PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 26 DE 2021
No escandalizar a los pequeños.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Mi saludo con los mejores deseos de paz y bien en el Señor. Que la semana que iniciamos nos lleve a tomar las decisiones que debemos tomar frente a las cosas que nosotros mismos sabemos que no han estado bien y que nos hacen daño. Procuremos siempre la paz del corazón y el vivir día a día con generosidad y amor.
Desde la Palabra que san Marcos nos regala (9, 38-43.45.47-48) Nosotros nos debemos reconocernos como personas capaces de hacer el bien y que la mejor manera de relacionarse con los demás y vivir con autenticidad de la fe está en el reconocer siempre la dignidad, la grandeza y la hermosura de las personas por más frágiles que nos parezcan o por más difícil que sea la relación con ellas. Todo aquel que en el nombre del Señor obra el bien es digno de ser discípulo.
Todo el que reconoce en el discípulo al mismo Jesús tiene la recompensa, la eternidad en su ser.
Los celos o el egoísmo no pueden convertirse en un obstáculo en el proyecto de Dios quiero llegar a toda la humanidad. Y si ese es nuestro problema entonces estamos escandalizando a los débiles, a los pequeños porque no podemos preferir no hacer el bien a que otros lo hagan.
Otro detalle que nos enseña la Palabra está en la insistencia por parte del Señor para que tomemos decisiones radicales frente a todo aquello que nos hace daño, frente a las cosas que están mal, frente al pecado. Y se nos habla de cortar. Y así tiene que ser, cortar de raíz, seguir adelante libre de toda atadura, de todo aquello que nos hace generadores de mal, de violencia. Cortar es podar, es permitir que algo nuevo renazca en nosotros mismos. Vivamos en Dios y para Dios. No demos ocasión al pecado que tanto nos aparta de una experiencia real de amor de Dios. Tomar decisiones a tiempo es lo más sano y lo que genera más paz.
No esperemos a que el mal se haga evidente, no esperemos el que nos pillen para comenzar a cambiar y ahí si ser capaces de ser diferentes, de pedir perdón, de hacer el bien. Hagamos de cuenta que ya Dios nos pilló, que somos sorprendidos en el pecado y también que ha sido el mismo Dios el que nos ha dado la mano para levantarnos, el que nos ha acogido y restaurado, pero todo para que no pequemos más, para que vayamos tranquilos por la vida dando lo mejor y amando como se debe a los demás.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd.
Fuente: http://ow.ly/KDgs50Fe8gz
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