PARA ESTA SEMANA SEPTIEMBRE 9 DE 2018
Llevemos a alguien al encuentro con el Dios de la alegría, abramos caminos de salvación.
Mis queridos amigos de santa Teresita, de san José, del Carmen de La Habana, del Carmelo de Quito, Carmelitas Cúcuta y de tantas partes del mundo. Un abrazo y lo mejor para la semana que comenzamos. Y que cada día el Espíritu Santo nos ayude a vivir en fidelidad la vocación a la que fuimos llamados.
En los Evangelios nos damos cuenta que Jesús es un hombre que genera controversias
Bien por su esencia de ser Dios, el Hijo de Dios, bien por su sabiduría expresada en sus enseñanzas o por sus milagros que muestran a Dios que viene a rescatarnos. Jesús es la persona que engrandece y santifica lo humano, que diviniza nuestra realidad y que, además, acerca y humaniza lo divino, lo eterno. En Jesús el Padre nos enseña que vale la pena rescatar al ser humano, darle la mano en los momentos de necesidad, tenerle compasión en el sufrimiento, acompañarlo en la cotidianidad de la vida con la luz y la fuerza del Espíritu Santo.
El ser humano vale la pena y por eso Dios en Jesús le hace entender que la grandeza radica en su capacidad de amar, de darse, de ser tolerante. Todo lo que nos margina de los demás, todo lo que nos excluye y nos impide relacionarnos con serenidad o libertad con los demás, Jesús lo sana. Él nos hace libres, nos hace capaces de relacionarnos y de darnos; Jesús nos lleva de su mano de nuevo al mundo para que el mundo en nuestro cambio, en nuestro oír, hablar y entender sepa que hay un Dios amigo, cercano y relacional. Dios que nos salva y se hace presente en nuestra realidad para redimirla y llenarla de paz y alegría.
Jesús llega a nuestra vida para llenarla de alegría
Para liberarnos, para que desde Él aprendamos a ver las cosas de Dios y miremos desde Dios. Muchas cosas a nosotros nos pueden estar impidiendo que la vida fluya de la manera que tienen que fluir. El Evangelio nos habla de un sordo que apenas podía hablar, esto significa que es una persona que día a día tiende más a la soledad, a la marginación, pero también podemos ver que personas que se compadecen de este sordo lo acercan a Jesús; le cuentan las limitaciones y los sufrimientos de esa persona. Hay un querer sanar y ver salir adelante a los demás y por eso se busca la forma de llegar de Jesús, por eso interceden. Tal vez personas muy cercanas, importantes en nuestra vida, necesitan también ser “acercadas” a Jesús, ser presentadas para que el Señor las sane y las libere.
En Jesús el Padre Dios, que es amor, está cumpliendo sus promesas. Jesús ha venido a sanar, a liberar, a proclamar el año de gracia. Ha venido a mostrarnos a un Padre enamorado del ser humano, que sale a su búsqueda y que en cada encuentro lo llena de amor. Jesús a través de las Palabras y de las acciones llena todo de Dios, nos acerca a Dios, nos alcanza la liberación y la salvación que Dios quiere darnos.
Tengamos la seguridad que Jesús va mucho más allá de lo que podemos necesitar
Jesús nos ama y se alegra en cada sanación y en cada liberación; en cada persona que se acerca a Él con fe Jesús le transforma la vida. Recordemos que su amor está lleno de ternura y de compasión es por eso que nosotros nos le acercamos con confianza, le exponemos nuestra necesidad y dejamos que Él obre de la manera que más convenga para nuestro propio bien.
Dejémonos llevar por Él a un lugar apartado, estemos en soledad y en silencio y que sea Él quien toque nuestro corazón, llene nuestros vacíos, conforte nuestra esperanza y nos sane.
Con mi bendición:
P. Jaime Alberto Palacio González, ocd
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Fuente: http://ow.ly/FUDH30moWMg