuestra esencia. De la santidad es el respeto y la acogida a los demás. De la santidad es comprender que los demás son grandes e importantes, que también ellos son hijos de Dios. El hermano es el lugar de Dios, los demás son el centro de nuestro culto. De la santidad es la misericordia, el perdón.
El proyecto de Jesús, es un proyecto de amor; enamorarnos de Dios, enamorarnos del prójimo, enamorarnos de nosotros y de la obra creadora del Padre, es un proyecto que genera un cambio de vida y de manera especial de relación.
Respetar al otro, ser fieles, hablar la verdad. Ser respetados, respetar a los demás, hacer las cosas desde Dios sin escandalizar; todo esto es evangelio, hacia esto debe ir nuestra conversión, todo hace parte del mundo nuevo que tenemos que construir siendo luz y sal del mundo.
Acojamos a Jesús y que Él sea quien de su mano nos lleve a la ley que da plenitud a las demás: la ley del amor.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd
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Fuente: http://ow.ly/zZfo50ybbsz