Las pastorelas son pequeñas obras de teatro que tratan sobre el camino de la Virgen y San José a Belén para recibir al Salvador.
La Adoración a los Reyes Magos, ideada por fray Andrés de Olmos, puede considerarse como la primera pastorela compuesta en México. Fue escrita en idioma náhuatl y contiene pasajes como el del Rey Herodes, quien dice a los mensajeros de los tres reyes: Id a darles la bienvenida; dadles el parabién de su llegada. Haya música, haya baile. Dadles honores, ponedles guirnaldas de flores… logrando con ello, a través de la música, las danzas y las flores, arraigar la tradición en los indígenas.
En 1530, fray Juan de Zumárraga, primer Obispo de la Nueva España, expidió una ordenanza para celebrar una Farsa de la Navidad Gozosa de Nuestro Salvador. Posteriormente, con los autores laicos las pastorelas se alejaron de su contenido puramente religioso para adquirir un carácter más popular, que reflejan costumbres y formas de vida de diferentes regiones, originándose con ello muchas versiones locales.
La estructura básica de las pastorelas gira en torno al viaje de unos pastores que intentan ir a Belén para adorar al recién nacido Niño Dios, pero un grupo de diablos trata de impedirlo. Al final, satanás es derrotado por San Miguel o por un Ángel, y los pastores entregan regalos para el Santo Niño, lo arrullan y le cantan villancicos. Todos los asistentes besan al Niño y se despiden con una tonada.
Los personajes principales son los pastores, diablos, ángeles, arcángeles y el ermitaño.
Frecuentemente hay otros protagonistas adicionales como indios, rancheros y monjes; por lo general, la Virgen María, San José y el Niño Jesús suelen estar representados como figuras del nacimiento. Sin embargo, en algunas pastorelas son personas quienes los caracterizan, pero no forman parte en el diálogo.
Cada actor cuenta con un nombre y realiza una actividad específica. Los pastores están encabezados por una o dos Gilas, cuyo esposo suele ser Bato, pero en ocasiones es Bartolo. Tanto Bato como Bartolo son personajes cómicos; son bobos, golosos y flojos. Bartolo, debido a su ignorancia, hace constantemente preguntas sobre lo que está pasando. Las respuestas de éstas, son el marco para relatar las circunstancias del peregrinar de María y José, del nacimiento de Jesús, de la adoración de los Reyes Magos y, así, la pastorela se convierte en un eficaz método de enseñanza de la historia sagrada. El ermitaño apoya los afanes de los pastores con oraciones. Los diablos, por su parte, están encabezados por lucifer, su ayudante asmodeo y un grupo de demonios.
Entre el grupo de ángeles nunca falta San Miguel, encargado de entablar duras batallas con los demonios, a quienes finalmente vence.
El Arcángel San Gabriel anuncia el nacimiento del Redentor, sin embargo, no siempre forma parte del elenco.
La actuación incluye diálogos, cánticos y danzas, así como la escenificación de batallas. La trama es siempre igual, pero las variedades son tantas como el propio ingenio lo permita. El lenguaje es sencillo y se ha transmitido, muchas de las veces, por la tradición oral y se pueden presentar en calles, plazas o en los atrios de las iglesias. Hay pastorelas que en la actualidad cuentan con un libreto y que se presentan en un escenario formal, dentro de un teatro, auditorio o centro cultural y donde intervienen actores profesionales. José Joaquín Fernández de Lizardi escribió en el siglo XIX La noche más venturosa, la que puede considerarse como la primera pastorela teatral.
En algunos casos, las pastorelas se han separado de los festejos navideños y se representan como una danza más para honrar al Santo Patrono de algún pueblo. En ellas se suele suprimir el diálogo y la trama se expresa a través de la coreografía y las batallas. Por ejemplo, en Lo de Villa, Colima, se festeja al Señor de la Expiración, un Cristo viajero que durante varios meses visita diferentes iglesias de su estado y regresa a su hogar el segundo martes de enero. Su llegada se acompaña con un gran desfile y danzas, donde hay varios grupos como los de conquista, media conquista y apaches, que representan un sin número de pastorelas originarias de pueblos diferentes.
Fuente: www.encuentra.com