¿CÓMO IMPULSAR A LOS OTROS?
No hay deseo mayor que el anhelo de ser apreciado y reconocido por los otros.
En vez de demeritar a los demás, resalta ante ellos sus cualidades y sus aciertos, con amor; y de seguro, no solo los pondrás de tu parte sino que harán mejor lo que les solicites y con la mayor diligencia posible.
Cada persona es importante en razón de su dignidad humana; por tanto, cada persona debe ser importante para ti.
Responsabilízate de esta realidad y piensa que una palabra de estímulo es importante para que una persona se decida por su progreso y felicidad.
El principio más profundo del carácter humano es el anhelo de ser apreciado.
Tiberio López Fernández
PROVERBIOS
Capítulo 12, 1-3
El que ama la instrucción ama la ciencia, el que odia la reprensión es tonto.
El bueno obtiene el favor de Yahveh; pero él condena al hombre taimado.
Nadie se afianza por la maldad, la raíz de los justos no vacilará.
Capítulo 12, 4-6
Mujer virtuosa, corona del marido, mujer desvergonzada, caries en los huesos.
Las intenciones de los justos son equidad, los planes de los malos, son engaño.
Las palabras de los malos son trampas sangrientas, pero a los rectos su boca los pone a salvo.
Capítulo 12, 7-9
Derribados los malos, no existen ya más, mas la casa de los justos permanece.
Se alaba al hombre según su prudencia, el de corazón torcido será despreciado.
Más vale hombre sencillo que tiene un esclavo, que hombre glorioso a quien falta el pan.
Capítulo 12, 10-12
El justo se cuida de su ganado, pero las entrañas de los malos son crueles.
Quien cultiva su tierra se hartará de pan, quien persigue naderías es un insensato.
El placer del impío está en la maquinación de los malvados, pero la raíz de los justos producirá.
Capítulo 12, 13-15
En el delito de los labios hay una trampa fatal, pero el justo saldrá de la angustia.
Por el fruto de su boca, se harta de bien el hombre, cada cual recibe el salario de sus obras.
El necio tiene por recto su camino, pero el sabio escucha los consejos.
Capítulo 12, 16-19
El necio, al momento descubre su pena, el prudente oculta la ignominia.
Quien declara la verdad, descubre la justicia; el testigo mentiroso, la falsedad.
Quien habla sin tino, hiere como espada; mas la lengua de los sabios cura.
Los labios sinceros permanecen por siempre, la lengua mentirosa dura un instante.
Capítulo 12, 20-22
Fraude en el corazón de quien trama el mal; gozo para los que aconsejan paz.
Ninguna desgracia le sucede al justo, pero los malos están llenos de miserias.
Los labios mentirosos abomina Yahveh; los que practican la verdad alcanzan su favor.
Capítulo 12, 23-25
El hombre cauto oculta su ciencia, el corazón del insensato proclama su necedad.
La mano diligente obtiene el mando; la flojedad acaba en trabajos forzados.
Ansiedad en el corazón deprime al hombre, pero una palabra buena le causa alegría.
Capítulo 12, 26-28
El justo enseña el camino a su prójimo, el camino de los malos los extravía.
El indolente no pone a asar su caza; la diligencia es la mejor fortuna del hombre.
En la senda de la justicia está la vida; el camino de los rencorosos lleva a la muerte.