PARA ESTA SEMANA JUNIO 10 DE 2018
Dios comprometido con la humanidad.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo que lleva los mejores deseos de paz y bien para cada uno. Dios nos colme con su amor y bendiga los proyectos que pensamos llevar adelante.
El texto del Evangelio de Marcos (3, 20-35) que se nos propone para este domingo pienso que expresa, hace evidente, la terquedad, la cerrazón, la obstinación de las personas que definitivamente no aceptan a Jesús y hasta son capaces de cerrar su corazón ante cualquier propuesta de bien o de amor que venga del mismo Señor Jesús. Ya no importa lo que diga ni lo que haga. Ahora todo es utilizado para argumentar el deseo que tienen los enemigos de Jesús de “acabar” con Él, de sacarlo de en medio. Se levantan calumnias, se intenta convencer con cualquier argumento al pueblo que Jesús es “enemigo”. Y hasta acusan de satánico el proceder de quien solo sabe hacer el bien, de quien solo sabe amar.
Cada vez que pienso o escribo sobre esto también constato que muchas personas siguen actuando así frente a los que no quieren y han declarado sus enemigos. Muchas personas se dejan llevar por sus rencores, por la dureza del corazón, por sus obstinaciones y terquedades y lo peor es que la mayoría acaban haciendo mal, mucho mal, a las personas. ¡Atentos, examinémonos y si eso nos pasa cambiemos por favor y comencemos a trabajar por una religión más incluyente!
Cuidado con los juicios de valor frente a los demás.
Nadie nos ha hecho jueces de los hermanos para condenarlos; fuimos hechos para ser instrumentos de amor y por lo tanto de misericordia. Lo nuestro no es condenar ni excluir, lo nuestro es enamorar de Dios, procurar desde el amor de Dios que nos invade que los demás entiendan que pueden ser buenos, perfectos como el Padre lo es.
La enseñanza de Jesús es clara, su pretensión no es mentir, no es engañar. Él ha venido de Dios, ha venido en su nombre, hace las cosas que el Padre le permite hacer; Jesús obedece al Padre, se deja conducir por el Espíritu de Dios que es fuerza y sabiduría. Y si tiene poder sobre los “demonios”, sobre el mal, es porque es Dios y porque actúa con el Poder del Padre. Por eso la blasfemia contra el Espíritu no se perdona porque se convierte en el acto que toca directamente el amor y el poder de Dios. En el acto que niega el compromiso de Dios con la humanidad.
Y mientras unos le buscan para hacerle daño, para acusarlo, para condenarlo; otros le buscan porque piensan que está loco; pero también hay un grupo que se convierte en la nueva familia de Jesús y es el grupo de los creyentes, de los discípulos, de aquellos que han creído en Él y por Él se han acercado al amor de Dios que los hace nuevos. Los que hacen la voluntad de Dios esos son los verdaderos familiares del Señor.
Los invito pues a volver al Señor con un corazón deseoso de escuchar su Palabra, de hacer la voluntad de Dios que no es otra que la de amar y que nos convirtamos en testigos del amor de Dios que cambia la vida, la llena de esperanza y de alegrías.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd
Fuente: http://ow.ly/EI4y30moXbP