CONGREGACIÓN DE MISIONEROS OBLATOS DE LOS CORAZONES SANTÍSIMOS

Para esta semana octubre 13 de 2024

Uno, nos dice san Marcos, se le acercó a Jesús para preguntarle ¿Qué hacer para heredar la vida eterna?

Esa persona era muy rica y según la ley no ha hecho nada malo, ha sido un cumplidor de los mandamientos. El que se acerca sabe que no basta ser bueno y cumplidos de la ley para alcanzar la vida eterna y de ahí su preocupación. Viendo esto Jesús le hace una aclaración: la vida eterna es para los pobres, para los que son capaces de abandonarse, confiar y así aprender a esperar todo de Dios.
 
La vida eterna no es solo para los que “son buenos” sino para aquellos que abren un lugar en su corazón para Dios y saben dar todo de sí para el reino, para los demás y para sí mismos.
 
Dios obrando a través de ellos, haciendo en el mundo las cosas que muestran su cercanía y amor con la humanidad y la creación.
 
De alguna manera para que alcancemos la vida eterna debemos vivir con la disposición de salir cada vez que sea necesario. Salir es ponerse en camino e ir al encuentro del necesitado; salir es dejar todo lo que no puede atar o paralizar para vivir una auténtica experiencia de Dios lo que equivale a dejar las seguridades para que solo el Señor sea nuestra seguridad.
 
Salir para tenerlo todo, para recibir cien veces más, para entender que los demás son hermanos, que todos somos familia, que la humanidad puede palpitar con un solo corazón cuando éste esté lleno del amor de Dios.  Cuando nos encontremos con Jesús y las exigencias que trae el quedarnos con Él que es Reino, vida eterna y salvación, seamos valiente; seamos capaces de renunciar.
 

Entendamos que ahora Jesús es la riqueza y el mayor don que la humidad necesita y que le llega a través de nuestra entrega, de nuestras renuncias.

 
El Evangelio nos invita a liberarnos de nosotros y de las cargas que llevamos de los demás; que dejemos de lado las cosas que también desde el corazón nos atan como son las tristezas, las desilusiones, los rencores, ambiciones y envidias. Ha llegado, con Jesús, el tiempo de liberarnos, de acoger la salvación que nos ofrece; ha llegado el tiempo de dejar las comodidades, lo que he acumulado en riqueza y en poder y en sabiduría. Ha llegado el tiempo de los pequeños, de los mansos, de los humildes, de los pobres.
 
Pudimos haber hecho muchas obras buenas como el hombre del Evangelio, pero sentimos que algo nos falta, que no somos del todo felices. Tenemos méritos para que la conciencia esté tranquila pero nos falta aprender a hacer las cosas por gratuidad, por amor, solo por Dios y para Dios.
 
Dios quiere ser nuestro todo, nuestro amor; quiere relaciones desde Él que se construyan con generosidad, sin esperar nada a cambio; salir del anonimato y que nos llamen por el nombre. Sigamos a Jesús y que Dios sea el fundamento de la vida.
 
Con mi bendición:
 
Para esta semana octubre 13 de 2024

Fuente: P. Jaime Palacio

Más reflexiones del Padre Jaime Alberto Palacio González, ocd

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