PARA ESTA SEMANA MAYO 23 DE 2021
Pentecostés.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Reciban mi saludo que va cargado de bendiciones y de buenos deseos, que el Señor que nos ha enviado su Espíritu para hacernos fuertes en la fe siga siendo fuerza y paz en nuestros corazones y con valentía podamos seguirlo siempre en fidelidad y amor.
El Espíritu Santo, que viene en nuestra ayuda, que se hace persona en cada uno, que nos santifica y hace de nuestro cuerpo su morada es ahora el que nos impulsa a salir. Es como un viento fuerte que llega, nos despierta del sueño y que, aunque no sabemos de dónde viene ni a donde va, llena de vida y de fuerza a todo aquel que sabe acogerlo. El Espíritu es un fuego abrasador, ese mismo fuego que Jesús vino a traer al mundo y que debe arder por la fuerza de nuestra palabra y por el testimonio de vida. El Espíritu Santo que nos envía el Padre es el que propicia que nosotros seamos uno. Uno con Jesús en quien debemos permanecer y uno con el Padre que nos habita en la medida que Jesús llena nuestro corazón.
El Espíritu Santo abre caminos y también hace que los discípulos se abran
Tomen conciencia de que la obra del Reino debe continuar, que ellos son ahora los que deben salir y predicar el arrepentimiento, invitar a la conversión de los pecados; perdonar por encargo de Jesús a quien se arrepienta e invitar a que se acepte de corazón a Jesús y el Evangelio de la verdad. Debemos enamorar de quien con amor y por amor ha hecho todo por nuestra salvación. De quien ha dejado un lugar en nuestro corazón para Él, para quedarse para siempre y de su presencia es la que debemos tomar conciencia e iluminar a los demás para que la tomen ¡Dios nos habita!
El Espíritu hace que lleguemos con claridad a cada persona con el mensaje de la salvación, nuestro lenguaje se hace el de Dios y nuestras obras muestran el poder del Señor, que, en el Espíritu, nos ha dado. Con el Espíritu ha llegado la hora del testimonio y de tomarse en serio la vida de fe para que sea expresión de la presencia de Dios en cada uno.
El envío del Espíritu Santo por parte del Padre es fruto o consecuencia del amor incondicional con el que nos ha amado y que en su Hijo nos lo ha demostrado y que ahora con el Espíritu Santo lo corrobora. El Espíritu es plenitud del amor con el que somos amados. ¡Es amor derramado, que unge, que renueva, que da fuerza, que embellece!
Feliz fiesta de Pentecostés, feliz fiesta en tu corazón por Dios que te habita. Hoy día especial para consentir la propia interioridad y rendir culto a Dios Espíritu Santo que en ti se hace expresión de amor y de acogida
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/H9JJ50ENIeB