CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana julio 16 de 2023

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo especial en este día en el que también celebramos a nuestra Reina y Madre, la virgen María, bajo la advocación del Monte Carmelo. Que ella bajo su manto protector nos ayude a vivir en coherencia la vocación de ser cristianos y que nos haga fuertes en el seguimiento para que con ellas lleguemos siempre hasta el final en nuestro proyecto de vida. Su escapulario, prenda del amor a sus hijos, sigue siendo el signo de su presencia, la fuerza del testimonio y sobre todo el manto que nos libra del peligro y nos hace sentir sus hijos amados.

El Evangelio para este XV domingo del tiempo ordinario nos presenta a Jesús, sentado en una barca, hablando a la gente en parábolas. La primera, en la que nos enseña acerca de la Palabra de Dios, de nuestra posición frente a la misma y de su tarea o misión, es la del sembrador.

La Palabra de Dios es la semilla, Jesús es el sembrador, nosotros el terreno sobre el cual la semilla cae y la que debemos acoger con el compromiso de cuidarla para que dé los frutos que Dios mismo espera.

Por la manera de comportarse el sembrador podemos afirmar que Dios a nadie desprecia, todos somos terrenos en los que la semilla puede germinar, todo con esfuerzo, con cariño, cuidándonos de que todo aquello que puede opacar la experiencia de Dios debe ser alejado. Tenemos vocación de buen terreno y podemos dar cada uno según lo que vaya logrando.

Al escuchar la parábola del sembrador nuestro corazón se debe llenar de alegría porque tenemos a Dios Padre que no deja de sembrar y esto significa que no deja de esperar de cada uno de nosotros lo mejor. Tenemos a Dios que sale en su Hijo a nuestro encuentro, a nuestro terreno y arroja las semillas esperando que hagamos todo lo posible para que las circunstancias que ahogan, queman o abandonan la semilla cambien. Dios espera por eso siembra, Dios sabe que somos importantes para el mundo y por eso espera los frutos que alimentan y nutren a la humanidad. Escuchar la parábola debe movernos el corazón, debe llevarnos a la Palabra la cual está para escucharse, acogerse y ponerse en práctica. La Palabra se escucha, se pide al Espíritu poderla entender, se procura permanecer en su enseñanza y saber que debe producir frutos ya que la Palabra transforma.

Dios con su Palabra trabaja en el terreno de nuestra vida y no se resigna hasta que consiga frutos.

Nuestra vida pasa por muchos momentos: abundancia, aridez, superficialidad, preocupaciones y alegrías. Y así Dios nos ama y siembra y espera frutos. En cualquier condición en la que me encuentre ahí está Dios sembrando. Aprendamos de Dios que siempre nos acompaña. No perdamos la ilusión frente a los demás y sigamos dando lo mejor de cada uno.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Para esta semana julio 16 de 2023

Fuente: https://parroquiacarmelitascucuta.com

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Para esta semana julio 16 de 2023