La gente quiere escuchar a Jesús, Él enseña con autoridad, sus enseñanzas llenan los corazones de esperanza y en sus enseñanzas cada uno se siente reconfortado.

La Palabra de Jesús es Palabra de Dios que se hace luz y que llena de vitalidad lo creado. La predicación de la Palabra de Dios no tiene obstáculos y por eso en cualquier lugar y a cualquier hora es pronunciada. La Palabra de Dios es una semilla que espera crecer en nosotros; la Palabra de Dios es Jesús mismo que ha asumido nuestra realidad humana y ha venido del cielo para hacer de la Palabra principio de un amor que se hace carne y nos quiere redimir.

 

La Palabra de Dios es viva y eficaz y estamos siendo invitados, en este texto de san Lucas (5, 1-11) a que escuchando la Palabra Dios pongamos en ésta toda la fe. Muchos de nosotros necesitamos decir: “…pero por tu Palabra…” La Palabra que nos lanza a lo impensable, a superar las barreras de lo lógico. La Palabra que nos mueve a lo más profundo, a lo íntimo y nos invita a tirar las redes para la pesca a la hora que nadie las lanza, a ir más allá de la orilla y comenzar de nuevo la tarea. La Palabra nos muestra que todo es posible para quien confiando en Dios se atreve y hace lo que tiene que hacer.

Pedro sabe del poder que tiene la Palabra de Jesús. Ha visto como su Palabra ha sanado, ha hecho que gente vuelva a la vida; ha sido testigo cuando por su Palabra gente ha vuelto a caminar, pecadores han sido perdonados y hasta el mal o el demonio obedece. Y Pedro que entiende de pesca, que conoce los ritmos y las horas mejores para pescar, superando los propios esquemas y creencias y solo porque Jesús le dice se atreve, tira las redes y logra unos excelentes e inimaginables resultados.

 

Acojamos la Palabra de Dios, “tiremos las redes”, rompamos los esquemas aprendidos y confiados en la Palabra de Dios comencemos una nueva vida. La Palabra está pronunciada y se llama Jesús; la Palabra debe acogerse con fe y con las obras debemos hacer de la Palabra principio creador y restaurador. Allí donde todo parece imposible Dios te dice que para Él nada lo es; allí donde reina el temor Dios te dice no tengas miedo yo estoy contigo.

No tendremos miedo, lanzaremos las redes cuando nadie las esté lanzando y renovaremos la fe en aquel que nos invita a salir de las comodidades de la orilla y nos hace hombres nuevos, “pescadores de hombres” Sigamos a Jesús y aprendamos de Él a romper esquemas para así estar más dispuestos para los demás.

 

Con mi bendición: