CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA JUNIO 13 DE 2021

PARA ESTA SEMANA JUNIO 13 DE 2021

Dios es paciente, sabe esperar.

Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Dios nos conceda una semana plena de bendiciones, que los frutos que se esperan de la experiencia de Dios que tenemos comiencen a darse y que el Señor siga sembrando en cada uno la semilla del amor que tanta falta hace en el mundo.

En la experiencia de la fe, del caminar en Cristo, todos nosotros sabemos que somos “terreno” en el cual Dios ha lanzado la semilla; semilla que es su Palabra y que nosotros hemos acogido de diferente forma. No somos terrenos iguales, pero sí estamos llamados todos a dar los frutos que según la propia capacidad cada uno puede dar.

Dios es delicado y paciente.

Él sabe esperar la llegada de nuestro tiempo, de la cosecha. Nosotros acogemos la Palabra de Dios, la interiorizamos y luego damos los frutos; la Palabra de Dios, que es viva y eficaz, está llamada a crecer, madurar y dar frutos en nosotros. La dinámica es sencilla: te abres a Dios y le permites que entre en lo más íntimo de tu ser, Él entra a través de la Palabra que pronuncia, de la apertura que tengamos frente a Jesús y por medio de la experiencia de sentirse prójimo, hijo y hermano de los demás. Él hace del corazón su “centro de operaciones” y esto no se puede ocultar. “De la abundancia del corazón hablan los labios” y eso nos lo enseña Jesús.

Dios tiene el poder de transformar, hacer crecer y producir frutos, pero entra también en la dinámica del ser humano y va al ritmo de cada uno. El proceso hasta la cosecha, hasta que el árbol crezca puede demorarse, pero importa que no nos quedemos (el terreno) sin cuidarnos; de cuando en cuando tendremos que remover nuestra tierra para que la semilla guardada o sembrada en el corazón salga a la luz y produzca. Jesús siembra. Él es el Reino que se entrega, que se nos da como semilla. Él es el que transforma nuestro interior para que demos cosecha.

Él hace germinar.

De nosotros es cuidar, estamos llamados a dar los frutos, a crecer, a ser lugar de acogida y de protección. En nosotros los demás deben encontrar la seguridad y el descanso que necesitan día a día para dar lo mejor.

Todos, con el Reino sembrado en el interior, llevamos una fuerza que nos permite crecer y reconocer los dones que nos llevan siempre a obrar las obras de Dios. La fuerza de Dios ha entrado en la historia y nosotros vivimos en este presente que luego será historia de Dios que salva en la medida que nuestro presente es respuesta a la necesidad que tiene la humanidad de paz y de amor. Dios en la historia de salvación que escribe con nosotros nunca desconoce nuestra grandeza ni dignidad y por eso siembra, por eso espera, por eso perdona. Somos más que fragilidad o pecado: somos presente del amor de Dios que se entrega y con paciencia transforma el mundo.

Nunca despreciemos lo poco que hay en cada uno, esa es la semilla de mostaza que crece. La pequeñez es de Dios cuando se abaja para engrandecernos, cuando se hace hombre para divinizarnos, cuando se hace semilla para que demos frutos.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

Fuente: http://ow.ly/BPSo50F9bcV

PARA ESTA SEMANA JUNIO 13 DE 2021