CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

PARA ESTA SEMANA MAYO 17 DE 2020

PARA ESTA SEMANA MAYO 17 DE 2020

No estamos solos ni desamparados. Jesús sigue vivo y su Espíritu obra en cada uno.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Para todos los mejores deseos de paz y bien en el Señor Jesús que sigue, a través, del don del Espíritu enviado por el Padre, caminando con nosotros, animando nuestra entrega, dando fuerza en la debilidad y llenando de amor y de esperanza cada espacio de cansancio, de dolor y angustia. Ha llegado la hora del regreso de Jesús al Padre lo que no significa la hora del abandono o del olvido, sino que por el contrario es el tiempo en el que cada uno de nosotros, llenos de Espíritu Santo, podemos demostrar y dar al mundo al Dios que nos ama y que nos habita, al Dios que es poder, fuerza y presencia de la divinidad.

“Si me aman, cumplirán mis mandamientos”. Leyendo este versículo del Evangelio de verdad que me siento retado; me siento cuestionado en lo más íntimo de mi fe, de mi vida, de mi ser. Yo soy de los que creo amar a Jesús, de los que le digo que le amo y que Él es lo más importante de mi vida, la razón de ser de lo que hago y aunque soy consciente que me falta más amor, que debo madurar y crecer más, que debo purificarme y vivir mi proceso de conversión de manera más intensa. Yo soy de los que a pesar de todo creo que amo y creo ser del Señor.

Pero escuchando a Jesús que me dice que si lo amo cumplo sus mandamientos siento en mí la incoherencia y la necesidad de comenzar a vivir realmente lo que Él quiere para mí y lo que Él espera de mí.

Mandatos como el de perdonar, el de orar por los que nos persiguen o calumnian, ser misericordiosos y lo que nos pide en cada una de las bienaventuranzas y de las obras de misericordia. Me falta, de verdad que falta mucho, para demostrar a Jesús un amor verdadero. Y es que el amor de Jesús nos transforma, nos hace nuevos y eso es lo que Él espera de nosotros en la relación con los demás. Amar es escuchar sus mandamientos y ponerlos en práctica.

Jesús que nos ama y ha sido nuestra fuerza y consuelo, nos promete rogar al Padre para que nos mande a otro consolador, al abogado defensor, al que nos ayudará a discernir. Jesucristo no nos deja solos, ni metidos en un proyecto de vida imposible de llevar adelante. Jesús pide al Padre al Espíritu de la verdad que vendrá para quedarse, estar con nosotros siempre y en todo lugar.

El Espíritu es fruto también del amor del Padre y de su Hijo.

Jesús vive en el Espíritu Santo que nos ha enviado al Padre; el Espíritu Santo hace presente a Jesús. Llena al mundo de su fuerza y de su amor. El Espíritu es el regalo de la presencia constante de Dios en el corazón.

Somos amados por Dios, hemos amado a Jesús que nos amó primero. Somos amados por El Padre que quiere hacer su cielo en nuestra tierra, en nuestro corazón. Cumplamos los mandatos de Jesús, no tengamos miedo a amar, a predicar y a vivir conforme al don de Dios que todos llevamos dentro, conforme a su Espíritu Santo.

Con mi bendición:

P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.

PARA ESTA SEMANA MAYO 17 DE 2020

PARA ESTA SEMANA MAYO 17 DE 2020