PARA ESTA SEMANA JULIO 4 DE 2021
Somos más de lo que la gente piensa creer de nosotros.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un abrazo y lo mejor para esta semana que comenzamos la cual debe estar llena de buenas obras y de un espíritu sincero de conversión.
Nosotros también debemos comenzar a dejar de lado los prejuicios que tenemos de Jesús; esos conceptos de Dios que de generación en generación nos ha impedido un encuentro real y amoroso con el Padre Dios que nos ama y nos salva. Muchos de nosotros esperamos cosas de Dios que son contrarias a su esencia amorosa.
Algunas personas esperan que el poder Dios destruya a los enemigos y que literalmente les quite la vida, otras esperan la condenación de los enemigos, de los pecadores.
Unos quieren pasar factura a Dios por las buenas obras que realizan y otros piensa que tienen un derecho de exención de todo lo que puede ser problemático, triste o enfermizo.
Pensar en Dios que es bueno y que hace llover y salir el sol sobre buenos y malos; creer en un Dios que en el Mesías traiga como bandera, para la creación de la nueva nación, el amor, la acogida, el respeto al enemigo, la solidaridad, el perdón a los que fallan, la cercanía con los pecadores y con los paganos… pensar en todo esto no resulta lógico para los que quieren de Dios y esperan de Dios la venganza, el desprecio.
Las cosas de Dios toman plenitud en Jesús.
Él actualiza y lleva a plenitud la relación de Dios con la humanidad. A muchos de nosotros nos pasa; a muchos cristianos nos pasa, que queremos el plan de Dios, hacer su voluntad; nos pasa que creemos conocer a Dios, pero desconocemos a Jesús olvidando que quien conoce a Jesús conoce al Padre, quien cree en Jesús cree que es el Hijo de Dios. Muchas cosas de Jesús a muchos cristianos no les gustan, les parece escandalosas y tal vez por eso muchos de ellos, han pasado a grandes movimientos porque la predicación que se hace se basa más en la ley, en el Antiguo Testamento e ignoran o acallan la novedad del Evangelio. Muchos están echando el vino nuevo en odres viejos.
Este domingo nos encontramos con Jesús que va a Nazaret, a su tierra, donde pensaba la gente que lo conocía lo mismo que a su familia y allí predica y la gente se maravilla y en lugar de acogerlo lo que hacen es criticarlo; la sabiduría y el poder con el que enseñaba encontró unos oídos sordos y unas terquedades ante las cuales lo mejor es seguir el camino. La gente se obstina y no quiere mirar más allá de lo que piensan y de lo que creen.
Nos ha pasado:
La gente que nos conoce es la que menos nos conoce y son los que ante las cosas buenas que tenemos se sorprenden, pero negativamente. Somos mucho más de lo que la gente piensa y cree. Somos de Dios y tenemos la fuerza interior para transformar la vida, para ser realmente testigos de un amor que nos desborda.
La falta de fe impide que Jesús actúe con libertad. Él tiene muchas cosas para nosotros, para enseñarnos y con Él viene el perdón del Padre, la sanación, la vida eterna, pero nosotros preferimos no creer y seguir con una fe estancada que hace de Dios un “adorno” que ha dejado de obrar con novedad y de salir al encuentro de la humanidad.
Acerquémonos con fe a Jesús, que Él pueda hacer muchas cosas en nosotros. Abramos el corazón y que lo único que sepamos de Dios es que nos ama, nos sorprende en su amor, nos invita a una vida semejante a la suya en misericordia, compasión y santidad.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz
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