PARA ESTA SEMANA JUNIO 20 DE 2021
“Concédenos vivir siempre en tu amor Señor”
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo, un abrazo y todas las bendiciones para esta semana que comenzamos. La fe llene de fuerzas para que podamos seguir adelante en el proyecto de la vida dando lo mejor de cada uno a los demás.
Desde el Evangelio propuesto para este domingo descubrimos que seguramente a Jesús sí le importa que los discípulos no se vayan a hundir en medio de la tormenta, pero más le importa el hecho que ellos se afiancen en la fe, crean realmente en el Padre providente que cuida y protege y que además acaben de entender que quien está con Jesús está con el Padre y que camina con Dios, que es Señor de las aguas y es por eso debe ser fuerte.
El texto (Mc.4, 35-41) se convierte para cada uno de nosotros en una invitación a mirar a Jesús más a profundidad y con los ojos de la fe. Él es un hombre en todo como nosotros, pero no ha perdido nunca su ser Dios. Él es Dios que se abaja, que se despoja, que no hace alarde de su condición divina; Dios asume nuestra condición humana, se hace carne, pero no deja de ser Dios. Entre nosotros es Dios con nosotros; el que ve a Jesús ve al Padre y quien le escucha es al Padre al que escucha. Jesús tiene poder, Jesús es Señor del viento, del mar. A Jesús todo le pertenece, todo es suyo; el Padre todo lo ha hecho por y para su Hijo.
Jesús también nos pregunta ¿por qué tanto miedo?…
Estamos con Jesús, deberíamos andar seguros, sentirnos tranquilos; abandonarnos, como seguramente lo hizo Jesús al dormir en paz en una noche llena de vientos, de huracanes. Dios ha vencido el mal. Y nunca la fuerza del mar, ni el ímpetu de los huracanes podrán ir más allá del propio límite, solo Dios vence y nosotros en Él somos vencedores, señores del mar, de los vientos contrarios de la vida. Dios es nuestro compañero, siempre está ahí, nos ayuda. Escucha nuestros gritos.
Que los miedos, que las tormentas, que los fuertes vientos no nos lleven a olvidarnos que debemos creer, confiar. Dios nos ama, Jesús calma el viento y aleje de nosotros la tormenta; la fe es para usarla, es el recurso que tenemos ante Dios para sanar, para mover montañas. La fe es esa fuerza que llena de posibilidades la vida y nos capacita para enfrentar cada una de las circunstancias que nos podrían alejar de la experiencia del amor de Dios.
Dios nos ama y esto hay que repetirlo hasta que tomemos conciencia de ese amor. Dios nos cuida y acompaña, certezas en las que debemos vivir inmersos. De hecho, la oración colecta de este domingo 12 del tiempo Ordinario nos habla de la providencia de Dios que nunca abandona a quienes ha establecido en el sólido fundamento de su amor y entones le pedimos vivir siempre en ese amor con el que nos ama, un amor de siempre y para siempre. NO tengamos miedo y que la barca de la vida siga su rumbo, ese que Jesús ha establecido y que cada que encontremos huracanes, tormentas… recordemos que el Señor está ahí. Usemos la fe que a Dios le sobre amor para con nosotros.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz
Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd